El gallo de Les Bleus no cantó

“¡Cerrado por capacidad, señores! ¡Cerrado!’”, gritó el portero a un grupo de aficionados franceses que venían al bar Le Point Central de la ciudad de Saintes, en Francia, para ver la final de la Copa del Mundo. Mientras Les Bleus y la Albiceleste se preparaban para salir al terreno este domingo, en el estadio de Lusail, los franceses se reunían en bares para ver el partido entre ambos equipos.

Y una, y dos, y tres estrellas. Tras una final con un escenario rocambolesco, en la que los franceses lograron empatar dos veces, Argentina se proclamó campeona del mundo por tercera vez (después de 1978 y 1986) al vencer a Francia en los penales (3-3, 4-2).

Superior durante más de una hora de juego, la Albiceleste abrió rápidamente el marcador con un penal transformado por Lionel Messi (minuto 23), mientras que Angel Di María hizo el segundo poco antes del descanso (minuto 36). Pero casi al final del partido, Kylian Mbappé logró propulsar a los Azules, gracias a un doblete seguido (minutos 80 y 81).

Si Lionel Messi pensaba dar el golpe de gracia marcando el tercer gol argentino (minuto 108), no contaba con el prodigio tricolor que anotó un tercer gol (minuto 118). Pero en los penales, fue Argentina la que finalmente se impuso, tras los fallos de Coman y Tchouaméni. Lionel Messi consiguió así su primer título de campeón del mundo y el tercero para la Albiceleste.

Esta fría noche de diciembre de 2022 quedará grabada a fuego en la memoria de todos los aficionados al fútbol. En los bares abarrotados de la ciudad, los cristales vibraban cuando los franceses, esperanzados, se unían en coro para entonar el sencillo “Freed from Desire”, de Gala, que se había convertido en el himno de victoria de los Azules. No fue suficiente. 

Un partido de fútbol es un asunto serio: amigos, familias y vecinos pueden poner fin a sus relaciones si la temperatura emocional sobrepasa ciertos límites. Guillaume Lemercier, francés de nacimiento y defensor de Los Azules, decidió unirse a sus compatriotas que miraban el partido en el bar Le Point Central. Le tiembla la voz cuando dice: “Mi esposa es argentina. Acordamos no mostrar ninguna emoción durante el partido. Cumplimos nuestra palabra. Pero, casi al final, antes de que se acabara el match, no aguantó ni 30 segundos y gritó de alegría por la ventana bien abierta : ‘¡Viva Argentina!’. Una terrible herida”.

Pero en esta edición del Mundial la polémica ha ido más allá de familias o grupos de amigos; y más allá del deporte. Desde que la sede del torneo fue otorgada a Qatar en 2010, se han registrado 717 muertes de trabajadores indios y al menos 382 de nepalíes, según una investigación publicada por el diario británico The Guardian. Además, en Qatar están restringidas las libertades de las mujeres y las personas LGBTQ+.

En Francia, el partido de la final representó un desafío de seguridad. El Ministerio del Interior francés y los prefectos departamentales pusieron en marcha severas medidas para evitar la violencia durante el encuentro. En total, 14 mil policías y gendarmes fueron movilizados, de ellos 2 570 en París, según un tuit de Gérald Darmanin, Ministro del Interior francés.

Para otros, el fútbol puede haber creado algún problema de orientación. La Administración Autónoma de Transportes Parisinos (RATP, por sus siglas en francés) decidió cambiar el nombre de la estación de metro “Argentina” por el de “France – Allez les Bleus!” (Francia – ¡Arriba los Azules!). El cambio es solo por hoy; pero los turistas despistados que visitan París corren el riesgo de confundirse de parada al regresar a sus hoteles esta noche.

Al final, después de un juego emocionante y ajustado, los aficionados franceses no saltaron de alegría. El gallo de los galos no cantará mañana, pero Francia es, por el momento, la primera selección que ha ganado todas las competiciones internacionales de fútbol: Copa del Mundo (1998 y 2018), Copa Confederaciones (2001, 2003), Juegos Olímpicos (1984), Campeonato de Europa (1984, 2000) y, en 2021, añadieron la Nations League a su palmarés, convirtiéndose en el primer equipo europeo, y el único hasta la fecha, que ha ganado todos estos trofeos.