Miguel Alfredo González, uno de aquellos talentosos pitchers del equipo Habana que ganó la Serie Nacional 2008-2009, murió en un accidente de tránsito en su visita a Cuba, este 23 de noviembre.
Era derecho, tenía 31 años y tuvo una fugaz aparición en las Grandes Ligas con los Phillies de Philadelphia. Alguna vez su recta sobrepasó las 95 millas, y con varios rompimientos en su repertorio, los especialistas vaticinaron que sería una estrella en el mejor béisbol del mundo. Pero la inconsistencia y las lesiones truncaron su carrera.
Alfredo Despaigne, con un jonrón de tres carreras en extrainning le dio a Cuba el V Campeonato Mundial de Béisbol Universitario, en 2010. Aquel bambinazo sirvió para derrotar 4-3 a los Estados Unidos y el granmense será recordado como el héroe.
Pero muchos olvidan a Miguel Alfredo, otro héroe silencioso, que actuó durante 9 innings y dos tercios. De su brazo se colgó Cuba y sobrevivió hasta el batazo decisivo. Aguantó a pie firme y repartió 14 ponches a los estadounidenses. Salió, extenuado del box, con 153 lanzamientos, porque el director Eduardo Martín Saura no confiaba en sus relevistas.
En Cuba fue héroe y después marginado. Era parte de un staff inigualable del Habana, desintegrado después para mal del béisbol cubano. Los Vaqueros, como le apodaban a aquel conjunto, tenían poder y juventud, en Jonder Martínez, Yulieski González, Miguel Lahera, Yadier Pedroso y Miguel Alfredo González.
Juntos esos brazos bendecidos, y casi a golpe de pitcheo, el Habana triunfó en la temporada 2008-2009. Miguel Alfredo tenía solo 22 años, pero abrió el juego final, el del título. En aquel duelo tiró 113 pelotas para el home y no permitió carreras. Fue su mejor temporada en la Isla.
En ocho campañas cubanas, entre 2004 y 2012, ganó 36 juegos, perdió 30 y tuvo un promedio de carreras limpias de 3,78 en 596 entradas de actuación. Con la selección nacional, en la Copa Mundial del 2009, terminó con 3-0 y en el Mundial de 2011 ganó un juego al elenco de República Dominicana.
En la Serie 2011-2012 apenas trabajó 3,1 innings y eso fue lo último que hizo en Cuba. Fue suspendido por intentar huir de la Isla y estuvo casi dos años sin jugar. En ese período fue operado para extraerle espolones óseos del codo. Después, salió con rumbo a Costa Rica a principios de 2013, y más tarde fijó residencia en México.
Pero el derecho perseguía un sueño: llegar a Grandes Ligas. Era joven aún y tenía condiciones para intentarlo. En un mercado ávido de talento cubano, Miguel Alfredo realizó exhibiciones para las organizaciones de la Gran Carpa. Incluso a Tijuana fueron a verlo más de 60 cazatalentos.
Varias novenas se disputaron los servicios, entre estas los Dodgers de Los Angeles, Cachorros de Chicago, Yankees de Nueva York, Medias Rojas de Boston y Vigilantes de Texas, pero los Filis de Filadelfia lograron firmarlo. El acuerdo inicial que le ofrecieron fue de seis años, y $ 48 millones, pero terminó firmando por 12 millones y tres años.
Por su buen físico—6 pies, tres pulgadas y más de 200 libras de peso— los Filis proyectaron en él un segundo o tercer abridor en su envejecida y débil rotación. Pero las lesiones y el dolor, y probablemente el período de inactividad, lastraron su desarrollo.
The Phillies are saddened to learn about the passing of former pitcher Miguel Alfredo González. Our thoughts and prayers are with his family during this difficult time.
— Philadelphia Phillies (@Phillies) November 24, 2017
Su paso por MLB fue efímero y se reduce a septiembre de 2014. No fue abridor sino relevista en seis duelos y no pudo imponerse al máximo nivel. En 5.1 entradas ponchó a cinco bateadores, dio tres bases por bolas, sufrió una derrota y dejó su promedio de carreras limpias en 6.75. En los años posteriores pasó por varios equipos de Ligas Menores, y estuvo en las Águilas de Zulia, en Venezuela.
La suerte le reservó el mismo destino que a su compañero Yadier Pedroso. Ambos fueron grandes promesas del béisbol cubano de su generación y murieron en accidentes de tránsito.
Aunque no fue la gran estrella que vaticinaron algunos scouts, Miguel Alfredo González vistió, al menos por un mes, un uniforme de Grandes Ligas. Fue un bigleaguer cubano.