A menos de un mes de una controversial y difícil elección presidencial, marcada por problemas prácticamente inéditos como una pandemia de coronavirus, ayer lunes el candidato demócrata Joe Biden bajó por segunda vez al sur de Florida para decirle a cubanos y venezolanos ciertas cosas. Por ejemplo, que si resulta electo piensa permitir la entrada a Estados Unidos de los cubanos varados al otro lado de la frontera. Y que va otorgar a los venezolanos el TPS —ese estatuto temporal de residencia al que tanto aspiran— y a protegerlos de los desmanes de Nicolás Maduro.
“Hay que reconstruir nuestra capacidad de trabajar con nuestros socios en todo el hemisferio occidental para enfrentar a quienes continúan oprimiendo los derechos de su pueblo. Maduro es un dictador, simple y llanamente”, subrayó Biden.
Si logra llegar a la Casa Blanca, aseguró, “firmaré inmediatamente el TPS para los venezolanos” y apostará a las sanciones contra Venezuela como una “estrategia integral”.
Sobre Cuba, Biden dijo en un mitin en el parque José Martí, en el centro de la ciudad y al borde del río Miami: “hace falta una nueva política” ya que “Cuba no está más cerca de la libertad y la democracia hoy que hace cuatro años”, cuando el presidente Donald Trump inició su período de mandato y comenzó a deshacer la política de su predecesor hacia Cuba. “De hecho, hay más presos políticos, la policía secreta es más brutal que nunca y Rusia vuelve a tener una presencia importante en La Habana”, dijo.
Biden enfatizó en este punto el engagement y la posición de la administración Obama: “los estadounidenses, especialmente los cubanoamericanos, son los mejores embajadores de la libertad en Cuba”. No queda otra solución, dijo, que apostar por el “empoderamiento del pueblo cubano para que determine su propio futuro”, toda vez que ello constituye una forma de defender “los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”.
En ese mitin el vicepresidente dijo además: “durante toda mi carrera siempre defendí la democracia y los derechos humanos, la libertad de prensa, de reunión y religiosa contra los dictadores, sean de izquierda o de derecha”.
Más tarde, durante una reunión organizada por la cadena televisiva NBC, en la que los asistentes plantearon sus preguntas e inquietudes, un asistente le preguntó cómo respondía a las acusaciones de ser un socialista y un radical de izquierda, uno de los mantras predilectos y reiterados de la propaganda electoral, dentro y fuera de la TV, y de los seguidores de Donald Trump. Biden recordó que al inicio de su carrera se postuló contra un socialista, pero “la verdad es que siempre he combatido a la gente que les preocupa, los Castros, los dictadores. Yo no soy más socialista o comunista que Donald Trump y… déjenme detenerme aquí, no voy a seguir”, dijo.
El bajo nivel de apoyo que tiene Biden entre los cubanoamericanos se debe en no escasa medida a esa propaganda. Uno de esos constructos con impactos emocionales que, por razones obvias, encuentra ecos dentro de las comunidades cubana, venezolana y nicaragüense.
Asimismo, se refirió a la pandemia de la COVID-19, una catástrofe nacional: “No entiendo cómo el presidente no se quiere responsabilizar. Esto es una cuestión de ciencia y el presidente ni siquiera ha dejado que FEMA [la agencia federal dedicada a lidiar con catástrofes y emergencias nacionales] “ayude a las escuelas con máscaras y tratamiento de asistencia a los alumnos. El presidente Obama y yo logramos que el Congreso aprobara nueve millones de dólares para esa asistencia. Y este presidente no lo ha permitido”.
Según una encuesta publicada el viernes pasado por la Universidad Internacional de la Florida, el 59% de los cubanoamericanos planean votar por Trump en estas elecciones, mientras que solo el 25% lo harían por Biden. Otro 16% estaba indeciso o no planeaba apoyar a ninguno de los dos candidatos.
Los cubanoamericanos: más conservadores en su visión sobre Cuba, concluye encuesta
Pero la ventaja nacional de Biden sobre el presidente Donald Trump casi se duplicó después del primer debate presidencial. Según una nueva encuesta de NBC News/The Wall Street Journal, los votantes dijeron por un margen de 2 a 1 que el primero tiene mejor temperamento para ser presidente que el segundo.
La encuesta se hizo dos días después del debate entre ambos, pero antes de que Trump diera positivo a la COVID-19 y lo ingresaran en el hospital militar Walter Reed.
Ahora el candidato demócrata está 14 puntos por delante entre los votantes registrados (53% vs. 39%), muy por encima de su ventaja de 8 puntos en una encuesta previa al debate.
También lidera en Florida por un promedio de 4 puntos y tiene una significativa ventaja entre los votantes latinos/hispanos de todo el país. Una encuesta de NBC News / Wall Street Journal/ Telemundo mostró que Trump estaba detrás de Biden por más de 35 puntos entre los votantes hispanos: 26% vs. 62%.
Durante los últimos dos meses la campaña de Biden ha venido desarrollando una ofensiva en el sur de la Florida, invirtiendo 23 millones de dólares en comerciales de televisión en el mercado de medios de Miami, según datos de Advertising Analytics. Y durante las últimas cinco semanas, gastó más que la de Trump en anuncios de televisión en español en Florida: un total de 3.1 millones vs. los 2 millones la de Trump.