Liga de Naciones Concacaf: tres meses de ilusión para Cuba

Cuba ascendió al grupo principal de la Liga de las Naciones de la Concacaf, pero su estancia allí debe ser efímera y, probablemente, demorará en repetirse

Duckens Nazon (i) de la selección haitiana controla el balón ante la defensa cubana durante un partido por la última jornada de las eliminatorias de la Liga de Naciones de la Concacaf entre Haití y Cuba este domingo, en el estadio Sylvio Cator, enPuerto Príncipe (Haití). EFE/Jean Marc Herve Abelard

Duckens Nazon (i) de la selección haitiana controla el balón ante la defensa cubana durante un partido por la última jornada de las eliminatorias de la Liga de Naciones de la Concacaf entre Haití y Cuba este domingo, en el estadio Sylvio Cator, enPuerto Príncipe (Haití). EFE/Jean Marc Herve Abelard

Cuba aparecerá en el tercer bombo del sorteo de la Liga de las Naciones de la Concacaf, que se efectuará este miércoles en The Chelsea, una de las torres del lujoso hotel y casino The Cosmopolitan, en Las Vegas.

Tras ganar el ascenso al primer nivel (Liga A) del certamen futbolístico con sus victorias sobre Islas Turcas y Caicos, Granada y República Dominicana, los cubanos esperarán a ver qué rivales les depara el azar en Las Vegas, donde se definirá el camino de las 12 selecciones que, a partir de septiembre, comenzarán su andadura en el novedoso evento.

Para los antillanos, solo estar en la máxima categoría de la Liga ya es un privilegio, al igual que su clasificación a la Copa Oro 2019. Esos dos hechos despiertam la ilusión de los fanáticos al fútbol en la Isla. Sin embargo, muchos son conscientes de que el trayecto promete ser también muy escabroso y efímero, teniendo en cuenta que, ahora mismo, la selección se encuentra varios escalones por debajo de las grandes potencias de la región.

Cuba partirá en el sorteo en el bombo tres, junto a Martinica, Curazao y Bermuda, los únicos que no podrán ser sus rivales en la fase de grupos. En el bombo uno, como potencias contrincantes, aparecen México, Estados Unidos, Costa Rica y Honduras, mientras en el dos están Panamá, Canadá, Haití y Trinidad y Tobago.

A partir de esas bolas se formarán cuatro agrupaciones de tres equipos cada una, de las cuales, el ganador avanzará a las semifinales del torneo, el segundo escaño conservará el grado en la Liga de las Naciones, y el tercer puesto descenderá a la Liga B.

Ninguna de las combinaciones que imaginamos deja en un grupo sencillo a Cuba, que será siempre la Cenicienta, el rival más débil, sobre todo si el país mantiene la postura de no convocar a los jugadores nativos de la Isla, pero radicados en otros países.

Los ocho potenciales contrincantes han sido duros huesos para la selección en el pasado, empezando por los haitianos, que, sin ser de los más duros del área, nos vencieron 2-1 el pasado fin de semana en el cierre de la primera etapa de la Liga de las Naciones.

No obstante, la oportunidad de viajar a plazas de muchísimo nivel en la región, a estadios de equipos mundialistas con aficiones que presionan a más no poder, será una experiencia notable para los futbolistas del patio.

Además, los seguidores cubanos podrán recibir en el Pedro Marrero a jugadores de talla mundial si, por ejemplo, caemos junto a México, Estados Unidos o Costa Rica. ¿Se imaginan a Keylor Navas defendiendo la portería “tica” en La Habana?

Los tres meses iniciales de la Liga de las Naciones serán un trance de ilusión para los cubanos, independientemente de los resultados. Ese tiempo habrá que aprovecharlo al máximo, disfrutar de nuestros jugadores –ojalá se puedan ver todos los partidos en directo por la televisión nacional– y también de los contrarios.

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Después, si finalmente se desciende, regresar a la Liga A no será nada fácil, pues habría que ganar uno de los cuatro grupos del segundo nivel, donde se jugaría fundamentalmente contra rivales del Caribe.

Muy distinto sería el panorama para Cuba si la dirección del Inder accede por fin a la convocatoria de jugadores nativos de la Isla, pero radicados en otros países, lo cual ya ha sido demandado por el técnico de la selección, Raúl Mederos.

Onel Hernández, Marcel Hernández, Arturo Diz Pe, Jorge Luis Corrales y “Keko” Fernández, por solo mencionar algunos futbolistas establecidos en distintos circuitos profesionales, le darían otro aire a la selección y, seguramente, ayudarían a pelear contra los “peces gordos” de la región.

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