Leonardo Yuque es uno de los fundadores del baseball5 en Cuba. En noviembre de 2017 formó parte del grupo de jóvenes que, por primera vez, jugaron oficialmente la novedosa disciplina en el parqueo del Estadio Latinoamericano de La Habana, ante la mirada de Riccardo Fraccari, presidente de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol.
Después de aquel episodio, Yuque emigró. La vida lo llevó a España y jamás pasó por su mente que representaría al país ibérico en un torneo continental de baseball5, pero allí tuvo el privilegio de seguir practicando, en el alto rendimiento, el deporte que le gusta en su nación adoptiva.
A sus 29 años, sigue soñando con participar en un Campeonato Mundial o, incluso, en Juegos Olímpicos. El actual capitán de la selección española no abandona su preparación como jugador del novedoso deporte, aunque eso implique un gran esfuerzo.
La historia de Leo es la del baseball5; también la de dos países unidos por el dinámico juego que llegó para quedarse.
¿Cómo te conviertes en uno de los fundadores del baseball5 en Cuba?
Provengo de la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte “Manuel Fajardo”, allí hicieron una convocatoria. Después se hizo una preselección amplia con jugadores que habían practicado el cuatro esquinas; la idea era jugar el nuevo deporte que lanzó la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol.
Me escogieron como parte del equipo del Fajardo, y participamos en el primer torneo celebrado en el parqueo del Estadio Latinoamericano. Así ganamos el primer lugar e hicimos historia.
¿Participaste en torneos internacionales en La Habana?
Varios de mis compañeros representaron a Cuba en Francia y República Checa, pero no estuve entre ellos. Pude representar a mi país en uno de los dos equipos que jugaron el Torneo Internacional celebrado en el Coliseo de la Ciudad Deportiva en marzo de 2018. Y estuve también con La Habana en el primer título nacional que ganamos en Camagüey ese propio año.
¿Cuándo te trasladas a España y cómo te conectas con el baseball5 allí?
En 2021 emigro a España. Llego a Tenerife, y estuve como seis o siete meses sin hacer nada en materia deportiva. Ni me pasó por la mente jugar baseball5 aquí. Mis metas estaban enfocadas en otros objetivos.
Tenía contactos que me dijeron que me iban a llamar si aparecía algo de baseball5. Me mudo a Mallorca, y me avisan de un torneo internacional que se celebraría en Francia. El objetivo era que España participara y que se diera a conocer en esta disciplina.
Conocí al equipo treinta minutos antes del torneo. Solo habíamos hablado por teléfono, mientras les iba dando indicaciones, pero personalmente solo nos vimos media hora antes del primer juego.
¿Cómo les fue en ese torneo?
Los primeros partidos los perdimos, pero luego los jugadores fueron cogiendo confianza y avanzando desde el punto de vista técnico. La mayoría son latinos: venezolanos y cubanos, más algunos españoles.
Más allá del resultado, lo importante es que pudimos representar a España en un torneo internacional y que me volví a conectar con el baseball5.
¿Cómo haces para dividir tú tiempo entre el trabajo y el deporte?
Es bastante complicado. Trabajo en una tienda de suvenires de ocho de la mañana a cuatro de la tarde. Y después entreno de cuatro a seis. Allí hago mi trabajo físico, el gimnasio, la carrera. Y en la noche trabajo como camarero. De lunes a viernes tengo prácticamente el día muy ocupado entre el deporte y la vida laboral.
El fin de semana lo tengo más libre, aunque no puedo entrenar todos los días porque el sobreentrenamiento te lleva al cansancio, y no rindes en ninguno de los dos lugares. No puedes forzar mucho el cuerpo. El baseball5 me exige mucho.
¿Cómo es la comunicación entre el club principal en Barcelona y tú, que estás en Mallorca?
El club fundamental del deporte, con la mayoría de los jugadores, radica en Barcelona, pero la comunicación es buena. Tenemos varios grupos de WhatsApp: el del club de Cataluña, el de la selección nacional que fue al Europeo de Lituania; por ahí nos comunicamos entre todos y mando videos de mis entrenamientos individuales por ser el capitán del equipo.
Además, debido a mi experiencia en el deporte, me voy comunicando con el mánager sobre cómo hacer los ejercicios, y lo voy guiando. Él tiene 45 años, y cumple con la dualidad de ser jugador y director, aunque sabemos que ya no con la misma preparación física, pero sí con las ganas de jugar a la par de todos.
¿Los españoles te han acogido bien?
Somos una familia. Después de estos torneos se nota mucha unidad, se ha elevado la autoestima de todos. No imaginé que sería así. De los cubanos se espera la emoción, la alegría, los abrazos, pero la actitud de los chicos de todo el equipo me sorprendió.
Esta mezcla que hicimos realmente nos vino muy bien. Ellos lo sintieron tanto como yo. Sinceramente, pienso que logré transmitirles ese ese sentimiento, o quizás ya lo llevaban dentro, solo había que despertarlo.
¿Qué representó para ti jugar en la selección nacional española?
Es un sueño cumplido. Siempre soñé representar a un país en un torneo internacional de este tipo, y sobre todo en un deporte que juegas desde niño. Luego de irme de Cuba, sin saber que iba a dedicarme a esto y obtener el bronce europeo, ha sido lo máximo.
Quisiera clasificar a un Mundial, pero comenzar por aquí hace que me sienta realizado.
¿España está muy lejos de Lituania y Francia?
Abrimos en el torneo con Francia y fue como un calentamiento. Perdimos 9-1 y 3-0. Con Lituania nos estábamos jugando la clasificación al Mundial, pero había una realidad que no podemos esconder. Nuestro equipo no estaba tan consolidado como el de los lituanos, que llevan muchos años entrenando en conjunto. Están muy coordinados como selección, y eso es vital en este deporte. Sin embargo, el juego contra Lituania fue muy cerrado, y perdimos con marcadores de 6-4 y 4-1.
Nosotros dimos lo mejor en el campo. Nos faltó el entrenamiento y la comunicación de equipo que tienen ellos de muchos años en la práctica del baseball5, pero el tercer lugar fue algo histórico para España, prácticamente debutando a ese nivel.
¿Jugadores cubanos como referentes?
Briandy Molina y Orlando Amador, mis compañeros de equipo en Cuba y mis amigos. Ellos dos estuvieron constantemente durante el Campeonato Europeo dándome indicaciones, consejos sobre cómo jugarle a los rivales. Estuvieron pendientes los seis días de la competencia. Y siempre valoré mucho sus consejos, porque son de los mejores jugadores del mundo.
¿Qué pasaría si Cuba y España se enfrentan?
Es lo que más deseo, por el tema de participar en el Mundial. No enfrentarme a ellos porque son mis amigos, sino por asistir al Mundial. Cuando nos enfrentemos seremos rivales en el campo, y además nos conocemos de años. Quisiera que se nos diera la oportunidad de enfrentarlos.
¿Futuro en el baseball5 y proyecciones con España?
Estamos ampliando el deporte en España, haciendo clubes en las diferentes regiones para masificarlo, para que la gente lo vea más. Estamos haciendo promociones, encuestas en Instagram, que la gente se sume, sobre todo para que aumente la cantidad de jugadores de categorías infantiles y juveniles. Y así sumar puntos en el ranking porque la participación de España en eventos internacionales nos garantiza escalar posiciones.
Quisiera que se sumara la mayor cantidad de jóvenes, y de mujeres, que por su poco rodaje y experiencia en baseball5 fueron el punto más débil del equipo en el Europeo. Tengo 29 años, y mientras me sienta fuerte puedo jugar baseball5, pero quisiera darle la oportunidad a las nuevas generaciones.
¿Sueños en el baseball5?
Quisiera que el deporte fuera olímpico. Con el Mundial ya está muy bien, pero quisiera que el baseball5 escalara a otro nivel, que se juegue en clubes, y que la gente, los cubanos que se van de Cuba, tenga la oportunidad de jugar baseball5. Quisiera que eso se cumpliera.