Por Gabriel J. Chin, University of California, Davis
Después de que el expresidente estadounidense Donald Trump haya sido declarado culpable de 34 delitos graves por falsificar registros contables para ocultar una relación sexual con una actriz porno, ¿qué viene a continuación?
El equipo legal de Trump probablemente apelará el veredicto. “Lucharemos por nuestra Constitución”, dijo Trump tras el anuncio del jurado. “Esto está lejos de terminar”. La vista para dictar sentencia está fijada para el 11 de julio. Estas son algunas de las claves del proceso.
1. ¿Por qué hay tantos delitos diferentes en este caso?
La esencia de los delitos por los que Trump fue declarado culpable es la falsificación de documentos o registros. En consecuencia, cada cheque, factura u otro documento que el jurado determinó que había sido falsificado conforma un delito distinto, que puede ser la base de una acusación distinta y ser castigado por separado.
La fiscalía quería asegurarse de que el jurado viera todo el alcance del plan que supuestamente se había producido: que Trump encubrió el hecho de que pagó dinero para comprar el silencio de la estrella porno Stormy Daniels disfrazando el pago como una retribución legal a su abogado, Michael Cohen, quien a su vez, supuestamente, usó el dinero de Trump para pagar a Daniels para que dejara de hablar sobre su supuesta aventura.
2. ¿Qué es lo más importante de esta condena?
Es histórico y pionero que un expresidente o futuro presidente sea condenado por delitos graves en Estados Unidos. Habrá debate, y la gente tendrá que juzgar si este enjuiciamiento es un ejemplo del principio de que ninguna persona está por encima de la ley, o si se trata de un ejemplo de persecución política.
Desde un punto de vista técnico-jurídico, esta condena tiene un efecto significativo en el resto de casos penales y civiles en los que está envuelto Trump. Como mínimo, significa que si Trump sube al estrado para testificar en otro caso, los abogados de la parte contraria podrán atacar su credibilidad con esta condena. Los letrados pueden argumentar que cualquier testigo con una condena por delito grave bien podría estar mintiendo. A diferencia de otras tradiciones jurídicas, como la española, en Estados Unidos los acusados están obligados a decir la verdad.
En la práctica, este veredicto también significa que Trump –que está registrado para votar en Florida– no podrá votar allí hasta el cumplimiento de su condena. Según la ley federal, no puede poseer un arma de fuego. Pero aún puede presentarse a presidente y ejercer el cargo, porque nada en la Constitución inhabilita a las personas con condenas –o que estén en prisión– para presentarse o ejercer como presidente.
3. ¿Qué podemos saber, si es que sabemos algo, sobre cómo podría ser su sentencia?
El juez neoyorquino Juan Merchán decidirá la sentencia en solitario, sin jurado.
No es sorprendente que la comunicación de la sentencia se haya fijado para julio, y no antes. Como en otros casos, la oficina de libertad condicional preparará un informe en el que se expondrán los antecedentes y la historia de Trump, así como los hechos y circunstancias de este caso. Trump no tiene antecedentes penales, lo que suele ser un factor favorable a la hora de dictar sentencia. Por otro lado, tiene resultados negativos de otros juicios, incluido un fallo civil en 2023 que determinó que cometió agresión sexual.
Una cuestión a tener en cuenta es si la fiscalía o el departamento de libertad condicional argumentan que los otros cargos penales y casos civiles de Trump deben tenerse en cuenta en la sentencia.
Un factor de la sentencia que a veces entra en juego es la falta de arrepentimiento, siendo a menudo una razón por la que los jueces imponen una sentencia más severa. Ciertamente no parece que Trump haya reconocido en modo alguno que ha hecho algo lamentable, o que ha cometido un delito. La violación por parte de Trump de las órdenes de silencio en este caso, algo por lo que el juez ya le ha castigado, también podría ser un factor utilizado para argumentar o imponer una sentencia más alta.
4. Teniendo en cuenta el veredicto, ¿es probable que Trump cumpla condena en prisión?
El delito de falsificación de registros contables se considera un delito grave “Clase E” en el estado de Nueva York, y cada delito grave tiene una sentencia potencial de hasta cuatro años. La libertad condicional está disponible en lugar del encarcelamiento, o la libertad condicional más un corto período de encarcelamiento.
Las penas pueden imponerse de forma concurrente o consecutiva, por lo que teóricamente Trump podría ser condenado a 136 años si las penas máximas por todos los cargos se impusieran de forma consecutiva. Pero, aunque la sentencia dependa del juez, basándonos en la práctica anterior es razonable aventurar que Trump no será condenado a una larga pena de prisión; incluso es muy posible que no entre en la cárcel.
Un veredicto de no culpabilidad habría sido definitivo debido a la prohibición constitucional de la doble incriminación, lo que significa que una persona no puede ser condenada, absuelta o castigada más de una vez por el mismo delito.
Sin duda, esta condena será impugnada, y el proceso de apelación podría tener al menos dos oportunidades de llegar al Tribunal Supremo de Estados Unidos. También se planteará la cuestión de si este caso se juzgó adecuadamente en un tribunal estatal: es probable que en la apelación se examine la autoridad federal sobre las elecciones federales y los delitos electorales.
En otras palabras, este caso no ha terminado ni mucho menos. Es probable que incluso si Trump fuera condenado a prisión se le permitiera seguir en libertad, a la espera de la apelación. Esta práctica no es infrecuente en casos complejos y de alto perfil, al menos cuando hay reclamaciones legales razonables.
5. ¿Qué hizo que las pruebas fueran tan sólidas en este caso?
La amplia legislación de Nueva York, a diferencia de otros muchos estados, penaliza la falsificación de registros internos de la empresa, incluso cuando son privados y no se utilizan para engañar al sistema fiscal o defraudar a alguien. Pero incluso en Nueva York, en general, la falsificación de documentos comerciales privados es un delito menor. Se convierte en un delito grave sólo si, como ha señalado el jurado de este caso, las acciones se utilizan para encubrir u ocultar un delito.
En este caso, el jurado bien puede haber sido persuadido por el argumento de la fiscalía de que el delito encubierto era esencialmente un plan para defraudar al pueblo estadounidense mediante la ocultación de información sobre el carácter y la conducta de un candidato presidencial.
Como se alegaba que Trump había engañado a los votantes, tal vez el jurado no estaba dispuesto a encogerse de hombros como si todo siguiera igual. Otro factor es la notable investigación que se llevó a cabo para preparar este caso. La fiscalía disponía de tantos testigos y documentos que pudo contar la historia con todo lujo de detalles.
Gabriel J. Chin, Professor of Criminal Law, Immigration, and Race and Law, University of California, Davis
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.