Flora Fong tiene algo de alquimista. Las obras más recientes de la reconocida artista de la plástica parecieran no perder la esencia de la renovación como principio. Frescura, colorido, luminosidad y arraigamiento, sobre todo arraigamiento, se respira al observar sus piezas. La confluencia en sus temas y estilo pictórico de la cultura oriental con la caribeña la han convertido en una especie de mito en la historia de la paisajística universal. Flora Fong es una cubana que lleva sangre china en las venas.
Su arte así lo ratifica. Junto a sus hijos Liang y Li Domínguez Fong inaugurará en la 11 edición de la Bienal de La Habana China in Blood, una exposición conformada por cuadros, esculturas, instalaciones y un video documental. La Casa de Asia, en el Centro Histórico de La Habana Vieja, acogerá la primera parte de la muestra mañana viernes 18 de mayo a las 6:00 p.m.
La segunda parte estará abierta al público en la Casa de las Artes y Tradiciones Chinas (Salud, # 313, e/ Gervasio y Escobar, Barrio Chino, municipio Centro Habana) a partir de las 6:00 p.m. del jueves 24 de este mismo mes, para festejar con anticipación el día 3 de junio, fecha en la que se conmemora el aniversario 165 de la presencia china en Cuba.
“Queremos interactuar con la comunidad asiática”, aludió Flora al comentar la esencia de China in Blood. “Sobre todo, con los chinos naturales y descendientes más cercanos. Es un homenaje a nuestros ancestros. Es un acercamiento a la comunidad que constituye el tercer componente de la sociedad cubana”.
La familia Domínguez Fong mostrará a los espectadores, entre otras, dos piezas escultóricas caladas de 2.39 y 2.44 cm. de altura que representan el caracter de persona en la caligrafía china. Según explicó la artista, “las obras serán intervenidas por los chinitos más viejos al pegar en ellas fotos propias o de sus ancestros. La imagen de mi padre ya está reflejada en una de las caras”.
La autora de las series Remolinos y ciclones, Trópico y El Caribe; del diseño del vitral que está en el Piano-Bar del Restaurante El Pedregal, en la capital cubana; de la escultura emplazada en el Balneario de Varadero, en Matanzas… emplea la caligrafía china, los gestos paleográficos y algunos conceptos orientales en sus cuadros y esculturas desde hace más de veinte años.
“Estos símbolos también estarán presentes en China in Blood. La serie que allí se mostrará, Los chinos y el nuevo mundo. 1421”, compuesta por seis cuadros de mi autoría, está concebida sobre la base de la teoría que dice que los chinos llegaron a América primero que el almirante español Cristóbal Colón”.
Liang Domínguez Fong (egresada de la Universidad de las Artes, ISA,) mostrará en esta ocasión junto a su madre y hermano, entre otras, una pieza donde utiliza una foto y espejuelos del abuelo. De manera referencial, según expresó Flora, “hizo una trenza con espaguetis que representa la coleta que mi padre tenía cuando llegó a Cuba. Además, las pastas son productos alimenticios propios de la región asiática”.
Liang también ambientó sus obras para esta Bienal con sabores y olores. El marco de una de ellas está conformado con canela en rama. Otras tienen incorporados en la textura de las piezas el propio condimento e inciensos para reflejar la presencia de la cultura oriental en la tradición artística familiar.
Por su parte, Li (egresado de la Academia de San Alejandro) exhibirá una Muralla Origami, pieza escultórica de alto y mediano relieve que muestra las habilidades del artista en el arte de doblar el papel.
“También tiene otras instalaciones que hacen alusión a la figura humana, a los detalles de la arquitectura asiática, a las embarcaciones que recuerdan a los chinos de ultramar, a los que después se incorporaron a la gesta mambisa”, agregó Flora al explicar qué mostrarán sus hijos en la exposición colectiva.
En China in Blood también se proyectará un video de aproximadamente 30 minutos de duración que documenta parte de los dos primeros viajes que realizó la artista a China en búsqueda de sus parientes. Según sintetizó la pintora de elementos caribeños tan recurrentes en su obra como los girasoles, platanales, gallos y ciclones, “el video muestra, sobre todo, el lugar donde vivió mi papá en su infancia y el reencuentro con mis cinco primos hermanos y otros miembros de la familia en Taishan Xié (distrito), perteneciente a la provincia de Cantón”.
Al finalizar la entrevista, Flora me reprodujo parte del video en su taller. La emoción de encontrar a la familia pudiera atrapar la atención de los espectadores más sensibles. Tal vez China in Blood no solo logre que los chinos que conocen de esta expo estén entusiasmados porque se sienten rescatados, defendidos y homenajeados. Basta con identificar el pasado oriental de la pintora en sus trazos para percibir que la sangre china aún corre por sus venas.
*La artista fue seleccionada entre otros tres pintores (Luis Enrique Camejo, Ever Fonseca y Rigoberto Mena) para mostrar una de sus obras, In Thamesis, en el Museo de Bellas Artes de Londres, Inglaterra, como parte de las actividades colaterales de las Olimpiadas de 2012.