Vestido de blanco impoluto y con su característica zancada larga y elegante, Javier Sotomayor emprendió su carrera de impulso en Salamanca, España, donde estaba a punto de convertirse en un mito viviente del atletismo a nivel global. Con potencia asaltó la varilla, voló hasta los 2.43 metros y estableció el primero de sus récords mundiales absolutos en el salto de altura el 8 de septiembre de 1988, hace hoy justo 36 años.
Esa marca dio inicio a un reinado que todavía se mantiene vigente, pues luego el “Príncipe de las Alturas” llevó su récord hasta los 2.44 en 1989 y más tarde, en 1993, hasta los míticos 2.45 a los que nadie ha podido acercarse.
Como es lógico, Sotomayor no quiso pasar por alto el aniversario de su primer gran récord en la categoría de mayores tras dejar también huella en los cadetes y juveniles. “Un día como hoy me convertí en recordista mundial”, escribió el laureado saltador en Facebook, donde recibió cientos de felicitaciones.
“Tal vez nuestra Patrona me dio su bendición para en su día celebrar, ya por 36 años, el ser recordista mundial”, añadió Sotomayor en clara referencia a las celebraciones este domingo del día de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la isla, y llamada popularmente como “Cachita”.
Válido recordar que Sotomayor decidió competir en aquel evento de 1988 en Salamanca –a solo nueve días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Seúl– solo por el hecho de que Cuba no participaría en la cita estival como parte del boicot junto a Corea del Norte. Si la delegación antillana hubiera ido a la urbe asiática, el saltador matancero se habría reservado para esa cita.
Entonces tuvo Salamanca la dicha de disfrutar del Soto, quien cinco años también impondría en Las Pistas del Helmántico la mejor marca de todos los tiempos, nuevamente como si fuera una jugada del destino.
“Cuando me hablan de Salamanca mi mente se transporta a esos tiempos, el año 88, el año 93, los dos récords del mundo. Sin embargo, no puedo decir que tenga algo diferente respecto a otros lugares. De hecho, si hubiéramos ido a las Olimpiadas de Seúl quizá el primer récord habría caído ahí, y si no hubiera llovido en Londres en el 93 mi salto de 2.45 habría sido en Londres y no en Salamanca”, repasó Sotomayor en una entrevista con OnCuba.