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El deporte cubano enfila al cierre del primer año del ciclo olímpico con sensaciones contrastadas. Por una parte, jóvenes estrellas se consolidaron este 2025 en grandes competiciones y exhibieron un potencial extraordinario para reinar donde se lo propongan. Sin embargo, más allá de esas individualidades se notaron las maltrechas costuras del movimiento atlético nacional, también muy golpeado por la crisis generalizada que vive el país.
De cara a Los Ángeles 2028 —aunque todavía queda muy lejos en el horizonte—, septiembre nos dio la oportunidad de tomar el pulso a disciplinas cruciales en las aspiraciones de Cuba como el boxeo, la lucha, el voleibol y el atletismo. La fiebre mundialista de todos estos deportes nos colocó frente a un escenario de prueba en el que los resultados dejan más dudas que certezas.
Triplete de podios
Seis finalistas, una campeona y dos medallistas de bronce fue el saldo de la comitiva antillana en el Mundial de atletismo de Tokio, donde se ubicaron en el puesto 16 del ranking por preseas y por puntos.
Leyanis Pérez fue la gran líder del equipo con su título en el triple salto, válido para romper una racha sin coronas que venía desde la edición de Doha 2019, cuando Yaimé Pérez subió a lo más alto en el lanzamiento del disco.
También resultaron trascendentes las contribuciones de Lázaro Martínez (triple) y Silinda Morales (disco) con desempeños que le permitieron cosechar sendas preseas de bronce. A esa cosecha se unieron Liadagmis Povea, cuarta en el triple, Mario Díaz, quinto en el disco, y Roxana Gómez, sexta en la carrera más impresionante de 400 metros que se recuerde.
Precisamente, la sureña firmó uno de los dos récords cubanos que se inscribieron en los libros durante el certamen, al detener los cronómetros en 49.48 segundos, para destrozar la marca vigente, en poder de la legendaria Ana Fidelia Quirós desde 1991.
Lo más notable es que varios miembros de la delegación mejoraron sus registros personales de la temporada o de sus carreras, prueba de que llegaron al evento en buena forma. Contrario a lo que había sucedido en otras campañas, hubo una planificación más certera y la mayoría logró superarse. Al margen de las medallas, esto dejó una buena sensación en un grupo de atletas jóvenes con margen para seguir creciendo.
Naufragio del “buque insignia” en Liverpool
Las esperanzas cubanas de tener al menos un finalista en el Campeonato Mundial de boxeo en Liverpool se desvanecieron luego de que Erislandy Álvarez (65 kilogramos) y Alejandro Claro (50) quedaran fuera de las discusiones de la corona en sus respectivas divisiones.
No hubo cierre balsámico para el llamado “buque insignia” del deporte cubano en tierras inglesas, donde poco a poco cayeron cada uno de los ocho exponentes de la delegación hasta quedar solo tres medallistas de bronce.
Desde el punto de vista cualitativo, esta es la peor actuación histórica de la isla, que nunca se había quedado sin finalistas en una lid global. Si vamos a lo cuantitativo, es la menor cantidad de medallas conquistadas en una cita del orbe, igualada con las ediciones de Bakú 2011 (dos oros y una plata) y Yekaterinburg 2019 (un metal de cada color).
Mundial de boxeo: Cuba, sin balas doradas, firma su peor actuación histórica
“El problema neurálgico del equipo está en la falta de competiciones internacionales. Lo planteamos en todos los chequeos de la preparación. El boxeador cubano está adaptado a pelear bastante y ahora fuimos casi que a nuestro primer evento del año”, precisó el jefe de entrenadores del equipo nacional, Rolando Acebal, durante un intercambio con el periodista Pável Otero.
“En los tiempos de la Serie Mundial teníamos 20 o 30 peleas en seis y ahora no es así. Cuando llegamos a Liverpool nos dimos cuenta que muchos atletas tenían mucho ritmo, mucho fogueo. Se han celebrado tres Copas del Mundo en Brasil, Kazajistán y Polonia y nosotros no hemos podido participar, y tampoco en otros torneos que se han celebrado en Europa con 30 o 40 países”, sentenció.
Lucha: un rayo de luz y nada más
“Hay valores, pero hay que tener cuidado. Yo pongo un SOS. Atención con la lucha. No estoy conforme”. Esas palabras del entrenador Raúl Trujillo, hace solo tres meses en el podcast Pidiendo Pista, de Lilian Cid, podían parecer algo alarmistas, pero el que sabe, sabe.
El estelar preparador que condujo con precisión quirúrgica los últimos años de Mijaín López en la élite olímpica lanzó un aviso que ahora tiene mucho más peso luego de la actuación cubana en el Mundial de Zagreb, Croacia, donde solo se logró una medalla de bronce.
Milaimys Marín, que hace un año se quedó con el bronce en París 2024, ahora repitió en el podio y se reafirmó como una de las atletas cubanas con mayores potencialidades de cara a Los Ángeles 2028. Ahí llegará en plena madurez competitiva con el sueño de escalar un poco más, pero de momento ha dado el primer paso tratando de estabilizarse en la élite.
Milaymis Marín puso a Cuba en el medallero del Mundial de Luchas
Más allá de Marín, otros estelares como Gabriel Rosillo, Oscar Pino o Luis Alberto Orta no pudieron avanzar hasta la discusión de las medallas, aunque en el caso de Orta se vio claramente perjudicado por decisiones de los jueces.
De las últimas participaciones mundialistas de la lucha cubana (en cualquiera de sus estilos), esta es la segunda peor cosecha, solo por detrás de la cita de Belgrado 2022, donde no se ganó ninguna medalla.
Después de ese bache, en la lid global de 2023 se volvió al podio y en los Juegos Olímpicos de París también la actuación fue notable, por lo que quizás, luego de este traspié, se pueda corregir el rumbo. Material humano existe para lograrlo.
Contra la net
La selección masculina de voleibol venía de alcanzar la fase final en la Liga de Naciones y las expectativas eran altas, pero los dirigidos por Jesús Cruz se estrellaron en el mismo primer partido del Mundial de Filipinas contra el débil elenco de Portugal, puesto 29 del ranking global.
Esa derrota en cuatro parciales condicionó el resto del evento, en el que Cuba barrió a Colombia y después perdió con Estados Unidos para caer eliminados en fase de grupos. Contra los norteños, de ganar, existía la posibilidad de limpiar la imagen y colarse al menos en la ronda de cruces directos, pero también fallaron cuando dependían de sí mismos.
Tras 14 años, Cuba vuelve a ganar en un Mundial de voleibol femenino
Desde todos los puntos de vista, la actuación de Cuba en la lid califica como decepcionante, pues todo apuntaba a un posible repunte en los resultados internacionales, impulsado por una generación de jóvenes jugadores que ha adquirido protagonismo en exigentes ligas internacionales.
También contra la net se estrelló el equipo femenino en el Mundial de Tailandia, aunque al menos consiguieron una victoria en la cita, algo que la isla no lograba desde hace 14 años. Dirigidas por el brasileño Luizomar Moura, las chicas rescataron un éxito frente a Serbia, todo un bálsamo en medio de la crisis en que están sumidos los equipos de mujeres en este deporte desde hace ya más de una década.
No obstante, tampoco hay que lanzar coronas al vuelo. El voleibol femenino está en una situación precaria desde su base y sin el mismo potencial humano del masculino. La misión de Moura en esta nueva etapa al frente del elenco está cargada de retos que pasan por la restructuración casi total del sistema del deporte de la malla alta en la isla. Una victoria en un Mundial no cambia el panorama…