“Trabajo en colectivo”, así define Rolando Acebal, entrenador en jefe del equipo cubano de boxeo, los éxitos obtenidos por nuestro país en este deporte en los últimos cinco años, donde se incluyen dos títulos Olímpicos en Londres 2012, las conquistas de la Serie Mundial (WSB) en su IV y VI versión, además de recuperarse la corona por naciones en el Campeonato Mundial celebrado el año pasado en Doha, Qatar.
El logro de esos lauros ha despertado las esperanzas en la afición cubana por obtener el primer lugar por países en ese deporte en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016. Sin embargo, Acebal manifestó un par de semanas atrás antes de viajar a suelo carioca el gran nivel competitivo que caracterizará a la competencia del boxeo en la cita estival.
“Será un gran evento al que casi todos sus competidores llegarán en plenitud de forma física. Habrá representantes del boxeo profesional y de la AIBA (Asociación Internacional de Boxeo), eso brindará un mayor espectáculo al deporte de los puños”.
Conversar con Acebal sobre boxeo puede tomar casi un día entero. Lleva 38 años formando a fajadores que han dado gloria a la mayor de las Antillas, aunque él reconoce que el camino para llegar al éxito no ha sido fácil.
Este destacado pedagogo dialogó con OnCuba sobre las posibilidades del deporte de las 12 cuerdas en Río Janeiro y su trabajo a lo largo de más de tres décadas, desde que asumió como Jefe de Cátedra en la Academia Provincial de Guantánamo, hasta tomar las riendas del buque insignia del deporte cubano.
¿Qué esperar del boxeo cubano en los Juegos Olímpicos?
El objetivo es recobrar el título por países y conseguir tres medallas de Oro y seis preseas en total. Pero hay que entender que en la actualidad ya no se obtienen las victorias con grandes holguras en este deporte. Los triunfos son apretados, una pequeña ventaja en un asalto puede hacer la diferencia.
No nos preocupa la inclusión de fajadores profesionales en Río de Janeiro, su presencia beneficia al boxeo y nuestros muchachos están listos para enfrentar a cualquiera de ellos en el certamen olímpico. La calidad del equipo cubano que competirá en Brasil es incuestionable. Cada uno de ellos está consiente de sus posibilidades. Han realizado un entrenamiento riguroso y de calidad, acompañado de exámenes psicológicos, buscando la concentración máxima para la competencia.
Hablamos de tres medallas de oro pero no le ponemos nombre a ningún pergamino para no crear falsas expectativas, aunque los aficionados conocen quienes componen el trío de favoritos a ceñirse el título olímpico. Pero hay otros que tienen muy buenas posibilidades de subir a lo más alto del podio, todo depende de ellos. Si analizamos la trayectoria de cada púgil y el estado competitivo en que se encuentran a solo unas horas de sonar la primera campana, podemos decir que nueve de los 10 integrantes son candidatos para subir al estrado de premiaciones. Los grandes resultados llegarán.
¿Qué futuro le depara al boxeo cubano luego de los Juegos Olímpicos?
Ya estamos preparando a las reservas para cuando finalicen los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Para el nuevo ciclo olímpico se renovará la matrícula en la finca (Escuela Cubana de Boxeo, Holveín Quesada Rodríguez). Hay que enfrentar los nuevos retos que ha instaurado la AIBA. Cuba tiene que insertarse en el boxeo femenino, independientemente que algunas personas no expresen un buen criterio sobre esa medida. En la VII WSB en cada cartel habrá cinco peleas de hombres y una de mujeres.
También hay que participar en las competencias de PRO-Boxing de la AIBA (APB), donde se pelea a seis, ocho y 12 rounds. Tenemos la meta de armar una escuadra de peleadores que compitan en el circuito de la APB con calidad y mantener a las principales figuras de nuestro boxeo en la Serie Mundial.
Para confeccionar dos escuadras de calidad y que participen en la APB y la WSB hay que fortalecer el trabajo en las 10 categorías. Existen divisiones donde tenemos a más de una figura con nivel para representarnos en competencias foráneas. Los 56, 64, 69 y 91 kilos son las más fuertes. Pero hay que trabajar en los 52, 60 y más de 91 kilogramos para formar a segundos y terceros hombres. Es una tarea agotadora pero el colectivo de entrenadores se encuentra motivado para confeccionar dos selecciones potentes.
¿Cómo le llega la decisión para asumir la dirección del Equipo Cubano de Boxeo?
En el año 2010 me comunican estando en Camagüey en un Torneo Nacional por Equipos la decisión para dirigir el Equipo Cubano de Boxeo. Me dijeron que me solicitaban en La Habana, pero nada más supe. Cuando llegué a la capital me dicen, que fui elegido entre los 14 Jefes Técnicos Provinciales para llevar las riendas del boxeo.
Aquella noticia para mi fue un honor, incluso es un honor para mi provincia de Guantánamo, por todos los resultados que ese territorio ha cosechado en el boxeo durante varias décadas. Eso no significa que aceptar aquella decisión fuera fácil. Cuando llegué a la finca, hubo que realizar cambios si se aspiraba a retomar los grandes resultados que se le pedían al boxeo.
En la escuela había una serie de boxeadores que no cumplían con los requisitos para mantenerse en la instalación por diferentes causas (bajo nivel técnico, indisciplinas, no obtención de grandes resultados) y optamos, junto al colectivo técnico, por llamar a nuevas figuras.
El primer evento internacional al frente del equipo cubano fue un Panamericano celebrado en Quito, Ecuador, donde no obtuvimos buenos resultados. Al regresar de ese certamen, el colectivo de entrenadores y yo nos propusimos cambiar todos los planes de trabajo en busca de un nuevo sistema que se adecuara a los tiempos por los que transitaba el boxeo. Fue una transformación radical y todavía seguimos cambiando métodos para conseguir los objetivos que queremos.
Reincorporamos a entrenadores que habían obtenidos grandes resultados en el pasado y que no se encontraban en la finca por diferentes causas, como Raúl Fernández y Rolando Garbey, verdaderos formadores de varios campeones olímpicos y mundiales. Así empezamos a ganar en disciplina y organización. Recuperamos púgiles que hoy son estrellas a nivel planetario como Julio César La Cruz, conseguimos que Lázaro Álvarez saliera de una serie de lesiones que lo tenían apartado de los entrenamientos.
¿Cómo llega el boxeo a su vida?
En el año 1972 me bequé en una Secundaria Básica en el campo, por la zona de Mayarí Arriba. En ese entro educativo, por embullo, me colgué los guantes. Imagínate, tenía 13 años y participé en varios deportes, béisbol, voleibol, en el que podía.
Posteriormente me trasladé para Holguín con el objetivo de ingresar en la Escuela Provincial de Educación Física. Yo era un guajirito del monte, nacido en el Realengo 18, que había llegado a una inmensa escuela llena de muchachos. Entonces, por la elevada matrícula se realizaron exámenes eliminatorios. En mi caso me descartaron del atletismo, pelota, voleibol, y finalmente volví a ponerme los guantes, ese era mi destino.
Pasé cinco años en ese centro educativo como boxeador, fueron muchas las competencias en las que participé en la antigua provincia de Oriente. Aunque en esa escuela el objetivo era formar profesores de Educación Física, tuve la oportunidad de participar en los eventos de boxeo como púgil, porque guardaba afinidad con la especialidad que yo estaba cursando. A los 18 años salí graduado como profesor de Educación Física para entrenar a boxeadores.
En el año 1978 me ubicaron a laborar en el municipio guantanamero de Niceto Pérez. Tan pronto llegué a ese lugar nos dimos a la tarea el grupo de entrenadores y yo de establecer un Concentrado Deportivo con nuevos muchachos para moldearlos desde la base. De ese Concentrado salieron excelentes boxeadores como Candelario Duvergel y Ricardo Echevarría.
Posteriormente por los excelentes resultados que se obtuvieron gracias a ese Concentrado Deportivo, pasé a laborar en la Academia Provincial, ubicada en la misma ciudad de Guantánamo. Ahí me mantuve trabajando ininterrumpidamente durante 32 años como Jefe de Cátedra de Boxeo.
Los logros obtenidos en ese período de tiempo fueron varios. Ganamos dos campeonatos nacionales, fuimos titulares en múltiples ocasiones en el Torneo Nacional por Equipos, además culminamos varias veces en segundo y tercer lugar tanto en los Playa Girón como en las competencias por escuadras, siempre estábamos en la vanguardia del boxeo cubano. Promovimos al equipo nacional a cinco futuros Campeones Olímpicos: Félix Savón, Yuriorkis Gamboa, Ángel Herrera, Rogelio Marcelo y Joel Casamayor.
¿Cómo definiría al boxeador cubano?
Es un hombre de movimientos muy coordinados en su pegada, de una gran elegancia en sus desplazamientos sobre el ring y con la facilidad para adaptarse a todo tipo de combates, sea de riposta, cuerpo a cuerpo, etc. Al boxeador cubano le hablamos claro y lo preparamos de la forma correcta para que alcance los resultados que de él se esperan. Así lo hemos hecho para que pongan bien en alto el nombre de nuestro país en estos Juegos Olímpicos.