No son magos, pero inventan en el aire para no cerrar, mantenerse y prosperar. Algunos, acosados por la pandemia, como Deyni Terry Abreu, fabricaron sus propias telas a partir de retazos (a la Semana de la Moda en Turín llevaron un vestido hecho de alfombra).
Otros, como Lauren Fajardo, pusieron botones porque no podían contratar más que solo una costurera. Hubo quien, como Alejandro Peñalver, durmió por un tiempo en una pequeña habitación que en las mañanas servía de estudio fotográfico luego de esconder la cama y otras pistas delatoras.
Muchas historias de creatividad, osadía y resiliencia se escucharon durante un panel auspiciado por OnCuba y la Embajada del Reino Unido en La Habana, el pasado 20 de enero.
Mientras se celebraba el encuentro, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomaba posesión para su segundo mandato. Una de sus primeras decisiones fue devolver a Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo, un estatus que complica las posibilidades de todos los actores económicos en la isla para desenvolver con naturalidad y eficacia sus acciones empresariales.
El anfitrión del evento, Sir George Hollingbery, embajador, hizo las veces de moderador y participante del panel, al contar sus propias experiencias como emprendedor en su país. Los temas debatidos giraron en torno a tres aspectos en los que el jurado del premio centró su mirada para elegir al ganador: rentabilidad; innovación y creatividad; e impacto social.
Antes que diplomático, Hollingbery intentó siete u ocho negocios, acumulando experiencias en el mundo empresarial. De ellos, “seis fueron ideas terribles”, narra. Pero uno alcanzó el éxito: una pequeña empresa familiar dedicada a proveer servicios en clínicas veterinarias y tiendas para mascotas.
De acuerdo con el empresario devenido diplomático, que ahora concluye su período de tres años al frente de la legación, existe una triada de recomendaciones y realidades que cualquier emprendedor debe tener en cuenta.
La primera es tener una buena idea; la segunda es que el negocio va a costar mucho más dinero y tiempo de lo previsto y, la tercera —sumamente importante— es tomar las cosas con calma.
Para el tan particular escenario cubano, que Hollingbery ha escudriñado con lupa de analista y la flema de su origen, tiene sus propias sugerencias.
Recomienda iniciar un modelo de negocio que ya posea réplicas exitosas en otras partes del mundo, siempre siendo muy cuidadosos con la responsabilidad social.
“Los ciudadanos cubanos han sido educados para tener un impacto social en lo que hacen”, dice, pero advierte que “no se puede tener impacto social sin ingresos”.
Las abrumadoras carencias en la isla son líneas de presión continuas sobre los negocios privados que deben ayudar a las comunidades en las que se desenvuelven.
Deyni Terry Abreu: ¿Solidaridad o filantropía? Mipymes en la mirada popular
Aunque de hecho existe una cultura solidaria o filantrópica que la mayoría no rehúye, sobre todo en situaciones de emergencia, muchas veces las mipymes se perciben colectivamente como islas de abundancia llamadas a llenar los vacíos que deja el Estado.
“Las labores sociales en Cuba resultan atípicas y es desgastante”, califica Deyni Terry Abreu, economista, diseñadora y abogada al frente de BarbarA’s y Semana Hispana Moda.
Inspirado en su madre Bárbara, quien tuvo nueve hijos, trabajaba en un central azucarero y confeccionada la ropa de su prole, el negocio se ubica en Jesús María, uno de los barrios históricos de La Habana profunda.
A BarbarA’s la gente la toma como un hada madrina. Recién, el emprendimiento en alianza con una entidad internacional aportó medicamentos para más de 200 personas de la barriada.
También realiza donaciones de diverso tipo o deprecia prendas para su adquisición por bolsillos de escasos ingresos. Cerca de un centenar de núcleos familiares se han visto favorecidos por tales acciones.
Para Lauren Fajardo, diseñadora de moda y cofundadora y directora creativa de Dador, una marca de moda ética cubana con sede en La Habana, la responsabilidad social se traduce en favorecer la igualdad étnica, el empadronamiento de la mujer, la retribución ética y justa y cero desperdicio.
Durante la crisis sanitaria, se unió a la empresa de envíos Mandao para una campaña de donaciones con alimentos de la finca Villa Hermosa, de la cual se beneficiaron unas 200 familias.
Alejandro Peñalver: Fiscalidad contributiva
Una de las más importantes contribuciones de las empresas privadas en Cuba son los impuestos y lamentablemente hay un porcentaje de evasión fiscal todavía, opina, por su parte, Alejandro Peñalver.
Economista de profesión y ex becario Chevening, se formó en ese plan británico de becas para formar profesionales de alto rendimiento y convertirlos en líderes o emprendedores locales en sus países de origen.
Creador de la agencia CubaModela, ahora al frente de la plataforma de comercio en línea CBMtienda.com y del estudio de fotografía CBM, conocido por ofrecer servicios integrales a emprendedores y empresas que desean mejorar su presencia en el mercado, Peñalver apunta que las tasas impositivas a los emprendedores en la isla es una de las más altas del mundo.
Con su tienda online, el joven economista consigue entre 10 % – 30 % de rentabilidad bruta sobre el costo directo y no recomienda aspirar a unas grandes utilidades, porque al final “se obtiene menos, al estar el precio muy elevado”.
De acuerdo con Peñalver, se le exige a un sector privado completamente nuevo, una alta contribución de regreso, “cuando no están listos ni para ellos mismos”.
A nivel mundial, la tasa de mortalidad de las mipymes es altísima. Se estima que el 70 % de las pequeñas y medianas empresas cierran antes de los cinco años en América Latina. Pese a ello, las mipymes representan el 90 % de todas las empresas y son responsables de casi el 70 % tanto de los puestos de trabajo como del producto interior bruto (PIB) en todo el mundo.
En Cuba se desconoce el dato de sobrevivencia. Se sabe que han sido inscritas más de 11 mil, a partir de su aprobación en septiembre de 2021, pero cuántas de esas están hoy día operativas es un enigma, al menos público.
Al finalizar el panel, los invitados pudieron compatir en los espacios semi exteriores de la casa de 15 y Paseo, uno de los íconos arquitectónicos de la barriada del Vedado, en un día fresco del invierno cubano.
La marca DeCancio Foods se encargó de brindar las bebidas, como una forma de apoyar todo el evento en el que más de 70 personas —entre ellos, los emprendimientos concursantes y otros de prestigio ganado en el sector— pudieron intercambiar ideas e impresiones sobre el presente y el futuro sobradamente retador que le espera a la economía cubana.
Dayron Robles: Una carrera de reconversión o una reconversión a la carrera
Plusmarquista mundial y campeón olímpico en la carrera de 110 metros con vallas, Dayron Robles (Guantánamo, 1986) es otra de las estrellas del deporte que, una vez en retiro, han buscado fortuna en el sector privado.
El caso más conocido es el de Javier Sotomayor, el mejor saltador de altura de la historia, quien en 2021 inauguró un negocio privado en su antigua vivienda del barrio de Miramar, el Bar-Restaurante 2.45, en homenaje a su récord mundial de 1993, aún vigente.
Robles fue uno de los invitados a la ceremonia de entrega del premio al Mejor Emprendedor del Año 2024. El ex corredor vive en las afueras de La Habana, en el municipio Cotorro, donde gestiona una pequeña finca en la que siembra con métodos agroecológicos para abastecer su bar de tapas y su hostal en La Habana, un emprendimiento que sobrevino tras el cierre de su negocio de alquiler para turistas que se vino abajo con el cierre de fronteras por la pandemia.
La mayoría de las carreras deportivas son fugaces…
Todo empieza por ahí, que la carrerea deportiva se acaba y en el intermedio, en 2012, una lesión me hizo pensar en el retiro y preguntarme qué haces con los cuatro centavos que tienes, de qué manera los vas a invertir y cómo corres el riesgo en tu país para hacer cosas que sean diferentes. Creo que eso fue lo que me llevó a emprender.
¿Fue muy difícil trasladarte del mundo deportivo al empresarial?
Definitivamente, sí. Salimos de no saber nada y era como autofinanciarte una carrera, donde comienzas a chocar con piedras que son dolorosas, porque hay desgaste emocional; se pierde tiempo, dinero, y todavía sufrimos reveses, como en las pistas, pero vivimos la oportunidad de la experiencia.
Tus emprendimientos han estado lejos del deporte…
Llevamos desde 2012 metiéndonos en ciertos nichos, montando estructuras que son desconocidas para mí, porque, como bien dices, ninguno de los emprendimientos míos tiene que ver con deporte, que aunque es “derecho del pueblo”, no he podido hacer nada que tenga que ver con el deporte. Pero he ido aprendiendo y conectando.
¿Qué opinión te merece un premio como este que fomenta el emprendimiento en Cuba?
Está genial. Es la primera vez que veo una cuestión como esta. Yo creo que estamos teniendo identidad y estamos premiando a la identidad del emprendedor cubano para visibilizar que estamos echando palante. Este tipo de encuentro te ayuda a conectar con gente de otras especialidades y vas mutando y madurando y disfrutando el proceso de aprehender y de emprender y todo en función de que Cuba sea un poco mejor.
¿Qué esperas del futuro inmediato para Cuba y para el emprendimiento?
Tenemos que adaptarnos. Lamentablemente, no tenemos en nuestras manos la decisión de lo que podamos hacer o no en numerosos temas. Cada cual tendrá que hacer un esfuerzo personal en aras de sostenernos en el tiempo en este tipo de comunidad.
Lauren Fajardo: “No podemos ser Gucci. Vamos a ser nosotros”
Lauren Fajardo (La Habana, 1983) es una repatriada. Residía en Estados Unidos y recuerda que cuando viajaba a la isla lo encontraba todo viejo y museable, “un país detenido en el tiempo”. Su perspectiva fue cambiando a medida que fue penetrando dentro del tejido social cubano.
Con un título de diseño por el ISDi (Instituto Superior de Diseño Industrial), Lauren regresó definitivamente durante la segunda administración de Obama, cuando el deshielo entre ambos países disparó los negocios privados en La Habana y otras ciudades turísticas.
Al principio, no tenía las herramientas para levantar una empresa. “No había ningún modelo de negocio, pero sí un objetivo claro, hacer moda consciente, ética, sostenible y con impacto social”. Al arrancar en 2018 “la gente pensaba que estábamos locos al poner los precios”. Comenzaron con una costurera y los tres socios como ayudantes. Ahora son autosostenibles y rentables.
¿Por qué se llama Dador tu empresa de confecciones ?
Mi madre, Rosario Cárdenas, es una admiradora de Lezama Lima y yo crecí en ese ambiente cultural y de poesía.
Con tu regreso a la isla me recuerdas la canción “Habana”, de X Alfonso, cuando él dice: Muchacho, ¿qué tú haces virando pa’ ca?
Cuando vine de Estados Unidos me impactó mucho el sector privado y su influencia en la apertura y las posibilidades de emprender algo propio que no tuvimos cuando nosotros nos graduamos en el ISDi. Además de ser Dador una marca de moda, representa una imagen, representa una cultura, una forma también de cambiar de mentalidad. Entonces tenía mucho sentido regresar y ser parte del cambio que estaba sucediendo aquí.
Tal vez me pase de injusto con lo que voy decir, pero regresaste a un país donde las marcas occidentales son admiradas sobremanera, sobre todo entre los jóvenes, y sin embargo reivindicas tu marca y dices que Cuba tiene algo que decir en medio de esa hegemonía comercial… ¿Estás romantizando con un gesto de nacionalismo?
No, no estoy romantizando. Es la realidad. Yo he viajado por el mundo y me percato de que Cuba es única y entonces defiendo el sentido de preservar esa exclusividad, pese a todas las dificultades. Yo le llamo sostenibilidad por necesidad.
Nos obliga a adaptarnos a las dificultades diversas que tenemos aquí, pero a la vez eso son posibilidades y a veces pensamos que estamos muchos años atrás, cuando realmente estamos a la vanguardia. Por ejemplo, en este movimiento de sostenibilidad, de reciclaje, de impacto social, yo considero que Cuba está a la vanguardia.
¿Lo dices con toda responsabilidad?
Sí, porque forma parte de nuestra idiosincrasia. No solo es obtener utilidades, rentabilidad, sino cómo puedo tener un impacto social que influya en mi comunidad. Y eso aquí se da naturalmente, cuando en otros países es como un cliché y en la industria de la moda cuando recicla le decimos green washing. Pero el reciclaje aquí es parte de la necesidad y se convierte en algo intrínseco en tu modelo de negocio.
¿No te estás lavando la cara aquí?
No, es que lo reciclamos todo, lo reutilizamos todo, y ya forma parte del modelo de negocio.
Retrospectivamente, mirando tu vida en EE. UU. y tu vida en Cuba. ¿Tomaste la decisión correcta?
Emprender es difícil es cualquier lugar del mundo. Lo que pasa es que en Cuba está todo por hacerse. Cuando nosotros empezamos en 2018 éramos muy pocos, nadie estaba haciendo esto e incluso no teníamos un modelo de negocio porque no existía y lo fuimos creando a medida que fuimos creciendo. No éramos un restaurante, un Airbnb, que era lo más usual entonces.
Contra un modelo Prada, un modelo Gucci… ¿Habría orgullo en llevar un Dador?
Sí, ¿por qué no? Realmente cuando analizas estás hablando de dos marcas que en principio comenzaron como emprendimientos familiares. (Guccio Gucci era portero en un hotel de Londres y los hermanos Prada comenzaron haciendo maletas de cuero).
Hay que adaptarse. Estoy en Cuba, creando una marca nueva. No existe la percepción de ropa hecha en Cuba. La idea de un producto cubano, aparte del tabaco y el ron, es que es de mala calidad. Antes de pensar como referencia en cualquier marca internacional, tengo que pensar en hacer un producto que tenga valor y educar con respecto a ese producto que es resultado de la pericia y la inteligencia que hay en este país.
¿Hay colecciones de Dador en pasarelas internacionales?
Sí, nos hemos presentado en pasarelas en muchos eventos, tanto en Italia y otros países europeos como en Estados Unidos.
¿Y qué tal la recepción?
Muy bien. Se trata de cambiar los conceptos sobre Cuba, ya preestablecidos, que son clichés, como el ron, la mulata, el tabaco, las playas, los almendrones. Nosotros atendemos un concepto cubano, pero con una estética universal y eso ayuda a que sea aceptado.
No podemos hacer algo de lujo, no podemos ser Gucci, vamos a ser nosotros. Cuando hicimos la colección Malecón, que son vestidos completamente rectilíneos, tú lo ves y dices esto puede ser escandinavo o francés, pero es realmente cubano, inspirado en nuestra cultura visual.
Premio al Mejor Emprendedor del Año para Yucasabi, dedicado al ancestral casabe
Ancestros premiados. Breve charla con la chica Casabe
Aunque ya había transcurrido casi una hora desde que fue anunciado el Premio del Emprendedor del Año 2024, Yudisley Cruz aún no se lo creía. Para esta economista y máster en Gestión de Turismo nacida en Isla de la Juventud, pero con décadas residiendo en la capital, el reconocimiento si le pasó alguna una vez por la cabeza. Cruz es la líder del emprendimiento galardonado, Yucasabi, una empresa que se dedica a la producción y comercialización del casabe, y para ello gestiona dos restaurantes.
¿Por qué decides enfocarte en el casabe? ¿Fue continuar una tradición familiar o detectar una ventana de oportunidades?
La pasión empezó durante la pandemia y había tiempo para estar en casa. Antes de las cuarentenas, administraba un restaurante en La Habana Vieja donde uno de los productores de casabe de la ciudad me llevó el producto y me preguntó si lo conocía. Por supuesto que lo conocía, a través de los textos de historia, pero nunca lo había comido. Y ahí comenzó mi primera conexión con el casabe.
Aquello terminó al llegar la pandemia y me puse a investigar un poco más. Y ahí me atrapó todo el recorrido histórico que ha tenido y cómo llegó a nuestros días a tal punto que me enamoré del producto. Entonces me pregunté cómo un valor cultural de ese alcance y profundidad no tenía una presencia y un reconocimiento destacado en la cocina cubana. Decidí reivindicarlo con un proyecto donde el casabe fuera la especialidad de la casa.
Y en el orden dietético, el casabe es muy generoso…
¡Por supuesto! Como alimento es muy saludable. No tiene gluten, no tiene grasa, no tiene sal, pega con todo y en el restaurante le hacemos honor a eso y no consumimos harina de trigo. Queremos que las personas alérgicas al gluten y otros que sean vegetarianos o que tengan algún régimen especial de alimentación puedan comer en Yucasabi con tranquilidad y seguridad. Igualmente, las croquetas que hacemos son a partir de la yuca, la crema, las frituras y todo alrededor de producciones locales, que es otro aspecto que también defendemos mucho.
¿La comida italiana está prohibida en Yucasabi?
Para nada. Tenemos una gastronomía muy variada con este ingrediente que hasta pizza y lasaña tenemos con casabe.
En el oriente de Cuba el casabe no es un personaje desconocido o el poco apreciado que es en la capital…
Cierto, es una tradición más presente en el oriente del país, muchas veces asociado a fiestas, pero realmente esto es un producto que se puede comer todos los días, no tiene por qué hacerle la guerra al pan. Hay un dicho bien cubano que dice a falta de pan, casabe y nosotros lo que repetimos, como decía Martí, el apóstol, es que al pan prefiero el casabe. Particularmente, me gusta tanto el pan como el casabe y no percibo ningún conflicto para una dieta diaria. Entonces el casabe merece un empuje para que sea conocido por muchas personas. ¡Y mira hasta dónde hemos llegado! Además, es una tradición compartida por varios países del área.
¿Cómo te respalda un premio como este del emprendedor del año y también el reconocimiento de la Unesco como patrimonio de la humanidad para las prácticas de confeccionar casabe?
Yucasabi formó parte del proceso y acompañó a la parte cubana en general y de diferentes maneras, pero en el caso del premio aplicamos porque obviamente queríamos ganar, pero una solo vez me pasó por la mente que pudiéramos lograrlo. Me puso incluso un poco nerviosa, cosa que es difícil en mí, pero estamos agradecidos a OnCuba y nos sentimos, además, muy orgullosos, y, al mismo tiempo, un poco responsables de ser la primera cara de este premio.
¿En términos contables, este premio en que favorece al emprendimiento?
El premio en metálico no te puedo decir en este minuto en qué lo vamos a invertir. Necesitamos reunirnos los tres socios, yo soy la líder, y tenemos un equipo de trabajo enamorado y comprometido con lo que hacemos para pensar en colectivo en qué vamos a usar este premio.
¿El casabe que ofertan sigue ortodoxamente la receta aborigen?
Una de las tantas virtudes que tiene el casabe es que se procesa como lo concibieron los aborígenes. Eso no ha cambiado. La yuca se pela, se raya, se exprime y esa masa que se llama catibía, va al calor. Puede que en algunas etapas de ese proceso haya cambiado algo porque son cinco siglos y estamos en otro momento, pero el proceso básicamente es el mismo. Los cambios han sido pequeños.
Por ejemplo, a la hora de exprimir la yuca para extraer el líquido, que es un jugo; antes se manipulaba verticalmente, hoy se hace horizontalmente. Antes se rayaba más manualmente, ahora el proceso se ha mecanizado. El burén, que es una plancha metálica o de barro utilizada en la cocina, especialmente para cocinar tortas, como el casabe, ya es difícil que sea de barro cocido y proliferan las planchas de acero.
¡Se degusta la historia, entonces!
Claro, la experiencia culinaria es mayor cuando tu plato posee una historia antiquísima. Te sientes mejor como comensal, como cliente, como persona, y si eres cubano… pues mejor todavía.
Previsiones económicas
Dos de los invitados a la primera edición del premio convocado por OnCuba y la embajada británica en La Habana fueron los doctores en ciencias económicas Juan Triana Cordoví y Omar Everleny Pérez, ambos con un largo y riguroso ejercicio del criterio académico.
El primero mantiene la columna Contrapesos, en nuestra plataforma, y el segundo es asiduo colaborador de nuestra plataforma.
Un dato insoslayable. El diálogo con ellos se produjo sin conocer aún que, en la montaña de las órdenes ejecutivas firmadas el mismo lunes 20 de enero, estaba el reingreso de Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo, de donde había sido borrada seis días antes por una orden ejecutiva del presidente saliente Joe Biden.
DR. JUAN TRIANA CORDOVÍ
Hoy es 20 de enero. Nada que agregar. Ahora bien, conociendo al personaje como lo conocemos, ¿cuán peligroso es para la iniciativa privada en Cuba la vuelta del autollamado Hombre Arancel?
Yo siempre he dicho que Trump es difícil hasta para él mismo. Entonces no sabes exactamente qué va a hacer. Hay quien apuesta a su espíritu de hombre negocio, y quizá en ese sentido sea favorable para Cuba o para el sector emprendedor en Cuba; pero si es todo lo contrario, entonces no será nada bueno.
¿Si las clavijas se aprietan el gobierno cubano estaría obligado a distender las cuerdas que tienen atado al sector privado?
No hay razón para que una administración estadounidense, cualquiera que esta sea, apriete las clavijas a Cuba. Ninguna, ninguna, ninguna. Lo otro es que la apertura interna no tiene por qué esperar a que Trump apriete las clavijas a Cuba, en un supuesto dado, porque en definitiva la apertura de la economía cubana es un proceso que ha tenido marchas y contramarchas, pero ha sido un proceso concebido desde mucho antes de que Trump pensara en ser presidente.
No hay que esperar a que Trump o Rubio o Claver-Carone, aprieten las clavijas. Cuba tiene un proceso y una parte de las posibilidades que tiene de negociación y de ventaja es exactamente seguir un proceso decidido, claro, acerca de la transformación de la economía cubana tal como aparece en los documentos programáticos del Partido Comunista.
Para algunos, se mira demasiado para el Norte para ver las señas y entonces actuar en Cuba; una política de rebote…
Bueno, porque nosotros estamos a 90 millas. Hay personas que piensan que nosotros somos importantes para Estados Unidos, pero no lo somos. No estamos entre sus prioridades.
El mercado más cercano que tiene Cuba, aunque sea un mal vecino, es Estados Unidos, y es donde además hay más de dos millones de cubanos residentes. La quinta parte de la población cubana reside hoy en Estados Unidos, por lo tanto hay que mirar hacia Estados Unidos de alguna manera.
Por otro lado, es el país que nos clasificó como su enemigo, que nos puso en una lista vergonzosa, desde Reagan acá, entonces es obvio que lo que suceda en Estados Unidos tiene alta sensibilidad. Es asimétrico, porque para Estados Unidos lo que pase en Cuba no tiene alta sensibilidad. Y eso es otro de nuestros grandes problemas, la asimetría en la relación.
En el juego geopolítico, Ud. cree que potencias como Rusia o China nos dejarían caer o nos rescatarían.
No lo aventuro. China y Rusia son demasiado grandes y nosotros somos demasiado pequeños. Entre esos dos y Estados Unidos se juegan los destinos del mundo. Ese no es el caso de la relación con Cuba. En un momento en Cuba se jugaron los destinos del mundo. Ese momento pasó hace décadas y yo no creo que se vuelva a jugar. No sería bueno que pasara. No sería bueno para mis nietos.
Dr. OMAR EVERLENY
¿Ud. considera que la asunción de Trump y una esperada radicalización de la política de estrangulamiento hacia Cuba, condicionará al gobierno a recolocar al sector privado para lidiar con el embargo y por tanto soltar las amarras y las aprehensiones que ahora mantiene sobre él?
Nosotros tenemos que lograr avanzar por nuestros propios medios, que significa que tienes que definir dónde están las potencialidades, porque el problema de Cuba, entre otros muchos, es de bienes y servicios. Esas potencialidades radican en el sector privado. El socialismo no significa necesariamente que el Estado tiene que ser propietario de todos los medios de producción, sino de los fundamentales y, además, existen los mecanismos financieros para controlar al sector privado y sus ganancias y aportes sociales.
¿Qué peso Ud. le concede al emprendimiento privado?
El sector privado sin créditos, sin facilidades de ningún tipo, logró vender en 2023 el 44 % de los bienes que se consumieron desde el punto de vista minorista. Cuando se publiquen las estadísticas de 2024, se verá que fue un año más complicado, donde el pollo, los huevos, el arroz, la alimentación de este país se hizo a través de las mipymes.
Podemos pensar que tal vez el 60 % de los bienes que se han comercializado a la población provienen del sector privado. Entonces ahí está la demostración de que tienes que utilizar esas potencialidades. Por otro lado, la presión internacional de corto plazo se ha aliviado, al postergar el Club de París el período de pagos de la deuda.
Con una crisis energética muy grande, con una industria azucarera que es un desastre, si no exportas, si no tienes divisas, con un turismo convertido en un aparato de enclave, en medio de los apagones, donde los turistas están atrapados en los hoteles, entonces, por muchas instalaciones de primera que tengas, si no mejora la economía, si no hay otras señales prometedoras, no podrás obtener los recursos necesarios.
¿Y qué tal movidas como la cesión de tierras a los vietnamitas?
Realmente hay que darle más aplicabilidad al tema de la seguridad alimentaria, pero me pregunto por qué se han entregado tierras por tres años a una empresa vietnamita para la producción de arroz y a un nacional no le puedes dar esas mismas condiciones; porque el nacional también puede buscar los recursos frescos con un familiar o con entidades en el exterior.
No se puede ver siempre la economía desde el punto de vista político. Además de que al productor vietnamita le diste solo tres años, cuando deberías haber concedido diez como mínimo. Lo que digo es que hay que darle el mismo tratamiento al capital nacional que al extranjero si vas a hacer una política coherente que es lo que necesita este país y apenas queda tiempo.
¿Premios como este para estimular el sector privado, qué opinión le merece?
Creo que es una iniciativa maravillosa entregar un premio a emprendedores. Además, percibo cómo en los tres últimos años las embajadas se han venido involucrando en este sector. Es un paso de avance en la comprensión de que Cuba tiene que abrirse mucho más.
¿Cuáles Ud. cree son las aprehensiones del gobierno hacia el sector privado?
Mi respuesta personal es que ellos tienen miedo a perder poder político y eso no es así, porque realmente desde 1968 no se permitió la pequeña y la mediana empresa por ese mismo temor a perder cuotas de poder político y hoy esas empresas están en todo el país y no ha pasado nada.
Si miras hacia China y Vietnam llevan décadas avanzando con pequeñas y medianas empresas privadas y allí el partido comunista no ha perdido el control político.
El Estado tiene que ocuparse de los que se van quedando atrás, los jubilados que ganan 1 528 pesos, y no mirar hacia el que se enriquece con ofertas de bienes y servicios. Ese, bienvenido sea. He acompañado a muchos emprendedores en Cuba y el exterior y, en sus conversaciones privadas, no hablan de conquistar cuotas políticas. Hablan de problemas y metas de sus negocios.
Demasiadas suspicacias…
Demasiadas. Se le presta mucha atención a la conversación social, a los blogs, los memes, los influencers en el extranjero, pero aquí en Cuba se piensa tan duro como el exterior. Te digo más: aquí he encontrado posiciones más radicales que en Miami. Olvídate un poco de todo eso, y potencia a tu gente en la isla, porque a la gente si no le resuelves sus problemas terminan emigrando y pueden ser profesionales de alto perfil que han costado décadas formarlos. Entonces enfrentas un tema social peliagudo, porque los que habían sido logros de la Revolución como educación y salud están hoy en la cuerda floja.
Good bye, Sir George Hollingbery
Finalmente y siempre solícita con sus colegas, la oficial de prensa de la legación, Cristina Escobar, nos ha conseguido una exclusiva con el embajador británico.
Sir George Hollingbery hace gala de su talante diplomático y nos recibe en un momento culminante de su carrera. Prácticamente hace las maletas para despedirse de la isla.
¿Cuál es la impresión más impactante que se lleva de este país?
Creemos que uno de los cambios más importantes sucedidos en este país en los últimos tiempos es el número de mipymes aprobadas, alrededor de 11 mil. Eso tiene un gran impacto, nos interesa y lo hemos observado.
Puede ser que para las personas de Reino Unido sea difícil comprender lo profundo de ese cambio para Cuba. Aquí había negocios privados alrededor de los años 90, cuentapropistas, pero no disponían de un marco legal que ahora sí tienen los emprendedores, lo cual ha generado un terremoto de cambios.
Creo que todavía hay que preguntarse si el gobierno va a permitir este régimen de crecimiento para el sector privado, pero eso solo el tiempo lo dirá.
En el caso de Cuba, que es un país bien particular, para su experiencia como observador diplomático y político europeo, ¿cuáles serían las cortapisas que Ud. observa que están trabando, erosionando, o conteniendo el auge de la empresa privada?
Las principales dificultades que enfrentan los emprendedores cubanos en este momento es la incertidumbre. No me toca decir qué hace o qué debe hacer el gobierno con las mipymes, pero creo que es muy difícil para los dueños de las mipymes cómo los afectan las leyes, hasta qué punto los limitan, les permiten crecer o no. El principal enemigo de los negocios es la incertidumbre. No lo digo en un sentido hostil, sino que es uno de los principales obstáculos que tiene cualquier emprendimiento en el mundo.
Hoy ha reasumido Trump en la Casa Blanca. ¿Cree que Europa se mantendrá firme en su decisión soberanista con respecto a Cuba?
No creo que la actitud de Europa hacia Cuba dependa de lo que haga Donald Trump. Hay presiones a lo interno del continente para lograr cambiar la actitud de Europa hacia Cuba. Yo no creo que Trump tenga una decisión sobre eso y no creo que Trump esté particularmente interesado en Cuba.
Él ha nombrado a personas dentro de su equipo que están muy interesadas en Cuba, pero incluso ellos y estoy pensando específicamente en Marco Rubio, comprenden que, en términos globales, el conflicto entre Cuba y Estados Unidos no es el asunto de mayor urgencia o prioridad que él tiene que enfrentar.
Nadie sabe qué va a pasar entre Cuba y Estados Unidos durante los años del mandato de Donald Trump y no es mi trabajo pronosticar qué pasará, pero creo que es pertinente decir que es poco probable que las relaciones mejoren y también es probable que nada distinto suceda, no mucho más.
Cuando Ud. despedía al panel de hoy, ponderó el coraje de los cubanos que se quedan y apuestan en Cuba, porque entienden que hay algún futuro de prosperidad. ¿En qué basa ese criterio?
La razón más sencilla por la cual afirmo eso es porque todas esas personas que estaban ahí podían haberse ido. El tipo de personas que resultan ser buenos emprendedores o empresarios comparten las mismas características de los exitosos emigrados: yo necesito progresar, cambiar mi vida, continuar.
Ese tipo de actitud la comparten ambos. Son personas que han decidido quedarse en Cuba para cambiar a Cuba desde dentro y de la manera que ellos entienden; en vez de cambiar sus vidas fuera de Cuba, y eso es para ser aplaudido.
No es una decisión fácil, no es fácil comprar un carro, hay muchos apagones, puede que mañana no haya agua, a veces la abuela enferma y no hay todos los recursos en los hospitales y, sin embargo, se quedan, y creo que eso merece un aplauso.
Si me permite algo más personal. ¿Mirando en retrospectiva su pasado como emprendedor, se ve reflejado en ellos?
Yo creo que por el solo hecho de haber escogido estar aquí, entonces creo que tengo cosas en común con ellos.