Por Ian Parmeter, Universidad Nacional de Australia
El acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás, que entrará en vigor el domingo, ha sido acogido con comprensible satisfacción por la inmensa mayoría de israelíes y palestinos.
Los israelíes se sienten aliviados de que vaya a iniciarse un proceso para liberar a 33 rehenes bajo custodia de Hamás, a los que seguirán otros en fases posteriores.
Los palestinos pueden ahora esperar que los bombardeos diarios que han matado a casi 50 mil gazatíes en los últimos 15 meses terminen por fin, y que empiece a llegar a la Franja una ayuda humanitaria que se necesita desesperadamente.
Pero una vez que se disipe la euforia, surgirán interrogantes. He aquí seis preguntas clave que plantea este nuevo acuerdo. Las respuestas, aún inciertas, darán forma a la región y a las vidas de quienes viven en ella.
1. ¿Por qué se ha tardado tanto?
Como dijo el presidente estadounidense Joe Biden al anunciar el pacto, él había propuesto inicialmente el acuerdo alcanzado ahora en mayo del año pasado.
¿Por qué, entonces, ha tardado casi ocho meses en ser aceptado por ambas partes?
Los civiles palestinos de Gaza, que han soportado el dolor y el sufrimiento de la embestida israelí, pueden preguntarse con razón si Hamás podría haber hecho concesiones para permitir un alto el fuego antes.
Los israelíes ya se preguntan si el primer ministro Benjamin Netanyahu retuvo deliberadamente el acuerdo de su Gobierno para un alto el fuego con el fin de salvaguardar su posición política y mantener a su equipo en el cargo.
Aún más turbio, ¿eligió Netanyahu prolongar la guerra hasta que el presidente electo Donald Trump pudiera estar en condiciones de atribuirse el mérito de haber logrado la liberación de los rehenes restantes? El enviado de Trump a Oriente Medio, Steve Witkoff, estuvo supuestamente implicado en conversaciones con Netanyahu en la fase final de las negociaciones en Catar.
2. ¿Cómo llegará la ayuda a Gaza?
Una parte importante del alto el fuego es el suministro urgente de ayuda humanitaria. Según se ha informado, unos 600 camiones de provisiones están listos para empezar a entrar en Gaza a diario.
Pero ¿cómo se distribuirá la ayuda?
En noviembre del año pasado, la Knéset (el parlamento unicameral israelí) aprobó una ley que prohíbe las relaciones oficiales de Israel con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
Eso significa que no se pueden expedir visados israelíes al personal extranjero de la UNRWA, por lo que no pueden operar dentro de Israel ni en territorio controlado por Israel.
La prohibición se impuso porque Israel cree que unos 13 miembros del personal de la UNRWA estuvieron implicados en el ataque del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la guerra.
Sin embargo, la ONU dice que ningún otro organismo está actualmente equipado para administrar la distribución de ayuda dentro de la Franja.
3. ¿Qué ocurrirá en las siguientes fases?
Las fases segunda y tercera del plan Biden todavía tienen que negociarse. Esto implica el fin del conflicto a largo plazo, la liberación de los rehenes restantes –los que siguen vivos y los restos de los que han muerto– y el inicio de la reconstrucción de Gaza.
Estas dos fases serán mucho más difíciles de finalizar que el alto el fuego inicial.
Hamás exige que todas las fuerzas israelíes abandonen Gaza. Israel se niega.
Israel también exige que Hamás no participe en el gobierno de Gaza. Pero si se concede este punto, se plantea la cuestión de quién o qué asumirá el papel de gobierno de Hamás.
La Autoridad Palestina, que supervisa los asuntos palestinos en Cisjordania, es impopular en Gaza.
Sin una alternativa viable, ¿qué posibilidades hay de que Gaza caiga en la anarquía administrativa, con la franja dividida en manos de bandas rivales? Desgraciadamente, bastante altas.
4. ¿Cómo se ve afectada la política interior israelí?
Netanyahu se ha pasado el conflicto intentando apaciguar a los elementos de derechas de su partido, en particular al ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir y al ministro de Finanzas Bezalel Smotrich.
Ambos se oponen firmemente al acuerdo de alto el fuego y han amenazado con abandonar el Gobierno.
El acuerdo cuenta con apoyo suficiente para ser aprobado. Pero aún está por ver si se les ha aplacado en las últimas negociaciones internas y de qué manera.
¿Se les ha ofrecido un mayor alcance en los asentamientos, o incluso la anexión de Cisjordania, para garantizar que no echen por tierra el alto el fuego retirándose del Gobierno y forzando nuevas elecciones?
5. ¿Sobrevivirá Hamás?
Hamás está degradado, pero no destruido. Ahora se parece más a una banda de guerrilleros que a una fuerza militar organizada.
Pero a pesar de que la eliminación total de Hamás era uno de los objetivos de guerra de Netanyahu, sigue en pie.
Netanyahu puede señalar sus otros éxitos en la guerra, como el asesinato de la estructura directiva superior de Hamás.
Israel también neutralizó al aliado de Hamás, el Hezbolá libanés, mediante la extraordinaria explosión de buscapersonas y walkie-talkies y el asesinato del líder de Hezbolá Hassan Nasrallah.
Pero los críticos afirmarán que Netanyahu se ha quedado corto en sus objetivos bélicos. Mientras Hamás siga activo, muchos israelíes temerán que tenga capacidad para reconstruirse y amenazar de nuevo a Israel.
6. ¿Qué le depara el futuro a Netanyahu?
Netanyahu es uno de los grandes supervivientes políticos de Israel. Pero ha quedado muy dañado por la guerra.
El ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 se produjo bajo su vigilancia. Traumatizó profundamente a los israelíes, que no perdonarán ni olvidarán fácilmente.
Además, ahora pesa sobre él una orden de detención de la Corte Penal Internacional por cargos de infracción del derecho internacional humanitario en su conducción de la guerra.
Y la Corte Internacional de Justicia ha dicho que existe un caso “plausible” de que las represalias de Israel por los ataques de Hamás han sido genocidas. Esto no es bueno para la imagen internacional de Israel.
Por si fuera poco, su juicio por tres cargos de corrupción sigue adelante. Ahora existen serias dudas de que su gobierno pudiera sobrevivir si se viera obligado a celebrar elecciones antes de finales del próximo año, cuando formalmente están previstas.
Las próximas seis semanas, cuando entre en vigor la primera fase del alto el fuego, darán respuesta a algunas de estas preguntas, pero probablemente no a todas.
Ian Parmeter, Investigador académico, Estudios del Medio Oriente, Universidad Nacional de Australia
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.