El pasado primero de agosto, el ente rector del fútbol en Cuba dio a conocer, a través de sus distintas plataformas de redes sociales, la designación de Yunielis Castillo como nuevo seleccionador nacional del equipo masculino para mayores.
“La Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) anuncia la designación de Yunielys Castillo como nuevo director técnico de la selección de fútbol de Cuba”, podía leerse en el comunicado oficial emitido por la institución.
Avalado por el certificado de Entrenador UEFA A —obtenido recientemente en Italia— y habiendo sido el primer expediente en el curso para la obtención de la licencia C acreditado por CONCACAF y AFC, el estratega espirituano llega al banquillo de la absoluta en medio de tempestades.
Y es que su nombramiento suscitó polémica entre aficionados, prensa y glorias de este deporte en la isla. Si bien un sector de la comunidad futbolera cubana entiende oportuna su elección, no son pocos los que cuestionan la idoneidad del mismo para estar frente al volante de la selección absoluta.
Aunque algunos señalan su escasa experiencia como DT en circuitos internacionales, en la inmensa mayoría de los casos, los detractores de esta decisión no rechazan su nombramiento bajo argumentos ad hominem (contra el hombre), sino que —como consecuencia del batacazo sufrido por Los Leones del Caribe en la reciente Copa Oro— cada vez son más los que apoyan la teoría de la necesidad de un entrenador extranjero con experiencia contrastada en circuitos profesionales.
En su hoja de ruta, Castillo exhibe dos quintos lugares al frente del modesto equipo de Sancti Spíritus en torneos nacionales, un breve paso como asistente de la selección absoluta durante el mandato de Pablo Elier Sánchez, así como la dirección de la selección cubana para menores de veinte años en el último Premundial de la categoría, celebrado en la ciudad hondureña de Tegucugalpa durante el mes de junio de 2022.
A juzgar por lo visto en este torneo, su dirección se caracterizó por el orden a nivel defensivo, mediante la implementación de un sistema 5-4-1 que explotaba la velocidad de sus extremos y carrileros para salir a la contra con transiciones rápidas.
Con esta propuesta —y contra todo pronóstico— Cuba logró derrotar a Canadá por la mínima en su primera salida y golear escandalosamente (6-0) a Saint Kitts y Nevis. Sin embargo, su gestión al frente de la Sub-20 se recuerda por una decisión que le condenó ante la opinión pública: guardarse a los titulares en el tercer partido ante Estados Unidos aun cuando el empate bastaba para clasificar de primeros de grupo.
Si bien esta medida fue implementada bajo el argumento de poder evitar tarjetas y lesiones para llegar a octavos de final contando con sus mejores elementos, la derrota (0-3) ante los norteamericanos tuvo como consecuencia la ruptura de la dinámica ganadora y el emparejamiento ante la difícil Panamá en el cruce; selección que terminó haciendo valer su favoritismo y eliminando a Cuba (0-1) sin que se pudiera conseguir la clasificación a ninguno de los eventos mundiales y regionales que se encontraban en disputa.
Aunque esta decisión, en su momento, alimentó el relato que le señalaba como responsable de desperdiciar una gran generación, el tiempo le ha dado una nueva perspectiva al análisis. El bajo rendimiento a nivel de clubes que han experimentado los pocos jugadores de ese grupo que lograron salir al fútbol profesional, hace pensar que —tal vez— el desempeño de esta selección simplemente estuvo acorde a sus reales posibilidades; o incluso por encima, si tenemos en cuenta el resultado ente Canadá.
Eso sí, como reza un viejo adagio de la cotidianidad cubana, “no es lo mismo con guitarra que con violín”. Dirigir una selección mayor entraña un nivel de dificultad bien distante del que puede exigir una selección Sub-20.
En categorías inferiores, donde los futbolistas todavía se encuentran en etapas de formación, las diferencias individuales entre los jugadores de uno y otro equipo no son tan grandes como a nivel de selección mayor; por lo que ahora le tocará planificar partidos contra equipos más trabajados técnica y tácticamente. Asimismo, en el plano extradeportivo, es más complicado liderar un vestuario lleno de jugadores profesionales, con personalidades más maduras, un vestuario futbolistas que han visto pasar por el banquillo de sus clubes a entrenadores de todos los niveles.
El estreno de Yunielis Castillo al frente de la absoluta será el próximo mes, específicamente el 8 de septiembre, cuando enfrente a su similar de Haití en la primera jornada de la Liga de Naciones de CONCACAF. Luego, el elenco nacional deberá regresar a Cuba, donde estarán recibiendo a Surinam el día 12 en el Estadio Antonio Maceo.
Tras una pausa de un mes, los pupilos de Castillo estarán enfrentando a Honduras en condición de local el día 12 de octubre y, tres días después, cerrarán su calendario cuando enfrenten a este mismo rival en tierras catrachas.