Un campeón con medio pie en el duelo decisivo y un recordista en apuros: así podría resumirse la actualidad de la postemporada del béisbol cubano, cuyos play offs semifinales se juegan por estos días en cuatro provincias del país.
Lo de Ciego de Ávila, el monarca vigente, ya no sorprende a nadie. Los titulares de 2012, 2015 y 2016 han inclinado la balanza en el tope contra Villa Clara (3-2), y ahora solo les resta conseguir una victoria para obtener el pasaporte a defender su trono.
Resulta verdaderamente difícil derrotar par de veces seguidas a los hombres de Roger Machado en el estadio José Ramón Cepero. Uno, porque en sus predios los equipos tienden a ser más sólidos. Dos, porque no están obligados a triunfar en cada salida, sino en una de dos, y eso quita presión. Y tres, porque –junto al ya eliminado Pinar del Río– se trata del conjunto que mejor juega hoy los partidos complicados.
El equipo avileño ha logrado nuclear un grupo balanceado, a pesar de las pérdidas recientes de dos piezas capitales como José Adolis García y Luis Robert Moiran. Tiene pitcheo abridor (Vladimir García, Vladimir Baños, Dachel Duquesne, Erlis Casanova), al mejor taponero histórico de nuestra pelota (José Ángel García), bateadores de calibre (entre ellos el desatado Osvaldo Vázquez) y una línea central que incluye a Dainier Gálvez, Yorbis Borroto y Julio Pablo Martínez. ¿A qué más?
Por eso Villa Clara, aunque salió bien parada después de la última ronda de refuerzos, está contra la pared. Su carta monticular de lujo, Freddy Asiel Álvarez, cedió en dos ocasiones ante Vladimir García, y en varios aspectos de juego el equipo no ha mostrado la consistencia necesaria.
A veces le ha fallado la defensa (como el día en que Norel González se vistió con las ropas de torero), y en otras ocasiones ha sido la ofensiva, pues ciertamente se esperaba más del one-two conformado por Alexander Ayala y Frederich Cepeda. ¿Yosvani Torres? Sí, solía ser un pitcher dominante…
Mientras eso sucede entre Tigres y Naranjas, Matanzas y Granma disputan una pulseada que, muy a pesar de los pronósticos, amaneció igualada este miércoles.
Los Cocodrilos eran los grandes candidatos, y lo seguirán siendo a menos que la realidad se encargue de rebatir ese criterio. La tropa del controvertido Víctor Mesa impuso un increíble récord para series de 90 encuentros (70-20), y sin embargo ha sucumbido por partida doble frente a unos granmenses crecidos con el madero en ristre y nada deleznables desde el box, a pesar de lo ocurrido en el último choque.
Aunque este martes sus bates parecieron desentumecerse, no se ha visto mucho de aquel Matanzas amenazante que bateó para .330 colectivamente. Excepción hecha del refuerzo pinareño William Saavedra, ninguno de los jugadores de posición ha sobresalido cómo se esperaba. Y fuera de Jonder Martínez, Frank Luis Medina y Liván Moinelo, no ha habido lanzador matancero que haya merecido encomios por su labor monticular.
Los Alazanes, en cambio, han tenido las luces que muchos subestimaron. Desde los aportes en home plate de Carlos Benítez, Roel Santos y Frank Camilo Morejón hasta el empuje anímico del slugger Alfredo Despaigne. Desde de la efectividad de Lázaro Blanco en el primer partido, hasta el desempeño formidable de Yordan Manduley en las paradas cortas.
Este miércoles, el Mártires de Barbados atestiguará el quinto capítulo de la serie, en el cual los locales intentarán tomar la delantera y los matanceros batallarán por mostrar un rostro semejante al del cuarto partido y, con ello, llegar con ventaja a su cuartel general.
Mientras, Villa Clara se presenta en Ciego de Ávila con la clásica “tarea del indio”: vencer en par de ocasiones a los Tigres como visitador y romper así los pronósticos de la mayoría de los entendidos.
¿Cuál será el desenlace? Como siempre sucede cuando llegan los play off, la palabra de orden no es otra que Esperar.