El taekwondoca Rafael Alba reeditó su presea de bronce de Tokio 2020 en la división de +80 kilogramos y se convirtió en el octavo medallista cubano de los Juegos Olímpicos de París, donde la comitiva antillana ocupa el puesto 29 a falta de una jornada para el cierre de la cita estival.
Alba, doble monarca mundial en 2013 y 2019, dio una sólida demostración en el imponente Grand Palais de los Campos Elíseos, con tres victorias y solo un fracaso que lo llevaron a subir al podio de premiaciones por segunda edición olímpica consecutiva.
El santiaguero, duodécimo preclasificado, debutó con paso arrollador frente al turco Emre Kutalmis Atesli, a quien superó en dos asaltos con puntuación de 3-0 y 9-0. Este triunfo lo situó en la ronda de los ocho mejores de su categoría de peso, donde le tocó enfrentarse al británico Caden Cunningham, verdugo del alemán Abdoul Issoufou en su estreno.
El choque con Cunningham fue mucho más cerrado. El europeo se llevó el primer round pese a no marcar ningún punto (0-0), perdió el segundo 0-4 por una patada a la cabeza del antillano, pero dominó 4-2 el tercer y decisivo parcial con par de golpes al torso.
Quedó Rafael Alba a merced del británico, quien debía avanzar a la final para arrastrar al cubano hasta la ronda de repechaje que da la posibilidad de discutir el bronce. Afortunadamente para el indómito, Cunningham hizo los deberes tras derrotar al campeón de Río 2016, el marfileño Cheick Sallah Cissé.
Le tocó entonces medirse en la ronda de consuelo a Abdoul Issoufou (Níger), peleador que cuenta en su palmarés con un subtítulo olímpico en Río 2016 y la corona del orbe en 2017. El duelo comenzó con el pie izquierdo para el cubano, que perdió el primer asalto 0-4, aunque después se recuperó y consiguió triunfos sucesivos de 2-0 y 6-0.
Esa victoria lo colocó en la disputa del bronce contra el croata Ivan Šapina, plata en el último Mundial de la disciplina Bakú. Alba no se amedrentó por el cartel de su rival y dio una de sus más sólidas demostraciones en tres participaciones olímpicas.
Impetuoso en ataque aprovechando su mayor alcance, golpeó en más de una ocasión la cabeza de su oponente, a quien logró fulminar en el segundo período con una patada a la cara que provocó un conteo de protección para Šapina. Al final se impuso con contundentes marcadores de 6-1 y 9-0.
De esta forma, Rafael Alba consiguió su segunda presea olímpica y se convirtió en el primer exponente del taekwondo cubano multimedallista en citas bajo los cinco aros. Este deporte ha dado metales a la isla en seis de sus siete participaciones olímpicas desde Sydney 2000 hasta la fecha.
Con el podio del santiaguero, Cuba se consolidó en el puesto 29 del medallero de los Juegos Olímpicos de París. Dos preseas doradas, una plata, cinco bronces y ocho pergaminos en total es el saldo de la delegación caribeña, cuyo propósito precompetencia era quedar entre los 20 primeros del medallero, con al menos cuatro o cinco coronas y más de diez metales en general.
Todavía al pabellón antillano le resta una oportunidad más de medalla con la luchadora Milaimis Marín (76 kg), quien este domingo se presentará en el repechaje de su división contra la rumana Cătălina Axente. De ganar, discutiría el bronce con la kirguisa Aiperi Medet Kyzy.
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