Noslen Díaz y Jorge Luis Alayo volvieron a ratificar que competir en el voleibol de playa de los Juegos Olímpicos de París 2024 no completan ahora mismo sus expectativas. La dupla cubana acaba de dar un golpe de autoridad a los pies de la Torre Eiffel, pues con su barrida sobre los brasileños Andre Loyola y George Souto gritaron al mundo que, si llegaron hasta aquí, fue para pelearle a los grandes una buena tajada del pastel.
Lo del debut ante los estadounidenses Andy Benesh y Miles Partain fue apenas una primera señal, y si alguien pensó en un mal día de los norteños, puede imaginar lo mismo ahora, después de los demoledores 21-13 y 21-18 que sentenciaron frente a los sudamericanos la revancha de revés encajado en la final de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
Lo más sensato sería asumir que la joven pareja, que irrumpió con fuerza esta temporada en el circuito élite de este deporte, es ahora mismo mirada con terror por el resto de los candidatos al trono olímpico.
Con una madurez desacostumbrada por sus edades -21 Noslen y 24 Alayo- dejaron a Souto y Loyola sin respuestas, unas veces para quebrar la férrea defensa de la net, y otras para colocar pelotas fuera del alcance de sus rivales. Y mientras buscaban en el antídoto efectivo, también perdieron el pulso psicológico.
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Aunque en esencia los de la isla mantuvieron la estrategia del estreno, se repartieron muy bien los intentos de ataque (18 y 17) y se llevaron como premio 13 tantos cada uno. Sin embargo, se notó más la intención de no llegar siempre al tercer el tercer toque, y sacaron buena renta de esa variable.
“Desde el principio de temporada tenemos todo montado para jugar más al segundo toque, pero nos sentíamos más cómodos jugando con tres toques, abusando un poco más de la potencia. Ahora estábamos ante Andre, que es un jugador de estupenda categoría y había que usar todas las armas posibles para ganar», declaró a la prensa Alayo.
La pareja cubana, ya en poder del pasaje a la siguiente ronda, aguarda por los marroquíes Mohammed Abicha y Zouheir Elgraoui con el propósito de firmar el pleno en el grupo D.
“El próximo partido contra Marruecos lo vamos a jugar con menos presión, pues aseguramos el pase. Nos da confianza, nos favorece mucho, porque nos da tranquilidad para pensar en los otros equipos”, apuntó Noslen.
A su lado, Alayo no dejó pasar la oportunidad para lanzar al vuelo una especie de alerta. “El ranking determina, pero no influye. Nos caracterizamos por entrar a la cancha sin mirar quiénes están del otro lado, solo con el objetivo de darlo todo. Si nos quieren ganar, tienen que hacerlo con todas las armas porque no nos vamos a rendir nunca. Para nosotros no hay rivales grandes y chiquitos, vamos a salir siempre a darlo todo”.
En lo adelante, sin duda alguna, la dupla cubana será mirada con mucha cautela. E incluso, habrá ya quienes consideren un posible cruce como una especie de maldición.
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