Un zarpazo de Yoelvis Fiss mandó a volar una pelota a territorio de nadie, por la desierta pradera que existía entre los jardineros pinareños. Yorelvis Charles, ya con 37 años y sin rastros de la velocidad que en algún momento poseyó, corrió todas las bases sin perder la brújula y llegó con el alma al plato, para marcar la carrera que coloca a los Tigres avileños a dos pasos de conseguir su segunda corona nacional en línea.
Desde que aquella segunda versión de la Aplanadora santiaguera, comandada por Antonio Pacheco, lograra hilvanar dos trofeos consecutivos en 2007 y 2008, ningún otro elenco ha materializado la hazaña, y para la tropa que comanda Roger Machado tiene un valor adicional.
Atizado por años como un elenco incapaz de ganar el juego bueno, sin poder resolutivo en las instancias definitivas y contra las novenas de mayor tradición, ahora Ciego de Ávila se ha consolidado como el elenco a derrotar en el escenario doméstico, con cuatro finales en el último lustro, y par de coronas.
Ahora se encuentran a medio camino del cetro, tras superar dos veces a Pinar del Río en el parque José Ramón Cepero, amparados primero en una ofensiva voraz y pitcheo certero de Vladimir García, y en el segundo capítulo del mencionado batazo crucial de Fiss y una labor monticular inmaculada de Lázaro Blanco y Yennier Cano.
Madurez, esa es la palabra de orden para entender el dominio actual de los Tigres, sin obviar que han logrado mantener la base de su conjunto con un mínimo de bajas por las habituales salidas del país de jugadores con aspiraciones de probarse en el béisbol profesional.
“El béisbol cubano atraviesa por un momento crítico por el tema de las bajas y las deserciones, eso no es un secreto para nadie, sin embargo, nuestra provincia ha demostrado que se puede mantener un nivel elevado trabajando seriamente desde la base, garantizando el relevo de las principales figuras. Nosotros hemos mantenido una línea, sin tantas afectaciones, pero también hemos sido golpeados, solo que hemos encontrado en breve tiempo un sustituto de calidad”, precisó Roger Machado, mentor de los Tigres en la etapa más triunfal de su historia.
Y guarda mucha razón, porque han logrado equiparar las pérdidas de Rusney Castillo y Adonis García, establecidos en el béisbol profesional de Estados Unidos, con la irrupción de Cano, Osvaldo Vázquez, José Adolis García y Luis Robert Moirán, tres de los principales prospectos de toda la pelota cubana, incluyendo los que ya no se encuentran en la Isla.
A todo esto debemos sumar que hombres como Yorbis Borroto, Raúl González, Yoelvis Fiss, Vladimir García y Dachel Duquesne se encuentran en el tope de su carrera al adquirir una notable maestría para enfrentar el nivel de la pelota nacional.
¿Qué esperar del viaje al San Luis?
Con la desventaja de dos juegos, los Vegueros pinareños están forzados a ganar cuatro duelos en seis oportunidades, un reto nada sencillo si tenemos en cuenta el excelente momento de los Tigres, sin obviar detalles históricos como que solo dos equipos (Santiago de Cuba en 1999 e Industriales en el 2010) en los últimos 25 años han logrado remontar una diferencia de 0-2.
No obstante, Pinar del Río demostró contra Matanzas que todavía conserva su casta y capacidad para remontar. “Estamos concentrados, sabemos que no es sencillo, pero tenemos que pensar solo en hacer bien las cosas. Para nada nos pasa por la mente que vaya a ser fácil, Ciego ya sabe lo que es jugar postemporada y ganar un campeonato, su ofensiva es muy fuerte y resaltan por su equilibrio. Como estamos en una situación compleja debemos pensar en producir con hombres en posición anotadora y buscar las carreras que nos han faltado”, aseguró el inicialista pinareño William Saavedra, bujía de los vueltabajeros.
“Este equipo juega al béisbol duro, dan mucha guerra, nunca se dan por vencidos, y venimos de una serie muy dura contra Matanzas. Creo que podemos levantar en Pinar del Río y nivelar el duelo para después luchar por la victoria final”, expresó Michael González, noveno bate y torpedero de los pinareños, quien ha tenido un play off por encima de sus posibilidades.
Ese es el sentir de los jugadores del plantel más occidental de Cuba, pero desde Ciego de Ávila no ceden y quieren liquidar rápido el asunto.
“Son un contrario de cuidado, pero tenemos un gran ánimo, la autoestima por las nubes ya con dos años seguidos discutiendo el campeonato. En el orden personal me he preparado bien, rompí el record de dobles y quiero terminar por todo lo alto, pues después de este año pienso retirarme”, confesó Ariel Borrero, villaclareño refuerzo de los Tigres por segunda campaña consecutiva.
Sin dudas, los avileños tienen toda la ventaja, pero los pinareños no entregarán las armas ante su afición, suficiente para esperar duelos de alta tensión en el parque Capitán San Luis, donde los Tigres buscarán rugir y confirmarse como el rey definitivo de la selva.