La jornada de este viernes 9 de agosto en los Juegos Olímpicos de París fue inmensa para atletas y entrenadores cubanos que representan a otras naciones, quienes sacaron un impresionante saldo de seis medallas de oro, tres de platas y un bronce en las arenas competitivas de la Ciudad de la Luz.
Todas las miradas se centraron en la competencia de triple salto masculino acontecida en el Stade de France, donde dominaron Jordan Díaz (17.86 metros), Pedro Pablo Pichardo (17.84) y Andy Díaz (17.64), tres atletas nacidos en la isla y formados bajo las reglas de la prestigiosa escuela cubana de saltos.
La peculiaridad es que los tres estaban compitiendo bajo otras banderas. Jordan representó a España y le dio su primera medalla en esta prueba entre los hombres, mientras Pichardo logró su segundo podio consecutivo en citas estivales con Portugal. Por último, Andy se convirtió en el primer triplista con una presea olímpica para Italia desde Giuseppe Gentile en México 1968.
Otro detalle curioso de esta competencia es que dos entrenadores cubanos guiaron a dos de los medallistas. Hablamos del estelarísimo Iván Pedroso, quien estuvo con Jordan, y de Jorge Pichardo, padre y preparador del prestigioso saltador santiaguero que compite por Portugal.
También en el atletismo, la corredora dominicana Marileidy Paulino dominó sin contratiempos la final de los 400 metros planos. La quisqueyana, plata en Tokio hace tres años, ahora dio un salto de calidad y se convirtió en la reina de la vuelta al óvalo con récord olímpico de 48.17, superando una añeja cota establecida en Atlanta 1996 por la francesa Marie-José Pérec.
Paulino es la principal discípula del entrenador cubano Yassen Pérez, establecido en República Dominicana desde hace algunos años. Bajo la mano del antillano, la corredora no ha hecho más que progresar hasta convertirse en una de las más consistentes del planeta. Además de sus preseas bajo los cinco aros, suma par de títulos y una plata en Mundiales al aire libre, además de ser la reina indiscutible de la Liga de Diamante en las dos últimas temporadas.
Pero en el boxeo fue donde la cosecha de entrenadores y atletas cubanos resultó verdaderamente impresionante en esta jornada de viernes.
Mucha expectación había por lo que podía lograr el pinareño Loren Berto Alfonso en la final de los 92 kilogramos, luego de eliminar a rivales de entidad como el favorito cubano Julio César La Cruz. Sin embargo, el vueltabajero, entrenado por el también antillano Pedro Roque, no consiguió superar al uzbeco Lazizbek Mullojonov, victorioso de manera inobjetable con decisión unánime (5-0) de los jueces.
La buena noticia es que con el equipo del ganador también teníamos a un preparador nacido en la isla, el experimentado Enrique Steiner. En París, los uzbecos han sido los grandes protagonistas, pues ya suman tres coronas. Este viernes, además de Mullojonov, escaló a la cima el welter Asadkhuja Muydinkhujaev, verdugo del mexicano Marco Verde en la final.
Detrás de las medallas de esta selección está el trabajo de Steinier, entrenador con una larguísima hoja de servicios con los equipos nacionales de Cuba, Filipinas, España y ahora Uzbekistán, que también ha contado con el aporte indispensable de Julio Lee, aunque en su caso no hizo el viaje a la capital francesa.
Por cierto, no podemos dejar pasar que en los 92 kilogramos, donde Loren Berto se colgó la plata, el “español” Emmanuel Reyes fue bronce con apoyo de los entrenadores Ernesto Aroche y Esteban Cuéllar, igualmente nacidos y formados en la isla.
Los otros preparadores cubanos que vieron a sus atletas subir a la cumbre olímpica este viernes en un gran escenario como Roland Garros fueron Pedro Luis Díaz, quien trabaja actualmente con Argelia, y los prestigiosos Raúl Fernández y Julián Cedeño, miembros de la selección nacional de China.
Pedro Luis Díaz estuvo acompañando en la esquina a la pugilista Imane Khelif, quien derrotó convincentemente (5-0) en la final a la china Yang Liu. La figura de Khelif ha sido una de las más polémicas de los Juegos de París, luego de que la italiana Angela Carini, su oponente en octavos de final, se quejara de su pegada y desatara una oleada de falsas afirmaciones sobre la identidad de género de la argelina.
A pesar de estar en el ojo del huracán, Khelif resistió, apoyada por el Comité Olímpico Internacional (COI). El organismo dejó claro que la boxeadora se ha identificado como mujer desde su nacimiento y ha vivido toda su vida como mujer.
“No es transgénero. No pasó por la pubertad como varón y luego hizo la transición”, explicaron los especialistas, quienes dejaron claro que su “pasaporte marca su identidad como mujer, por lo que cumple los criterios del COI para la clasificación de género de los boxeadores”.
En medio de esta tormenta, Khelif se impuso a todas sus rivales por votación unánime y obtuvo su primer gran título al más alto nivel internacional, luego de ser plata en el Mundial de 2022 en Estambul. Lo más gratificante es que este camino triunfal lo ha recorrido con un entrenador cubano en la esquina.
Por cierto, el duelo de Khelif con la china Yang Liu en la final de París también fue un choque entre preparadores cubanos, pues en el equipo de la asiática coinciden los estelares Raúl Fernández y Julián Cedeño, quienes durante mucho tiempo fueron piezas angulares de la selección nacional cubana. La dupla antillana en el equipo chino también disfrutó este viernes con el título de Wu Yu en los los 50 kilogramos y ya habían visto coronarse a Chang Yuan en los 54.
Los entrenadores cubanos han tenido una destacadísima actuación en el boxeo de los Juegos Olímpicos de París, incluso, más allá de los triunfos de Uzbekistán, Argelia, Azerbaiyán, España o China. Como ejemplo tenemos a Armando Hernández (República Dominicana), quien logró par de medallas de bronce; Luis Mariano González ha rescatado dos subtítulos y un bronce con Francia; Joel Soler se llevó el tercer puesto con el también antillano Javier Ibáñez vistiendo la casaca de Bulgaria.
Sigue la cobertura de OnCuba de París 2024 aquí.