La época en que los boxeadores cubanos prácticamente barrían en las carteleras iniciales de los principales torneos es parte del pasado. En otros años, un púgil del calibre de Arlen López (80 kg) no hubiese sudado tanto como este martes para salir airoso en su primera incursión en el torneo de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Horas después de la traumática despedida de Julio César La Cruz, el debut del otro bicampeón olímpico en nómina no fue para nada un paseo, como pudiera leerse de la votación unánime a su favor. Más bien resultó un recordatorio de que a este nivel nadie está a salvo, como intentó demostrarlo el joven turco Kaan Aykutsun.
Cuarto triunfo de #Cuba en el #boxeo de #Paris2024
El doble campeón a este nivel Arlen López (80 kg) debutó con crédito de 5-0 sobre el turco Kaan Aykutsun.#JuegosOlímpicos
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Evidentemente no partía el otomano como favorito, pero podrá presumir desde ahora que llegó con ventaja al segundo asalto de su pleito con un peleador que guarda en sus vitrinas varías fajas mundiales.
Lo consiguió más por la apatía inicial de su rival, que por la reiteración y eficacia de sus golpes. Mas sería injusto negar que obligó al cubano a poner sobre el encerado parisino todo su arsenal, incluido ese cambio de mano que suele descolocar al oponente.
Requerido desde su esquina, Arlen comenzó a activarse hasta llegar al round decisivo a solo un paso de rematar la faena. Necesitaba convencer al menos a uno de los tres jueces que a esas alturas seguían viendo el pleito en absoluto equilibrio, porque difícilmente iba a perder el apoyo que le habían garantizado los restantes. Lo consiguió con lo justo, pero al final es lo que cuenta.
“No me vi perder ese primer asalto, pero son cosas que pasan, y muchas veces eso hace que tanto el boxeador como los entrenadores caigan en el desespero y se pierda el plan táctico establecido. Este caso no sucedió, desde la esquina me aportaron la calma necesaria para completar el trabajo”, declaró el púgil cubano.
“El último asalto es muy difícil para todos, incluso para los jueces, en combates de este tipo. Salí a hacer el trabajo que me indicaron en mi esquina y fue clave para conseguir el resultado”, agregó.
No obstante, por la experiencia reciente y por todo lo que estaba en juego, el momento de escuchar el veredicto a través de la amplificación local no estuvo exento de tensión. Un nuevo desliz hubiese dejado al buque insignia a merced de sus más jóvenes tripulantes, toda una incógnita a pesar de haber firmado algunas actuaciones solventes en la Ciudad de la Luz.
Una de esas demostraciones la protagonizó en esta misma jornada Alejandro Claro (51 kg), superior en toda la línea al brasileño Michael Trindade, también con el beneplácito de todos los jueces actuantes.
Aunque al cubano le acompaña el mérito de haber sido tercero en el más reciente campeonato mundial, lo que más llamó la atención fue que no dejó lucir a su oponente como un subcampeón panamericano.
Vista la presentación de Erislandy Álvarez (63,5 kg), queda por apreciar el estreno de Saidel Horta (57 kg), el otro exponente de la más reciente hornada, quien fue a la capital francesa en busca de una medalla para sumar a la de plata que ostenta a nivel universal.
Muy pronto sabremos si están aptos para reeditar triunfos que hagan más pasajera la nostalgia, porque es seguro que aquellos años de épicos desempeños, nunca volverán.
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