Mijaín López llevaba 1813 días esperando por este momento. Desde el 15 de agosto del 2016, cuando venció espectacularmente al turco Riza Kayaalp, el Gigante de Herradura había planificado minuciosamente su quinta aventura en Juegos Olímpicos, el territorio sagrado donde, según él, sube el voltaje.
“Cuando tú vas a unos Juegos Olímpicos, que son cada cuatro años, se acaba la 110 y se enciende la 220. Es otra preparación, entrenamientos más fuertes y más dedicación, por eso hay que gozar al máximo”, me dijo en septiembre del 2019, empapado en sudor luego de terminar una sesión de trabajo en el Cerro Pelado.
En aquel momento, Mijaín ni siquiera sospechaba que una pandemia dejaría al mundo en pausa. En medio del caos, un virus desconocido también provocaría la postergación de la cita estival de Tokio, poniendo directamente en peligro sus aspiraciones de ganar un cuarto título olímpico.
A punto de cumplir 38 años y sin la certeza de que los Juegos se celebrarían, los entrenamientos podían convertirse en un castigo innecesario, pero el rey de la lucha grecorromana jamás se planteó dejar de machacarse. “Siempre soy positivo, solo queda prepararme mejor y esperar a que pase esta pandemia”, aseguró con mucha confianza a mediados del 2020.
Desde ese punto hasta los Juegos de Tokio en el 2021, Mijaín invirtió su tiempo en saltar suizas, levantar pesas y hacer kilómetros en la caminadora. Después, cuando la COVID-19 se lo permitió, regresó a los gimnasios, pasó horas peleando y sudando con sus compañeros, se fue a Bulgaria, estuvo tres meses lejos de los suyos, esculpió su figura como el más poderoso de los gladiadores romanos…
Entonces, 1813 días después de que Riza Kayaalp se convirtiera en un objeto volador no identificado tras un volteo épico de Mijaín, llegó el 2 de agosto del 2021. En el Makuhari Messe Hall, sin presión, sin importarle las cámaras, los focos, pensó en todo el sacrificio de los entrenamientos, tomó aire y subió al colchón…
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Iakobi Kajaia comenzó a luchar cuando tenía 11 años, justo en el verano que Mijaín López hizo su debut en Juegos Olímpicos de Atenas 2004. En Tskaltubo, una municipalidad ubicada en el centro-oeste de Georgia, el joven despuntó pronto y antes de cumplir 20 ya estaba entre los gladiadores más prometedores del país europeo.
Como es de suponer, apareció en Campeonatos Mundiales y otros torneos de máxima envergadura, incluida la cita estival de Río 2016, pero no fue hasta el 2018 que comenzó a sumar preseas a sus vitrinas. Desde ese año, ha sido un rostro habitual en los podios europeos e, incluso, logró un bronce del orbe en la lid de Nur-Sultan 2019.
A pesar de su historial ascendente, Kajaia no figuraba en las quinielas como candidato destacado para enfrentar a Mijaín López en la discusión del título de los 130 kilogramos en los Juegos de Tokio, pero la vida le dio la oportunidad de formar parte de la historia. La vida y su propia fortaleza, porque no solo con mística iba a tumbar al vigente campeón de la Copa del Mundo y bronce olímpico, el ruso Sergey Semenov, quien no daba crédito cuando el georgiano “le apagó la luz”.
Ese triunfo de Kajaia en cuartos de final lo puso a las puertas de las medallas, y remató la faena contra el cubano-chileno Yasmani Acosta en semis. Justo ahí, luego de esa victoria, sospechaba que ya sus Juegos Olímpicos habían terminado: un inmortal lo esperaba en el siguiente nivel.
Y, en efecto, los peores presagios del georgiano cobraron realidad. Mijaín López, con la intensidad de un juvenil y la maestría de las leyendas, lo apretó fuerte desde el inicio y volvió a poner en práctica su plan de peleas anteriores: presión alta, forzar la pasividad, penalidad, posición de cuatro puntos, vueltas para aquí, vueltas para allá… Antes de la mitad del combate final, ya el vueltabajero tenía ventaja decisiva.
Entonces llegó el punto de resignación para Kajaia. Casi con un minuto restante, ya el georgiano estaba rendido, disfrutando la derrota, disfrutando una plata olímpica que, bajo las actuales circunstancias, debería contar como oro, porque Mijaín no es de este mundo.
Lo que Kajaia no sabía es que el cubano había empezado mucho antes la fiesta, su fiesta, exactamente como me había vaticinado hace dos años: “El mundo entero va a estar pendiente de lo que haga, son muchos ojos mirando, pero no solo a mí, sino a los que van a aparecer en mi camino. Por eso la presión allí será para todo el mundo y yo voy a disfrutar. El que va a luchar es el campeón, triple campeón olímpico, el que no se equivoca.”
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No son muchos los atletas que han logrado ganar una misma prueba individual en cuatro Juegos Olímpicos consecutivos. De hecho, si revisamos la historia antes de Tokio 2020, solo vamos a encontrar cuatro casos:
* Al Oerter (Estados Unidos/Atletismo-disco/Ganó cuatro Juegos seguidos de Melbourne 1956 a México 1968)
* Carl Lewis (Estados Unidos/Atletismo-salto largo/Ganó cuatro Juegos de Los Ángeles 1984 a Atlanta 1996)
* Michael Phelps (Estados Unidos/Natación-200 metros combinados/Ganó cuatro Juegos de Atenas 2004 a Río 2016)
* Kaori Icho (Japón/Lucha libre- 58-63 kilogramos/Ganó cuatro Juegos de Atenas 2004 hasta Rio 2016)
A esa lista podríamos añadir al danés Paul Elvstrom, quien reinó en las modalidades individuales de firefly y finn (velas) entre los Juegos de Londres 1948 y Roma 1960. Y al otro que ya debemos colocar en ese selecto club es a Mijaín López, dueño de cuatro coronas consecutivas en la máxima categoría de la lucha grecorromana.
Desde Beijing 2008 hasta Tokio 2020, el Gigante de Herradura ha sido un enigma para sus rivales, aunque su historia en citas bajo los cinco aros comenzó antes. En Atenas, Grecia, el antillano debutó el 24 de agosto del 2004 frente al israelí Yuri Evseichik, a quien superó 5-0.
En esos Juegos efectuados en la cuna del olimpismo, Mijaín ganó dos peleas en la clasificación, pero sucumbió en octavos de final frente al ruso Khasan Baroev, único mortal que ha logrado superarlo en Juegos Olímpicos. Después, en la propia urbe griega, consiguió una victoria por el quinto lugar e inició una racha de 17 duelos imbatido en citas estivales.
En sentido general, Mijaín acumula 20 peleas en Juegos Olímpicos, de las cuales ha ganado 19. Desde Londres 2012 hasta el duelo de su coronación en Tokio, Mijaín marcó 55 puntos y no permitió ninguno en 12 presentaciones. El último mortal que logró rayarle la tarjeta fue, de nuevo, el ruso Baroev en la final de los Juegos de Beijing 2008. Ha llovido…
Cronología de las 20 peleas de Mijaín López en Juegos Olímpicos
Atenas 2004
Q-Yuri Evseichik (Israel) 5-0
Q-Yekta Yılmaz Gül (Turquía) 4-0
1/4- Khasan Baroev (Rusia) 0-2
5to-Yannick Szczepaniak (Francia) 4-0
Beijing 2008
1/8-Siarhei Artsiukhin (Bielorrusia) 5-1
1/4- Yury Patrikeyev (Armenia) 4-1
1/2-Jalmar Sjöberg (Suecia) 9-0
Final- Khasan Baroev (Rusia) 6-1
Londres 2012
1/8- Abdelrahman El-Trabely (Egipto) 4-0
1/4-Guram Pherselidze (Georgia) 4-0
1/2- Rıza Kayaalp (Turquía) 4-0
Final- Heiki Nabi (Estonia) 3-0
Río de Janeiro 2016
1/8- Heiki Nabi (Estonia) 3-0
1/4-Johan Eurén (Suecia) 4-0
1/2- Sergey Semenov (Rusia) 3-0
Final-Riza Kayaalp (Turquía) 6-0
Tokio 2020
1/8- Alin Alexuc-Ciurariu (Rumanía) 9-0
1/4- Amin Mirzazadeh (Irán) 8-0
1/2- Riza Kayaalp (Turquía) 2-0
Final- Iakobi Kajaia (Georgia) 5-0
Mijain no tiene consuelo.