Sin la sombra de Cristiano Ronaldo para por lo menos mantener algo de suspenso, un espectacular Lionel Messi no tuvo a nadie que le hiciera sombra y llevar al Barcelona a otro título de la Liga española.
El Barcelona conquistó el título el sábado, con tres fechas de anticipación, luego que Messi salió de la banca y anotó el gol para la victoria 1-0 ante el Levante en el Camp Nou.
Su octava corona en 11 temporadas certifica al Barça como el club hegemónico en España durante la última década. El equipo azulgrana ahora acumula 26 trofeos de la Liga, solo detrás de los 33 del Real Madrid.
Pero éste título estuvo telegrafiado desde hace rato. Apenas han perdido dos partidos en 35 fechas, distanciándose temprano en la temporada. Ahora pude enfocarse de lleno en conquistar un nuevo triplete, cuando se mida ante el Liverpool en las semifinales de la Liga de Campeones, a partir del 1 de mayo, y enfrente al Valencia en la final de la Copa del Rey, el 25 de mayo.
¿Cómo es que el Barcelona lo ha logrado tan apaciblemente?
Estas son las principales razones:
Messi
Cuando parecía que Messi había tocado techo, el argentino cuajó otra temporada fuera de serie.
Messi pisa fuerte para obtener su sexto Balón de Oro, una cifra récord, por una temporada en la que ha anotado 46 goles en todas las competiciones hasta el momento y asistir en muchos más para sus compañeros.
El máximo anotador de todos los tiempos de la Liga fue particularmente letal a balón parado esta campaña. Seis de sus 34 goles ligueros fueron de tiro libre. Messi llegó a convertir de falta directa en tres partidos seguidos a fines de marzo y principios de abril.
A los 31 años de edad, Messi sigue siendo más rápido con el balón. Su visión en la cancha es inigualable. Su zurda es una pesadilla para los arqueros cuando encuentra el mínimo espacio de maniobra cerca del área.
Y, por si fuera poco, asumió el papel de líder en el Barcelona luego de la salida de Andrés Iniesta el año pasado.
El Messi con cabello largo, callado y que se alejaba de las cámaras y micrófonos en sus primeros años ha desaparecido. Ahora, hay un Messi que habla por sus compañeros con los árbitros en la cancha, y _en ocasiones_ con los medios tras el partido.
Su majestuosidad se vio ejemplificada en un duelo en Sevilla el 17 de marzo.
Cuando Messi marcó su tercera diana con un remate que elevó sobre el portero y rozó el travesaño para terminar en la red, los hinchas del Real Betis sólo pudieron levantarse de sus asientos, aplaudir y comenzar a corear “¡Messi! ¡Messi! ¡Messi!” en reconocimiento a su actuación inolvidable.
“Hace goles de todo lados”, dijo Valverde el sábado. “Es el centro de todos los éxitos. Está claro que la época en la que está en el Barça han llegado un surtido de títulos y ligas. Si tiene que haber un nombre por encima de cualquiera es el suyo. Marca nuestro estilo y su nivel de competitividad nos empuja a todos”.
La defensa
Un equipo que siempre ha sido reconocido por sus excelentes mediocampistas, la defensa del Barcelona levantó su nivel y fue el bloque que mejor rindió esta temporada.
Gerard Piqué encabezó el cuarteto de zagueros con su mejor temporada hasta la fecha. Piqué, de 32 años, redobló su dedicación al club luego de renunciar a la selección el año pasado. El resultado fue una constante serie de actuaciones impecables.
Clement Lenglet superó las expectativas como compañero de Piqué en el centro de la defensa. Tras llegar del Sevilla, se suponía que iba a ser el sustituto de su compatriota francés Samuel Umtiti. Pero su habilidad de anticiparse a sus adversarios le valió titularidad luego de que Umtiti fue descartado por una lesión.
Jordi Alba fue uno de los socios favoritos de Messi con sus proyecciones por la banda izquierda, en tanto que Sergi Roberto y Nelson Semedo dieron al técnico Ernesto Valverde dos opciones rápidas y fiables en el lateral derecho.
Profundidad
El uruguayo Luis Suárez volvió a ser la perfecta segunda opción anotadora, marcando 20 goles.
Valverde supo asignar a otros jugadores para que el equipo fuera siempre peligroso, alternando entre la velocidad de Ousmane Dembélé por la banda, el control del balón de Arthur y el músculo del todoterreno Arturo Vidal según lo ameritara cada momento.
Ivan Rakitic también se destacó como un jugador versátil para Valverde. El croata aportó equilibrio en el ataque y también en la contención junto a Sergio Busquets en la medular.
La profundidad del Barcelona se plasmó el 28 de octubre, cuando Suárez marcó un triplete para la victoria 5-1 ante el Real Madrid, con Messi descartado por una lesión en el brazo.
Sin adversarios
No era un pronóstico atrevido que el Real Madrid iba a tener una mayor dificultad para frenar al Barça tras la salida de Cristiano a la Juventus.
Sin embargo, el Madrid fue un desastre desde el segundo mes de la temporada. Se descolgó de la contienda antes del punto medio y despidió a los técnicos Julen Lopetegui y Santiago Solari para que después Zinedine Zidane tomara las riendas de un equipo sin aspiraciones.
El Atlético de Madrid fue el único equipo merecedor de ser considerado como un candidato al título. Pero la victoria 2-0 del Barcelona sobre el Atleti, gracias a los goles de Messi y Suárez, sepultaron las escasas probabilidades del cuadro del argentino Diego Simeone con siete jornadas para el final.