El eco de sus palabras nos regresa al pasado a cada instante. Exacto, directo, polifacético, pausado, integral, polémico. René Navarro es, sin dudas, uno de los mejores narradores-comentaristas cubanos de todos los tiempos. Dueño de un tono de voz inconfundible, nadie olvida cuando jugaban las Morenas del Caribe. Picaba la redonda en el taraflex y, al unísono de la sonrisa de la marcada con el número tres, disparaba aquella estridente frase: “¡Mireya Luis, de Camagüey, de Cuba y para el mundo!”.
Igualmente, El Profe, como muchos le llaman cariñosamente, “corrió” 110 metros con obstáculos al lado de García, un santiaguero de nombre Anier, que llegó a la meta con la camiseta estrujada entre los dedos y una infernal palabra entre sus labios en el mes de septiembre del año 2000. El mismo Navarro que, por esos días, también en Sídney, Australia, bajo la sombra de cinco aros, batió palmas con Pedroso, que respiró profundo, miró al cielo y se dispuso para la carrera de impulso. Ese día, Iván y René, ambos, pisaron la tabla con precisión de cirujano y dieron un verdadero “salto grande”.
Él, el cronista, hizo grande un sinnúmero de momentos. Un hijo ilustre de Madruga, actual provincia de Mayabeque, quien decidió abandonar el 15 de diciembre de 2005 la televisión nacional, no así a sus millones de seguidores. Una década después su voz, limpia y clara, no está apagada.
¿Cuáles fueron las razones por las que solicitó su retiro, cuando estaba en plenitud de facultades para continuar en la televisión nacional?
Mi vida fue bastante agitada durante cuarenta años en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT). Viajaba diariamente de Madruga a La Habana 75 kilómetros para ir y otros 75 para regresar. La cama muchas veces fue una mesa o una butaca en la Redacción Deportiva cuando me tocaba el noticiero del cierre y la Revista de la mañana. No tenía un comedor y debía salir a buscar comida en la calle.
Por encima de estas cuestiones, ya estaba bastante cansando y el ambiente que encontré cuando llegué a esa institución, ya no existía. No eran las mismas relaciones humanas; la comunicación empezó a fallar. Y yo dije: “Antes de que falle completamente, yo termino y me voy”. Además, el deporte cubano estaba decreciendo. No era igual. Estaba acostumbrado a grandes momentos y a narrar victorias, más que derrotas… y decidí irme para buscar trabajo en otros lugares, como ha sido, comentando, escribiendo, colaborando.
Muchas personas, sobre todo en provincia piensan que Navarro está desvinculado de los medios de comunicación. ¿Actualmente que labores realiza?
Son variadas las actividades. Tengo semanalmente un espacio en Cubavisión Internacional, dos veces a la semana en la emisora provincial capitalina COCO (martes y jueves 5: 00 pm), y tres veces a la semana (lunes, miércoles y viernes 5: 00 pm), en Radio Artemisa. También me ocupo un poco de los deportes con motor en la Revista Excelencias, atiendo el karting, el motociclismo, y algunas veces escribo de ciclismo cuando organizan un evento importante en Cuba. Colaboro con el INDER en algunas acciones en la calle, como el proyecto MARABANA- MARACUBA y actos que se realizan en municipios y provincias.
¿Cuáles son los deportes y los temas que aborda en estos medios de comunicación?
Son de distinta índole, aunque concedo mayor relevancia a los deportes más populares y más seguidos por el público. Esos que algunas veces dan para discrepar, discutir y establecer diferencias. Entre ellos, están el atletismo, el voleibol, el baloncesto, el ciclismo… No así, por ejemplo, los deportes de combate. Sobre esos temas soy bien preciso, escueto. Trato de ir al centro de la cuestión porque no me siento en capacidad como para abarcar más. No soy de los que sigue cotidianamente esta clase de disciplinas. No lo llevo en la sangre. Los veo, pero no los disfruto a plenitud, ni soy capaz, creo, algunas veces de poder transmitirle a la gente lo que exige de esas modalidades.
Está claro que mantiene presencia activa dentro de varios medios, a través de comentarios e informaciones, pero ha dejado de narrar, ¿extraña el arte de describir?
En principio sí, ya no tanto, porque ahora me pregunto, ¿caramba, en la actualidad pudiera transmitir aquellas emociones del voleibol de las Morenas del Caribe, de los saltos de Sotomayor, de las carreras de Anier, de Iván Pedroso, Ana Fidelia? Aquellos fueron hechos muy felices para el deporte cubano. Esa resultó la etapa dorada. A mí me correspondió un momento privilegiado en ese sentido, porque me acompañaron los resultados.
Dentro de esos instantes de gloria, ¿cuáles son los que regresan a René Navarro una y otra vez al pasado?
Recuerdo el récord del mundo de Pedro Pérez Dueñas en los Juegos Panamericanos de Cali 1971, cuando se estiró hasta los 17.40 metros en el salto triple. Narré otros dos hechos destacables en esa cita multideportiva. Los 100 kilómetros en carretera contrarreloj por equipos, donde Cuba se alzó con la medalla de oro, y la primera victoria del baloncesto masculino sobre el favorito Estados Unidos.
Otros períodos gloriosos, las dos medallas de Alberto Juantorena en Montreal 1976; primera vez que narraba un título para Cuba en Juegos Olímpicos. El liderazgo de María Caridad Colón en el lanzamiento de la jabalina en Moscú ´80; las actuaciones de las voleibolistas en eventos internacionales; y cuando nuestro equipo de baloncesto femenino derrotó al súper cuadro norteamericano en los Panamericanos Puerto Rico 1979.
Otros hechos imborrables son aquella famosa carrera de los 100 metros planos donde Carl Lewis obtuvo la victoria en Tokio, Japón (1991); Maritza Martén en el lanzamiento del disco en Barcelona ´92, Sotomayor en el salto alto y otros, como las preseas en Sídney 2000 con Anier, con Iván Pedroso, con las propias “Morenas” que conseguían su tercer título olímpico consecutivo.
Si le dieran a escoger entre baloncesto, voleibol o atletismo, ¿con cuál deporte se quedaría?
El baloncesto fue el deporte que me convirtió en comentarista deportivo porque tenía la experiencia de haber sido entrenador, árbitro, anotador y cronometrista. Ese sin dudas. También fui anotador de béisbol y lo narré al principio, pero no era mi camino, siempre supe que algunos iban a ser mejores que yo en la pelota. No quería ser un segundón. A mí me gustaba ser puntal, entonces irrumpí en el voleibol y me tocó hacerlo desde el año 1968 en ocasión de un evento en el Coliseo de la Ciudad Deportiva. A partir de allí, me sembraron en el voleibol.
El atletismo, sí, lo atendí mucho y tuve que hacerme de un gran archivo. No había estadístico para las informaciones, e incluso mandé a hacer tarjetas en la imprenta del INDER con los récords nacionales, centroamericanos, panamericanos, olímpicos, mundiales… Aquello era coge una goma, borra y pon el nuevo nombre. Eran unas tarjetas que me duraron muchísimo tiempo, y cuando llegaba a la competencia iba con los hierros y armado. Todo era lápiz, bolígrafo y papel.
Además, me llegaba la Revista Track & Field de Estados Unidos, donde aparecía en cada número el ranking actualizado evento por evento. De ese modo podía informar al pueblo de Cuba sobre cómo estaba ubicado cada atleta en los listados mudiales, que eran no era pocos en los años 70, 80 y 90.
No ha dejado de resaltar la calidad del movimiento deportivo cubano durante las últimas tres décadas del siglo XX. ¿Cómo describe el panorama del deporte nacional en la actualidad?
Nos falta bastante por hacer. Hoy tenemos menos, no más, en sentido general. Menos instalaciones deportivas, menos recursos e implementos. Creo que hay despreocupación con la atención al deporte en las escuelas, en la base, en los municipios. Nuestros campeonatos y calendarios internos no responden a las exigencias. Son demasiado breves. Tenemos que ser mejores cada vez, de lo contrario qué le interesa a un representante extranjero de un club, de una liga, contratar a un deportista que no tiene el máximo nivel. Los contratados deben ser aquellos que realmente tienen un alto nivel competitivo.
¿Cree que las contrataciones son el bálsamo para estar nuevamente entre las primeras diez naciones a nivel mundial?
Estamos llamados desde hace tiempo a ser superior dentro del país y no lo veo probable. Hay profesionalismo y “profesionalismo”. No es lo mismo jugar voleibol en Italia que en Grecia, o en Rusia que en Colombia. Hay distintos niveles de profesionalismo. Debemos aspirar a que nuestros atletas, si son contratados, vayan a las ligas y a los clubes que tengan un prestigio, un lugar en el mundo. De esa manera, podrán aportar más y no mantener un mismo estatus o bajar de nivel.
Incluso, me preocupa tremendamente la poca asistencia de público a nuestros eventos deportivos. Ahora tuve un alegrón con el respaldo al Grand Prix de Judo en la Ciudad Deportiva, o la concurrencia en la final del fútbol sala en la “Kid Chocolate”, pero regularmente no hay apoyo. Entonces cuando un cubano debe enfrentar a una multitud de cinco, siete, diez mil personas la reacción no va a ser igual. Pasamos de escaso o ningún público, a gradas llenas en el extranjero. Tiene que haber rigor, exigencia, seriedad, en cada una de las competencias dentro de la nación.
Desde mi óptica, la primera fase para elevar nuevamente el nivel del deporte cubano debe ser reiniciar un trabajo riguroso desde la base.
Exacto. El antídoto está en el trabajo en la base, pero hay también que estimular ese trabajo. Algunas veces, nosotros resaltamos a los entrenadores que están con los equipos nacionales y no somos capaces de entrevistar a ese profesor que trabaja directamente con los niños y los jóvenes. Esto hay que sopesarlo en una balanza, tiene que haber un equilibrio.
Cuando se motive a un entrenador de la base, me parece, las cosas saldrán mejor; que no todos los laureles se los lleven los entrenadores de los equipos nacionales. Además, hay que reforzar la captación de talentos. Antes se llegaba al equipo nacional y solo había que pulir detalles. Ahora, en el caso de los deportes por equipo, ni siquiera saben manejar un balón, driblear, hacer un pase, no dominan completamente los fundamentos técnicos del juego.
¿Cómo ve el panorama rumbo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro?
Tengo la sensación de que Cuba va a mejorar en Río la actuación de Londres 2012. Espero buenos dividendos de algunas especialidades individuales que no son las que más suenan en el mundo. Algunos directivos dicen que el propósito es quedar entre los veinte primeros. Creo que sí se puede lograr ese objetivo: el boxeo anda muy bien, el judo mantiene más o menos su nivel y la lucha. Ojalá el voleibol masculino nos brinde un alegrón, porque decimos que en las olimpiadas están los mejores del mundo, y no es así. Varias potencias no asisten a las eliminatorias continentales con sus principales exponentes y queda eliminadas en su zona geográfica. Y muchas de esas que quedan en el camino están clasificadas entre las seis primeras del ranking.
¿Cuál es su opinión sobre el comentario y la narración deportiva en Cuba actualmente?
Los de hoy tienen que ser mejores que los de antes, porque aquellos de mi generación y de las anteriores no dispusieron de los medios existentes en la actualidad. No había internet, no había referencia de eventos en el exterior, escasamente se contaba con las agencias cablegráficas, había que dedicarle horas y horas manualmente a llevar todo lo que acontecía en el extranjero. Hoy tenemos estadísticos, sitios especializados, internet…
No estamos en el mejor momento de la narración y el comentario deportivo, pero tampoco en el peor. Sí, hemos abusado de querer convencer a la gente de que nuestro criterio es el que prevalece y es el de la verdad. Y no, tiene que haber una puerta de escape. Tiene que haber un equilibrio en ese sentido. No es que usted se las sepa todas o quiera convencer al público de que sabe más todavía. Tiene que haber profesionalismo desbordado en lo que se le hace llegar a los televidentes, a los oyentes, incluso en lo que se escribe.
¿Siente que se ha apagado su voz, ya que no está en la televisión?
Yo me siento bien, conforme. Afortunadamente hoy mucha gente tiene la cajita digital y la señal de Cubavisión Internacional (CVI) llega a la mayor parte de los territorios del país, así como a 56 naciones en el extranjero. Me escriben y llaman por teléfono tanto gente en Cuba, como connacionales que radican en el exterior, españoles, italianos… Que no narro, que comento… digamos que yo decidí ese destino, de un poco separarme de la plantilla de Telerebelde. Así me siento bien. Trato siempre de ser voluntarioso y ayudar en lo que pueda.
Es verdad, tengo 70 años, pero me acompaña la salud. Todavía dispongo de fuerzas para seguir conversando, comentando, hablando, escribiendo… Sí desearía que la tranquilidad me acompañara para ayudar en que el deporte cubano pueda reverdecer laureles, que hablemos más de victorias que de derrotas, que el público respalde a nuestros atletas en las instalaciones deportivas.
Mis saludos y mis respetos para René Navarro, para este humilde colega de provincia, sin dudas uno de los principales referentes en esta maravillosa especialidad, NO tengo el placer de conocerlo personalmente pero me confieso admirador de todo su trabajo y del legado que ha transmitido por la calidad de su labor. Siento en carne propia muchos de sus argumentos, pues yo también viajo diariamente desde mi municipio de origen hasta la ciudad de Camagüey y conozco de lo que es tener que comer en la calle cualquier cosa y dormir en oficinas. Estoy de acuerdo con la evaluación que hace de nuestra profesión en la actualidad y le agrego que se ha convertido en un trabajo para los capitalinos sea cual sea el medio de difusión, luego de la salida de las transmisiones provinciales de las Series Nacionales de Béisbol, muy poco queda para narrar en la provincias, donde NO siempre los directivos respaldan el seguimiento de los eventos deportivosñ. Muchas gracias por esta entrega en OnCuba y reitero el respeto y el saludo a René Navarro.
Como una especie de karma, hoy, mientras en este frío Quito me disponía a soltar mis colchas, recordaba aquellos partido de baloncesto de la LSB en la década del 90 que hicieron que el basquet desplazara al beisbol como deporte favorito.Los responsables de aquel hecho no solo fueron los atletas sino también las magistrales narraciones del mejor de los mejores: Rene Navarro. Quien no escuchaba hablar del helicóptero Vásquez, del oso willians, de la flecha Amaro, de angel oscar, borrel, el manso etc, que tiempos aquello, cuanta hambre pasamos en aquel período especial, pero como disfrutábamos aquellos partidos, aquel basquet que no creyó en piculín, Borges, Casiano, Minci, Cartes etc, y que desgraciadamente dejamos perder por la tozudez de los mismos de siempre.
¡Excelente entrevista, qué valiosas sus reflexiones en diferentes aspectos! Sin dudas, nuestro RENÉ NAVARRO es un gran profesional, no sólo como periodista y comentarista. Muy acertados sus señalamientos. ¡Ojalá esta entrevista llegue a muchas personas, y que las nuevas generaciones de comunicadores deportivos, interioricen sobre sus justos señalamientos! Los lectores, televidentes y oyentes lo estamos precisando.
Muchas gracias por esta importante publicación .
Saludos a todos desde Madrid.
Para mi unos de los mejores narradores que han pasado por nuestra tv,narraba con mucha soltura y con gran conocimiento de lo que hacia,justo con lo que pasaba en el escenario de juego,muchos deberían aprender de el , sobre todo los que narran béisbol, no son nada buenos ,en especial ese modesto aguero que no se porque esta ahi , no tiene calidad ninguna
Grande entre los grandes,el profesor Navarro,de los 3 mejores en su generacion,en la TV, junto a los desaparecidos, Hector y Eddy Martins, lo del presente, para que comentar, mediocridad, y autosuficiencia, en su salida, estoy seguro que estaba Rodolfaso, que por aquellos tiempos , si la memoria no me falla, era secretario del partido,en la parte de la redaccion deportiva, de mas esta decir,lo que hacen esos personajes, para lograr notoriedad, menos mal que el profe,sigue activo, mucha salud, y que nos dure mucho, xq no pierdo las esperanzas de que nos narre,un partido de Voley,con nuestro mejor equipo masculino,q esta regado por el mundo, EXITOS Y LARGA VIDA PROFE
muy bien rene. tu entrevista me constituye un amplio recorrido por tantos momentos compartidos. me extraña sobremanera que diaz no lograra sacarte el verdadero deporte que tienes dentro, el que llevaste a tu primera evaluación, el de “Pipian” y tantos otros. de todas formas, el placer de tantos años trabajados juntos y la admiracion desde el primer instante creo que se mantienen en la presentacion del noticiero Record de radio rebelde. ahi estas tu en una de tus piezas cumbres: los 400 de alberto en montreal y su dupleta olimpíca. saludos socio, seguimos desde la carretera y en movimiento. lo mejor para ti, lidia y lisbeth, que aun te queda mucho por dar.
Es uno de los narradores más importante de Cuba y ha narrado los momentos más importante del deporte cubano en lo personal un gran amigo , un fuerte abrazo y puede seguir aportando es un maestro de la narrativa
Hubo un tiempo, a inicios de los 2000, que yo deseaba q se retiraran Navarro, Hector y Eddy… Me parecían viejos, irritantes… Que pronto comencé a extrañarlos carajo!
Extrañamos a los maestros. Ahora también hay jóvenes que despuntan por su preparación y cultura deportiva y general. Dúos de narradores que trabajan en distintas especialidades y cumplen su cometido de informar y transmitir cultura deportiva. un buen compañero de estos jóvenes es Sergio Ortega. Algunos trabajan en televisoras internacionales, como Reinier y otros. Son verdaderos comunicadores y han asimilado la escuela de sus antecesores. Lo que no me explico es cómo hay otros que, siendo mediocres, meramente descriptores de lo que el televidente está viendo en pantalla, con un vocabulario muy limitado y pobre, hecho de pocas frases cliché que repiten hasta el cansancio, que utilizan palabras incorrectas y vulgares, al parecer queriendo imitar al otro maestro Bobby Salamanca, que se contradicen en sus criterios a veces entre un out y otro, son ambiguos, ambivalentes, en fin, que demuestran poca cultura y profesionalidad, gozan de la preferencia y el privilegio de la redacción deportiva y son los designados para narrar los juegos de béisbol del equipo Cuba y de otros deportes donde participan nuestros equipos nacionales, olimpiadas y otros importantes eventos internacionales. Muchas son las opiniones coincidentes con esta y que caen en saco vacío. ¿Por qué no “cambiar lo que hay que cambiar” y darle su lugar a quien lo merece, al más preparado, sin otro tipo de consideraciones que atentan contra la calidad del espectáculo, de la cultura y del mensaje que la TV tiene que transmitir para cumplir su encargo social? Felicitaciones al Maestro Navarro.
CREO QUE UN POCO TARDE LEI ESTA INTERESANTE ENTREVISTA… PARA MI NAVARRO HA SIDO UNO DE LOS MAS GRANDES NARRADORES DEPORTIVOS QUE CONOCI Y CON EL QUE TUVE EL INMENSO HONOR DE COMPARTIR EL MICROFONO EN EL VOLEIBOL, CON LAS ESPECTACULARES MORENAS DEL CARIBE…CON EL APRENDI MUCHO… MUY BUEN PROFESIONAL Y EXCELENTE PERSONA… UN ABRAZO GRANDE Y LO MEJOR PARA TI… TU AMIGO MODESTO AGUERO.