Cuatro ajedrecistas cubanos, uno de ellos representando a Paraguay, asistirán a la Copa del Mundo de la FIDE que se inicia este 2 de septiembre en Tiflis, Georgia, quizá la más fuerte de la historia.
Magnus Carlsen, el campeón mundial vigente, encabeza el evento que forma parte de la fase clasificatoria del campeonato del mundo. Presentes también otros que fueron monarcas (Viswanathan Anand, Vladimir Krámnik, Ruslan Ponomariov, Hou Yifan), pocas opciones tienen los cubanos de avanzar entre los 128 trebejistas.
A Lázaro Bruzón lo acompañan los debutantes Yuri González y Yusnel Bacallao, mientras Neuris Delgado defenderá los colores de Paraguay. Con Leinier Domínguez en un año semi-sabático, ni el más experimentado Bruzón tendrá muchos chances en una competencia donde estarán los 15 primeros del Ranking Elo de septiembre.
Carlsen no necesita jugar el torneo para luchar por la corona, porque espera cómodamente por un retador que lo enfrente en 2018. Pero le gusta el formato y lo considera más justo, como dijo en su Facebook, en agosto de 2015.
“Durante mucho tiempo he creído – y he expresado públicamente – que debería haber un nuevo sistema de ciclo del Campeonato Mundial, que sea equilibrado y justo (…) Creo, firmemente, que el mundo del ajedrez debe evolucionar a un sistema más justo.
“Durante mucho tiempo he pensado que pasar a un evento anual de eliminatoria, similar a la Copa del Mundo, sería más equitativo. Este cambio mejoraría las probabilidades de convertirse en Campeón del Mundo para casi todos los jugadores de ajedrez, con la excepción del actual Campeón del Mundo y potencialmente algunos otros jugadores de primer nivel que ya no serían favorecidos por el formato actual”, comentó el noruego.
Dejando de lado a Carlsen –no tan sólido e intocable en sus últimas presentaciones– las posibilidades de avanzar de los cubanos son distintas. Bruzón (2651 puntos Elo) tendrá un rival complicado en el español David Antón (2656), a quien ha derrotado dos veces, además de sumar dos tablas.
El tunero tiene historia en estos certámenes desde muy joven, cuando participó en Khanty-Mansiysk, Rusia, en 2005. Con un Elo de 2677, era el número 26 del mundo en ese momento y perdió en la ronda de 32 contra el ruso Evgeny Bareev.
En su siguiente aventura de 2007, en la misma ciudad, un Bruzón decaído –a punto de bajar de los 2600– sucumbió en la primera ronda.
Dos años después, nuevamente en Khanty-Mansiysk, se despidió también en la primera instancia. Curiosamente, un joven Fabiano Caruana –su victimario de entonces– se encargó seguidamente de Leinier Domínguez y terminó con los cubanos en esa edición.
Pero en la Copa de 2011, Bruzón se presentó un una forma estupenda. Venía en franco ascenso, que lo llevó a los 2700 meses después. En primera ronda doblegó a su compatriota Yuniesky Quesada. Después derrotó consecutivamente a dos jugadores fuertes como el español Paco Vallejo –2716 en ese momento– y al vietnamita Le Quang Liem (2717). Solo lo frenó el ucraniano Ruslan Ponomariov, ya entre los 16 mejores.
En las ediciones de 2013 y 2015, perdió siempre en la segunda fase, ante dos jugadores de élite como el azerí Teimour Radjabov y el ruso Vladimir Kramnik.
Bruzón tuvo un excelente Campeonato Español de Clubes de ajedrez en 2017, con tres triunfos y 4 empates, uno de ellos ante el propio Antón. Pero si le vence en esta ocasión, hipotéticamente se cruzaría con el estadounidense Hikaru Nakamura (2781), uno de los pesos pesados del ajedrez contemporáneo. Hasta ahí podría llegar su aventura.
A priori, Yuri González (2547) tiene un muro insalvable en Pentala Harikrishna (2741). Si el debutante en estas lides sobrevive al indio, podría chocar contra Ponomariov (2694), un jugador también por encima del nivel del cubano.
Por su parte, Yusnel Bacallao (2573) irá contra el ruso Vladimir Fedoseev (2731), quien lo supera ampliamente en Elo y fuerza competitiva.
El cuarto cubano es Neuris Delgado (2614), quien compite por Paraguay hace varios años. El nacido en Granma, debutará contra el joven indio Santosh Gujrathi Vidit (2702) y si sobrepasa el difícil escollo, pudiera encontrarse con Le Quang Liem.
En 2005 y 2007 compitieron por Cuba 2 jugadores y en 2009 la cifra se elevó a tres. Dos años más tarde, la Isla incluyó seis trebejistas, una muestra del potencial cubano en ese momento. En 2013 descendió a tres y en 2015 se elevó a cinco.
Más allá de la actuación presumible de los cubanos, la cereza del pastel es la presencia de Carlsen y sus posibles duelos con integrantes de la élite. Por su parte del organigrama podría enfrentarse con Maxime Vachier-Lagrave, Alexander Grischuk, Peter Svidler, Anish Giri, Levon Aronián y Sergey Karjakin. Solo vería en una final alcanzaría a ver a Wesley So, Hikaru Nakamura, Fabiano Caruana o Vishy Anand.
“Creo que el motivo por el que la gente [los campeones mundiales] no la jugaban antes es que no hace falta que la juegues. Pero en mi caso simplemente quiero jugarla. Es un torneo interesante. Creo que el formato es genial, mezcla diversas habilidades de ajedrez clásico y modalidades más rápidas. Además, tienes a todos los mejores jugadores del mundo jugando y es con ellos con quieres yo quiero competir, sea un evento del campeonato mundial o no”, dijo en una entrevista a Chess.com el genio noruego.
Pero sea Carlsen quien confirme su imperio, o triunfe alguno de sus ilustres retadores, parece que en esta versión ajedrecística de Juego de Tronos, con tantos reyes de por medio, los cubanos no tienen muchas posibilidades.
siempre deberia hablarse mas de ajedrez cubano. Tuvismo a Capblanca conjones!!!