Corría el 15 de agosto de 2016. El estadio olímpico de Río de Janeiro atestiguó algo que entonces se consideró inédito: la presencia de cuatro triplistas nacidos y formados en Cuba en la clasificatoria de unos Juegos Olímpicos, algo que ni siquiera Julio Bécquer, considerado el padre de la escuela cubana de saltos, hubiese podido presagiar en el epílogo de la década del 70 del pasado siglo.
En Río, pese al prestigio y la contundencia que precedía a Pedro Pablo Pichardo, Ernesto Revé, Yordanis Durañona (en representación de Dominica) y Lázaro Martínez, solo este último con 16.61 metros pudo hacerse de un cupo, el último, entre los 12 finalistas.
Pero dice el refrán que cuando el río suena es porque piedras trae. Y en el caso del triple salto, la especialidad del campo y pista que más galardones ha dado a lo largo de la historia, con un acumulado de 18 preseas en Campeonatos Mundiales, el río viene sonando desde aquel mítico 17.40 de Pedro Pérez Dueñas, logrado un 5 de agosto de 1971 en Cali, Colombia.
Tarde del 7 de agosto de 2024 en el Stade de France de París. Los alrededores del tanque de salto semejan el octágono de peleas del UFC. Allí, 32 triplistas se calzan los pinchos en busca de la gloria que para muchos representa poder acceder a la final. Pudiera decirse que cinco de los seis hijos de la Mayor de las Antillas en concurso saben de lo que hablo.
Antes de tomar la carrera de impulso el primero de ellos, marcaron un hito en la historia de la especialidad en Juegos Olímpicos. Nunca antes ningún país había tenido tal representación. Sí, digo seis porque Pedro Pablo Pichardo (Portugal, líder en preliminares con 17.44), Jordan Díaz (España-17.24), Lázaro Martínez (16.79), Andy Díaz (Italia-16.79), Andy Echevarría (16.70) y Cristian Nápoles (16.67), llevan marca registrada Cuba en sus esfuerzos.
Amén de que el creciente fenómeno de la nacionalización de deportistas dicte la secuencia de tres de ellos, son cubanos y la huella de la escuela de triple de nuestro país está latente en cada uno de sus saltos. Esa combinación mística de lo mejor de la academia exsoviética y la estadounidense se combinan con el “flow” natural caribeño para hilvanar la cadena de carrera-despegue-brinco-paso-vuelo, muy peculiar en sus ejecuciones, con elevado enfoque hacia el perfeccionamiento de la técnica.
Así llegamos a este 9 de agosto, donde al hito de contar con cuatro finalistas en una cita estival pudiera añadirse el colofón de la coronación de uno de ellos, o lo que resultaría de escándalo, copar el podio de premiaciones a puro son. En las piernas de Pichardo, Jordan, Martínez y Díaz está la quimera.
Los protagonistas
Pedro Pablo Pichardo: A su condición de actual campeón olímpico adiciona un título y dos platas mundiales. Está curtido al máximo nivel bajo cruentas rivalidades con los otrora estelares estadounidenses Christian Taylor (18.21-segunda marca de todos los tiempos) y Will Claye (18.14-cuarto lugar histórico). Tanto es así que, bajo “diez atmósferas de presión”, ha clavado sus pinchos en tres ocasiones sobre la mítica marca de 18 metros:
* 18.06 el 15 de mayo de 2015
* 18.08 el 28 de mayo de ese propio año
* 18.04 en el Europeo de Roma el 11 de junio de 2024
Entrenado por su padre Pedro Pichardo, el triplista de 31 años que compite por Portugal descuella por su estabilidad y alta competitividad, teniendo en la velocidad de la carrera de impulso, su explosividad en la tabla y por consiguiente el brinco, los elementos más sólidos de su secuencia de salto. Baste decir que su decena de mejores registros de por vida comienza en respetables 17.92.
Jordan Díaz: ¿heredero del trono “español” de Niurka Montalvo?
Jordan Díaz: Espigado saltador de 1.91 metros que está llamado a convertirse en el santo y seña de la modalidad, pues solo cuenta 23 abriles. Algunos entendidos le confieren la posibilidad real de quebrar el récord mundial absoluto en poder del británico Jonathan Edwards (18.29 metros). De hecho, en el Europeo de Roma hace solo un par de meses registró la tercera marca de todos los tiempos (18.18) para coronarse, desbancando precisamente a Pichardo, y avivando el fuego de una rivalidad tan cruenta como atractiva.
Jordan lo ganó todo en categorías inferiores, al punto de que posee el récord mundial Sub-18 con 17.41. Bajo la égida del legendario saltador de longitud Iván Pedroso ha pulido considerablemente su técnica, sobre todo la transición del brinco al paso, el llamado pie de péndulo, y le ha puesto algo más de estamina a su carrera, la cual, considerando su estatura, no puede decirse sea lenta.
Lázaro Martínez: No por mucho madrugar se amanece más temprano. Bien pudiera Lázaro ceñirse a ese adagio popular. Es un atleta que tiene potencialidades como pocos, pero con una carrera marcada por inconsistencias y hasta alguna sanción. Amén de ello, es as universal bajo techo (17.64), subcampeón al aire libre (17.41) en Budapest 2023, y doble rey del orbe entre juveniles.
O sea, que a Lázaro el éxito se le da de manera casi natural. Es cierto que en este 2024 el mejor registro del guantanamero es de 17.10, muy alejado de las marcas de élite, pero a su poderoso gen competitivo añade un brinco que ha llegado a superar los 6.80 metros. Desde mi perspectiva, siempre que se hable de podio, hay que concederle el beneficio de la duda.
Andy Díaz: A sus 28 años, Andy sabe lo que es ganarle a los mejores. No en balde el representante de Italia se ha impuesto en las dos últimas finales de la Liga del Diamante. Sin embargo, en grandes competiciones lo más notorio ha sido su séptimo escaño (17.13) en el Mundial de Londres 2017; y el bronce (16.83) en los Panamericanos de Lima 2019, cuando todavía competía por Cuba.
Mucho ha llovido desde entonces para el que fuera discípulo del extraclase Yoelbi Quesada, y que actualmente trabaja bajo las órdenes del no menos encumbrado Fabrizio Donato. Con él como entrenador, desde 2022 a la fecha, sus diez mejores estirones tienen rango entre 17.53 y 17.75, lo cual lo convierten en un oponente de sumo cuidado, con una secuencia técnica bastante pareja y el eslabón carrera-brinco como principal recurso.
El morbo
La definición de este viernes en el Stade de France tendrá el ingrediente adicional de las chispas que ya han sacado dos de los principales candidatos al cetro: Pedro Pablo Pichardo y Jordan Díaz. Ellos nos regalaron, declaraciones y cuestionamientos aparte, una final de vértigo en el Europeo de Roma. Desde antes, tanto uno como otro habían especulado sobre la posibilidad de saltar más que su oponente, exaltando sus respectivos méritos y parapetándose en los registros de rigor más frescos de su hoja de servicios.
Fruto de esa rivalidad, ambos quebraron la barrera de los 18 metros y con ceño fruncido se dieron cita para un remake de lo acontecido, ahora en el escenario olímpico de la Ciudad Luz. Todos los reflectores estarán sobre ellos como los contendientes de mayor pegada, pero ojo, no se debe menospreciar el poder de fuego del jamaicano Jaydon Hibbert (17.75-tercero de la temporada), y el siempre peligroso burquinés Hugues Fabrice Zango (17.57-quinto).
“No nos llevamos nada”: alta tensión entre saltadores cubanos Jordan Díaz y Pedro Pichardo
El dato
En cinco ocasiones previas, Cuba ha tenido una tríada de triplistas compitiendo en citas estivales, estadística que da fe de la prestancia de la academia antillana de la especialidad. Además del título de Pichardo (17.98) en Tokio, han escalado al podio de premiaciones Yoelbi Quesada (17.44-bronce) en Atlanta 1996 y Yoel García (17.47-plata) en Sydney 2000. ¿Cuántos podrán hacerlo ahora en París?
Esa es una incógnita interesante, pero queda claro que difícilmente se pueda acceder al podio de París 2024 saltando menos de 17.50. Por ello, y como dato para guardar, les dejamos una relación de los triplistas cubanos cuya mejor marca supera ese registro:
- Jordan Díaz (18.18-11 de junio de 2024).
- Pedro Pablo Pichardo (18.08-28 de mayo de 2015).
- Yoelbi Quesada (17.85-8 de agosto de 1997).
- Aliécer Urrutia (17.83-1 de marzo de 1997).
- Andy Díaz (17.75-2 de junio de 2023).
- Yoandri Betanzos (17.69-14 de marzo de 2010).
- Alexis Copello (17.68-17 de julio de 2011).
- Lázaro Martínez (17.64-18 de marzo de 2022).
- Yoel García (17.62-1 de marzo de 1997).
- Arnie David Girat (17.62-25 de abril de 2009).
- Ernesto Revé (17.58-7 de febrero de 2014).
- Lázaro Betancourt Jr. (17.57-23 de marzo de 1985).
- Osniel Tosca (17.52-10 de mayo de 2007).
- Alexander Martínez (17.51-23 de julio de 2005).
La toma del Stade de France por Estados Unidos
Y ya que estamos hablando del deporte rey y su absorbente capacidad de cautivarnos, hay que necesariamente referirse al dominio de los estadounidenses en París 2024.
Si su triunfo en la natación fue ajustado, en el atletismo van marcando el paso con holgura (foja de metales de 9-10-8), sobre todo recuperando parte de su histórico poderío en la velocidad, amparados hasta ahora en las piernas de Noah Lyles, Quincy Hall, Gabrielle Thomas y Grant Holloway, sin olvidar a la estratosférica Sydney McLaughlin-Levrone en los 400 metros con vallas.
Justo por la chica nacida en New Brunswick, New Jersey, comenzamos este repaso, pues este jueves nos robó el aliento con un espectacular récord del mundo. En 50.37 segundos le dio la vuelta al óvalo volando sobre las vallas y enterrando la rivalidad con la holandesa Femke Bol, quien agotada por sus carreras de relevos no pudo estar a la altura de uno de los duelos más esperados de los Juegos Olímpicos.
Fundida se vio a Bol, incapaz de seguir el paso endemoniado de McLaughlin y también incapaz de aguantar el remate final de otra estadounidense, Ana Cockrell, a la postre medallista de plata a más de un segundo de la campeona. De esta forma, Estados Unidos ha logrado la nada despreciable hazaña de tener doble presencia en podio de premiaciones en nueve de las especialidades disputadas.
Por cierto, Thomas hizo honor a su condición de líder del listado anual (21.78 segundos) del doble hectómetro para coronarse con 21.83, y de paso sentenciar a una amenaza de Santa Lucía llamada Julien Alfred (22.08). Si su triunfo era presumible -en su haber cuentan cinco de la decena de mejores registros de 2024 en dicha distancia-, lo que pocos esperaban era el escamoteo del botswanés Letsile Tebogo (19.49 y récord para África) al entonces principal contendiente Noah Lyles (19.70-bronce). A favor de Lyles, decir que se ha confirmado largó con Covid-19, una limitación considerable que le dio mejores opciones al también norteño Kenny Bednarek (19.62) para conquistar la plata.
El reverso de la moneda han sido los sprinters jamaicanos, quienes solo han podido saborear la plata en el hectómetro de Kishane Thompson (9.79) y extrañan sobremanera a sus legionarios, con Usain Bolt y Shelly ann-Fraser Pryce en calidad de commanders.
Pero si de “estafas” se trata, la protagonizada por el igualmente hijo de la nación de las barras y las estrellas Cole Hocker (3:27.65 minutos) con récord olímpico incluido en los 1500 metros, sigue dando de qué hablar. Cual guepardo agazapado que espera el momento para lanzar ese sprint en busca de la yugular de su presa Hocker, un hombre que apenas había corrido en 3:30.59 este año, se pasó de listo en la última vuelta del trazado y remató al archifavorito noruego Jakob Ingebrigtsen, cuarto al final.
Una pincelada: los polacos están enojados y los canadienses de plácemes. Sucede que los de la hoja de arce se han tomado en serio eso de entrar a la jaula y lanzar el martillo a tierra de nadie. De manera que han heredado un reinado perteneciente a los europeos, cuya bandera tiene los mismos colores, pero que en esta ocasión no se izó en lo más alto del imponente estadio parisino.
Los honores en la prueba se los llevaron el líder mundial Ethan Katzberg (84.12 metros) y su coequipera Camryn Rogers (76.97), en una definición con registros “discretos”. Por cierto, la fuera de serie polaca Anita Włodarczyk, triple reina bajo los cinco aros y recordista del orbe, (74.23), recaló cuarta en el que seguro representó su último baile.
En medio de todo este panorama, los antillanos han dejado la mesa servida en el Stade de France. El atletismo indiscutiblemente es uno de los manjares supremos en Juegos Olímpicos, y en la tarde de este viernes se servirá triple salto a la cubana como plato principal.
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