Lo quieren esconder todo y al final todos se enteran. Lo guardan todo bajo llaves y al final sobran las copias del cerrojo. Practican la religión del silencio y al final sus confesiones terminan en la calle. Esa es la Federación Cubana de Beisbol, un libro abierto, aunque sus escribanos se las pasen jugando a los escondidos convirtiendo en intrigas las líneas de sus decisiones.
Tal pareciera que dentro de las oficinas de la Federación hay un topo escondido, un delator, que a cada paso escurridizo de la entidad sigue sus huellas sin dejar rastro, todo lo filtra, todo se lo entrega de mano a mano a la opinión pública.
El último delato lo ha desclasificado la Agencia EFE, quien ha publicado un cable donde señala que los directivos del equipo Cañeros de Los Monchis de la Liga Profesional Mexicana viajarán en los próximos días a Cuba con el objetivo de observar algunos jugadores con la idea de ficharlos para la temporada 2013-2014 de la Liga del Pacífico en territorio azteca.
Según el reporte, una fuente del equipo (no se aclara quién) confirmó el interés de contratar algunos peloteros de la Isla después de que tres figuras de la Serie Nacional se involucraran el pasado verano con el equipo de los Piratas de Campeche.
Después de leer la noticia sin mucha precisión, el común de los lectores puede meditar en base a varios elementos. Uno, que los directivos de los Cañeros de Los Monchis no se subirán a un avión sin haber tenido un diálogo previo con las autoridades cubanas. Dos, que seguramente a esto se refería Higinio Vélez cuando se habló sobre una apertura del beisbol cubano. Y tres, que definitivamente no tiene sentido el secretismo de la Federación, si por sus pasillos corre un topo con la información que guardan bajo llave y clave. Y al final, son un libro abierto.
Uno puede llegar a imaginar que los federativos trabajan en sus burós con un punto en la boca, con la vista en el escritorio, sin levantarla, pero a la larga, la gente se enterará de alguna manera. Aunque Higinio Vélez y sus subordinados no den declaraciones a la prensa, a no ser en el aeropuerto a la llegada de alguna delegación (tienen que haber obtenido el primer lugar) o en programas televisivos dedicados a “los desafíos de la pelota cubana”, la gente se seguirá enterando de todo.
Después de la última intervención de Vélez frente a las cámaras de la televisión nacional, alguien pudo imaginar, o soñar, con un repunte de la política administrativa: tres peloteros a la Liga Profesional Mexicana, una supuesta participación en la Serie del Caribe, varios torneos internacionales y una posible inserción de los peloteros cubanos en algunas ligas foráneas de primer nivel.
Pero al final todo ha quedado igual. Las promesas de aquella intervención de Higinio y su federación, como de costumbre, han pasado
a engordar la larga lista de promesas sin cumplir. El beisbol cubano sigue avanzando hacia un futuro incierto, mientras, sus amantes
tendrán que conformarse al menos con alimentarse del leve susurro de un topo.
Con ese equipo de los Monchis jugó Pedro Luis Lazo, después de una temporada con los Piratas….