El saque lo delata. En la línea de servicio, cuando levanta la pelota salta con una rigidez que abruma. Esa rigidez en cancha es la última alternativa para que sus compañeros se suelten. Sigue con la lesión en la espalda, pero la misión es más grande que su dolor; fallarla es casi otro padecimiento crónico.
Este 9 de junio de 2024, en Ottawa, Robertlandy Simón trató de invertir la narrativa. El voleibolista, renqueante, entró contra Francia para rescatar a su equipo de las emboscadas que ellos se mismos provocan. Hacía mucho frío, la marea subía y Simón se ató al poste de la net para hacer otra vez de muro ante la adversidad. Su sola presencia fue un golpe de energía para todos.
Cuba derrotaba en 5 sets a Francia, la campeona olímpica, en el cierre de la segunda semana de la Liga de Naciones de Voleibol (VNL) y volvía a soñar con tomar París. En esta escaramuza, Marlon Yant era el Mayor anotador: 23 puntos, 73 % de efectividad en ataque y decisivo en los momentos clave. También fue importante Miguel Ángel López (21 tantos), que terminó como opuesto luego de incursionar en una línea de cuatro receptores con la entrada de Osniel Mergarejo.
Liga de Naciones de voleibol: una imagen con mucha incertidumbre
Pero antes de ese episodio contra los galos, todo se trocó para Cuba en Ottawa. Lo fatídico comenzó, incluso, antes del viaje a Canadá. José Miguel Gutiérrez no se recuperó de sus molestias a tiempo, mientras el auxiliar Brayan Camino y el opuesto Carlos Charles no pudieron obtener la visa para hacer el viaje. El equipo se presentó con 12 jugadores. Lo que parecía un mal menor, al ser las ultimas variantes del técnico Jesús Cruz, también terminó influyendo en cierta medida luego de que José Massó se torciera el tobillo frente a Italia, dejando a la escuadra con un efectivo menos para el duelo con Francia.
Con este panorama se perdieron 3 juegos y solo se ganó uno. Si en Brasil fueron dueños del primer set en cada partido, ahora no se pudo obtener ninguno hasta el choque final. Se restaron casi 11 puntos en el ranking. Serbia, que pasó de perseguidor a perseguido luego de los 4 choques iniciales, tomó un aire ante la asfixia de Cuba, comenzó la semana derrotando a Países Bajos y la concluyó con una victoria espectacular ante el local, Canadá. Así quedaron con 251.95 puntos, 95 décimas por encima de Cuba, que perdió 10.53 unidades.
Los balcánicos, hundidos en Brasil frente a una Alemania B, iniciaron el encuentro final de esta semana luego de caer la jornada previa en 5 sets ante Argentina, sin su leyenda, el central Marko Podrascanin, y el auxiliar Ivovic, líder ofensivo del equipo. Además, tenían al capitán Uros Kovacevic en poca forma física debido a una lesión, mientras Miran Kudjunzic, inscrito como segundo líbero, era atacador auxiliar. Frente a unos norteños invictos en su tierra que venían de derrotar en 4 sets a Estados Unidos y que no rotaron a sus principales hombres: Maar, Loepcky y Zwarzs
Los 22 puntos del opuesto Luburic, los 5 aces de Kudjunzic y, sobre todo, la resistencia del bloqueo y el gran empuje de todos los jugadores decantaron la balanza para Serbia, lo que demuestra una vez más que el deporte es también un estado de ánimo, mentalización y concentración, y luego talento y fuerza. La veteranía de los serbios o saberse revividos con el desangre inicial de Cuba ante el propio Canadá, le dieron el impulso que a Cuba solo le insufla Simón.
Repito, para los caribeños todo fue tan al revés que hasta el 13 se convertía en el número de la suerte, el 13 de Simón, como 13 fueron los bloqueos a los galos para triunfar. La lesión del central en la espalda y su salida de la cancha antes de empezar el primer partido ante Canadá marcó los destinos de una selección que regresó a los fantasmas del pasado sin su líder natural.
Descoordinaciones defensivas, errores infantiles, mala selección de pase y nerviosismo a partir del punto 20 se combinaron con el discreto nivel de Roamy Alonso, sustituto de Simón, los problemas de recepción del líbero Yonder García (más allá de lo que las estadísticas reflejen) y el bajón de una semana a otra del pasador Cristian Thondike, con improvisaciones que no se pueden permitir ante rivales de tanto calibre.
Canadá fue nuevamente verdugo de Cuba, de hecho los derrotó en un match donde los antillanos tuvieron ventaja de 20-16 en el cuarto parcial y fallaron 3 puntos para set. El bloqueo norteño empequeñeció a los atacadores de la isla, mientras más altos eran los pases más los centrales se estiraban. Una Canadá que luego cae ante Serbia contra todo pronóstico para mejorar la posición de los europeos en el ranking.
Cuba cuenta ahora con una semana para decidir si de verdad quiere ir a París, Serbia lo tiene claro desde que se les ve gritando a todo el banco para alentar a Aleksandar Atanasijevic cuando se prepara al servicio en los puntos críticos del set. Los mismos puntos críticos que son dramáticos para los antillanos y que necesitan saber ganar en la final del miércoles 19 de junio, cuando tendrán frente a los serbios en Ljubljana, Eslovenia. Como en Vancouver en 2021 ante Canadá, Cuba irá a un todo o nada.
El inicio de la tercera semana puede ser el comienzo del naufragio o de la boga definitiva para vislumbrar el Arco de triunfo. Contra los serbios, los puntos valdrán doble en el ranking. Estos son los escenarios posibles:
* Quien gane 3-0 obtendrá 10.5 unidades
* Quien gane 3-1 obtendrá 7.55 unidades
* Quien gane 3-2 obtendrá 5.05 unidades
Esto quiere decir que, como mínimo, el vencedor sacará diez puntos de ventaja a su rival en el ranking con un solo partido. Después quedarán otros tres encuentros: Cuba vs. Bulgaria, Eslovenia y Polonia y Serbia vs. Turquía, Polonia y Eslovenia. Teniendo en cuenta la superioridad de eslovenos y polacos y que los triunfos ante los otros rivales aportarían muy poco al estar por debajo en la clasificación, una barrida o una victoria en 4 sets de Cuba o Serbia en su duelo directo sería casi lapidaria.
Para estos duelos, Cuba espera el regreso de Charles, mientras resulta una incógnita el estado de forma de José Miguel Gutiérrez, jugador que de estar óptimo se necesita para rotar a los auxiliares y mejorar la línea de recibo.
Es válido recordar que todavía la selección caribeña tiene posibilidades de acceder a la ronda final de la VNL en Polonia, un detalle que ha pasado algo desapercibido en medio de la carrera por los boletos olímpicos. De momento marchan octavos, con el mismo balance (4-4) que Argentina, pero un punto por encima.
Pudo ser peor para Cuba sin el rescate suicida de Simón, pero a pesar de todos los contratiempos también pudo ser mejor. El duelo ante Países Bajos comenzó con los nuestros agresivos y el titán Nimir Abdel-Aziz dormido. Llegaron al final del primer set con ventaja 21-18, pero entre los pases altos de Thondike y los fallos de Yonder en el recibo se perdió la ventaja.
En el segundo parcial, Michael Sánchez se convertía en Mad Mike (versión rusa del clásico de George Miller). Parecía que había tomado petróleo y con 9 puntos en el set levantaba el ánimo de Cuba, pero en el tercero los errores hicieron que Nimir volviera a convertirse en un señor de la guerra, y su camión fue imparable para todos: 38 puntos. Furioso. Victoria en 4 sets para los tulipanes, la única de toda la semana para ellos.
En este juego de la escalera, con las combinaciones de sets ganados y perdidos como las caras de los dados, la única manera de subir luego de una caída de 9 unidades era dando un golpe de fuerza, más que de suerte, contra Italia.
Los campeones mundiales, después de un paseo invictos por Río, habían caído en 5 sets ante una Francia sin Earvin Ngapeth, Barthelemy Chinenyeze, su principal central, y Stephan Boyer, uno de sus opuestos habituales. Sin embargo, Cuba, aunque dominaba periodos de los sets, y logró arrancarles el segundo, no podía reaccionar contra unos transalpinos a media máquina y cometiendo más errores de lo habitual. Los antillanos no pudieron recuperarse de la derrota en la tercera manga y entregaron las armas en el cuarto parcial.
Sin embargo, luego de tres derrotas, Cuba logró la reconexión a la ruta olímpica gracias a la épica de Simón y a una Francia que jugó con sustitutos de los habituales.
En un tiempo solicitado por Jesús Cruz durante el tie break de este choque, las únicas palabras que se escuchaban eran las de Simón: una arenga a sus compañeros para que lucharan cada balón como si fuese el último.
Pobres los equipos que necesiten un héroe, solo un héroe, pero la espalda de Robertlandy Simón es la columna vertebral de la isla, de toda la nación cubana del voleibol. Queda un partido para que todos los jugadores sean capaces de rescatarse a sí mismos, de rescatar su mejor nivel y su deseo.