Como si de un déjà vu se tratara, Mijaín López debutará este lunes en los Juegos Olímpicos de París siguiendo una ruta similar a la de Tokio 2020, donde logró su cuarta corona bajo los cinco aros. Al igual que en la capital japonesa, el antillano vivirá su primer examen frente a un gladiador sudcoreano, para luego chocar, muy probablemente, con el iraní Amin Mirzazadeh, aunque ahora las circunstancias son algo diferentes.
En agosto de 2021, Mijaín abrió su camino contra Kim Min-seok, bronce mundial en 2018, a quien derrotó con aplastante superioridad (9-0). En París le tocará el estreno contra el también sudcoreano Lee Seung-chan, debutante olímpico de 28 años sin nada demasiado relevante en su palmarés. Las diferencias entre los dos contrarios son considerables, como también que el cubano llega a París con 41 años y pasados 35 meses desde su última competencia oficial.
No obstante, todos coinciden en que el Gigante de Herradura es favorito para superar esta prueba inicial y avanzar a cuartos de final, donde seguramente le esperará el iraní Mirzazadeh, a quien Mijaín derrotó en una instancia similar en Tokio con apabullante pizarra de 8-0. En aquel momento, el gladiador persa era un chico de 23 años que tenía como principales resultados el título asiático de 2020 y reinados absolutos en las categorías de cadetes y juveniles.
A Paris, en cambio, Mirzazadeh llega en calidad de doble medallista del orbe en la división de 130 kilogramos y con el pronóstico dorado de prestigiosos especialistas y publicaciones. Su evolución en los últimos tres años ha sido notable, pues ganó plata en el Mundial de 2022 y tomó revancha en 2023 con una espectacular coronación, en ambos casos enfrentando a la leyenda turca Rıza Kayaalp, ausente de la presente edición de los Juegos Olímpicos por dopaje.
A todas luces, el iraní es el principal escollo de Mijaín en el camino a su quinta corona olímpica, la cual lo colocaría como el único atleta en la historia con cinco cetros estivales en una misma prueba individual. El hecho de que su enfrentamiento llegue con casi total probabilidad en la ronda de los 16 mejores, significa que tendremos una final adelantada en los colchones del Grand Palais Éphémère, sede de la lucha en París.
Precisamente, por la connotación del duelo, hemos indagado en las virtudes y defectos de Mirzazadeh. De entrada, podemos decir que el persa no es uno de los exponentes más altos (mide 1.85 metros) de la división de 130 kilogramos, pero sí resalta por su fuerza. El iraní ha crecido físicamente desde Tokio 2020 hasta la fecha, aumentando considerablemente su masa muscular.
Este no es un detalle menor, sobre todo si tenemos en cuenta que su crecimiento físico no ha condicionado su excelente juego de piernas y la velocidad de sus desplazamientos, dos factores en los que supera a la mayoría de los rivales de la categoría.
Mirzazadeh depende mucho de su tren inferior, aunque no se pueden desestimar sus otras habilidades. Por ejemplo, es un gladiador que no teme ir al suelo en posiciones defensivas, pues cuenta con un sistema de protección sólido, amparado sobre todo en la movilidad y la agilidad. Además, tiene la fuerza suficiente para mover a grandes rivales, a pesar de que no han sido los desbalances y los tackles una tónica en su estilo.
De cualquier manera, no se puede ver al iraní como un rival pasivo, al contrario, tiene un plan de ataque basado en el desgaste, con un trabajo de pie muy consistente, apoyado sobre todo en su velocidad. Igualmente, tampoco debemos pensar que es invencible, de hecho, este mismo 2024 perdió frente al finlandés Elias Kuosmanen en la final de la 41 edición del torneo Vehbi Emre & Hamit Kaplan, un clásico de la lucha greco que se celebra en Turquía.
Mijaín tendrá que desplegar todo su extraordinario arsenal técnico para desbancar a Mirzazadeh. A su favor, el enfrentamiento llegaría en una segunda pelea, ya después de romper el hielo tras mucho tiempo sin competir, pero sin demasiado desgaste a cuestas.
Aunque esta sería a todos los efectos una final adelantada, no significa que el camino de la leyenda vueltabajera hasta la discusión de las preseas estará libre de obstáculos si logra superar al iraní. En semifinales, por ejemplo, de sus cuatro potenciales oponentes, tres son medallistas olímpicos o mundiales.
Hablamos de los veteranos Heiki Nabi (39 años-Estonia), subcampeón olímpico de Londres 2012 tras caer precisamente contra Mijaín, y de Sabah Shariati (35-Azerbaiyán), bronce en Río de Janeiro 2016. En el caso de Nabi, también logró dos coronas y cinco medallas mundiales, mientras Shariati lleva años compitiendo en la élite de la lucha en Europa.
Los otros dos virtuales rivales de semifinales son el rumano Alin Alexuc-Ciurariu, bronce en la lid del orbe hace dos años, tres veces medallista europeo y ganador de múltiples Grand Prix, y el kazajo Alimkhan Syzdykov, con un palmarés más discreto a nivel asiático.
Por el otro lado del cuadro aparecen más rivales de consideración, como el egipcio Abdellatif Mohamed (bronce en la lid global del pasado año), el búlgaro Kiril Milov (doble medallista del orbe en 2018 y 2022) o el lituano Mantas Knystautas (bronce mundial en 2022). Además, están el joven turco Hamza Bakır (ocupó el puesto de Kayaalp), el siempre peligroso cubano-chileno Yasmani Acosta, el chino Meng Lingzhe o el alemán Jello Krahmer, todos con resultados contrastados a nivel continental.
Estos son los nombres propios de la división de 130 kilogramos en la lucha greco de los Juegos Olímpicos de París. En su mayoría son bestias negras, con credenciales relevantes y herramientas para pelear por escalar a lo más alto del podio. Sin embargo, cada uno de ellos debe pensar que no hay mayor verdugo que el propio Mijaín López.
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Ya el cubano Chileno que enfrentará a Mijain López por el oro en París ha logrado dos medallas, la de Plata (para él) y la de Oro, la más fácil que obtendrá el gigante de Herradura, porque si este es su ídolo, amigo y vienen desde Cuba en entrenamientos juntos pasando por otros países así lo ha declarado, entonces lo mejor que haría es no subir al colchón porque no va a vender cara su derrota. De hecho mi apuesta me la aceptaría hasta un recién nacido: 0.001 cts contra todo el dinero de Elon Musk a favor Mijain.