Yilian Cañizares nació en La Habana. Su enseñanza artística elemental transcurrió en su ciudad natal de la mano del clasicismo y la exigencia académica al estudiar en la Manuel Saumell y el Conservatorio Amadeo Roldán. Tal vez por eso consideró una vez la posibilidad de dedicarse a la música clásica, pero al final tomó una de las decisiones más trascendentales de su vida profesional: sumergirse en el mar del jazz y la improvisación, en el que se mueve con la naturalidad de un pez entre las olas.
En 1997 se trasladó a Venezuela para estudiar en la Academia Latinoamericana de Violín. Tres años más tarde, marchó a Suiza, donde hoy reside, para completar sus estudios en el Conservatorio de Friburgo. Por esa época empezó a interesarse en el jazz y en el canto.
En 2008 ganó el Concurso del Festival de Jazz de Montreux con el grupo Ochumare, integrado por músicos de Alemania, Venezuela, Suiza y Cuba.
Yilian se ha presentado en plazas tan exigentes como el Olympia de París con éxito de público y crítica. En 2013 fue considerada estrella en ascenso por el semanario Le Nouvel Observateur. En 2015 la revista francesa Les Inrockuptibles seleccionó su álbum Invocación entre los diez mejores de Sudamérica.
En 2018 lanzó el disco Aguas, junto al pianista cubano Omar Sosa y al percusionista Inor Sotolongo. Al año siguiente grabó en Nueva Orleans el álbum Erzulie, inspirado en la diosa haitiana del amor y la libertad y continuando la vertiente afrocaribeña, uno de los signos distintivos de su quehacer artístico.
Y en esa trayectoria, en junio pasado la ONU escogió su canción “Yemayá” para celebrar el Día Mundial de los Océanos. Recientemente la revista británica Songlines, dedicada a “celebrar la riqueza del talento musical en todo el mundo”, la distinguió con la doble nominación de Mejor Artista/Mejor Álbum.
Esta criollísima muchacha ha logrado crear algo muy difícil: un estilo, una manera inconfundible de hacer partiendo de sus afinidades electivas y sus referentes musicales. No por azar el maestro Chucho Valdés, con el que ha trabajado, la ha descrito como “una virtuosa, uno de los talentos más increíbles de la nueva generación de músicos cubanos”.
Hija de Oshún. Y seguirá creciendo.
Noto que estás concentrada en presentaciones en países de Europa, el continente donde resides. Ahora mismo veo actuaciones tuyas en Francia, Alemania, Suiza e Italia… ¿Cómo es la reacción de ese público ante tu música, y en especial hacia la vertiente afrocubana que cultivas?
Me siento muy feliz de poder retomar los conciertos con el público. La verdad es que para mí nada logra remplazar la emoción de tocar en vivo. Ahora mismo estoy de gira por Europa y la reacción del público es muy hermosa. Creo que se aprecia aún más la música en vivo después de todo lo que hemos atravesado.
He tenido tremendas muestras de cariño que van desde palabras, cartas, mensajes por las redes sociales hasta flores y regalos que la gente me trae a los conciertos. El público europeo es muy receptivo y muy curioso, por eso está abierto a mi música, que tiene de África, de Cuba, de jazz y del mundo entero.
¿Tienes planes de presentarte en América Latina? ¿Y en Cuba?
Por el momento estaré en Martinica en agosto. En Cuba la situación sanitaria está, lamentablemente, muy difícil y eso dificulta cualquier plan de concierto ahora mismo. Pero no pierdo la esperanza de poder tocar para mi gente pronto, tanto en Cuba como en el resto de América Latina.
El pasado 8 de junio lanzaste el single “Yemayá” en el marco de la Jornada Mundial de los Océanos de las Naciones Unidas. Cuéntanos sobre esa experiencia.
Una experiencia maravillosa. Me siento muy honrada por esta invitación de las Naciones Unidas y por la oportunidad de poder poner mi música al servicio de una causa tan hermosa. Todo lo que ha sucedido ha sido una gran bendición. La canción y el video han tenido una acogida muy linda, y eso me hace muy feliz.
Me siento muy inclinada a crear conciencia a través de mi trabajo. Si con esta canción logro sensibilizar un poco más al público sobre la crisis que enfrentan nuestros océanos, tendré el mayor de los regalos.
Acabas de recibir una nominación a los Songlines Music Awards en la categoría Mejor Artista/Mejor Álbum. ¿Qué significa ese reconocimiento en tu trayectoria artística?
El Songlines Music Awards es un premio otorgado por la revista más importante de World Music en el mundo. Es un reconocimiento muy importante a nivel internacional y todos los artistas nominados tienen una trayectoria y una calidad artística tremenda.
Encontrarme nominada como mejor artista y mejor álbum del año es un reconocimiento increíble. Es muy hermoso ver que haciendo mi música desde mis raíces y desde mi verdad he logrado sembrar semillas en el corazón de muchas personas… y esas semillas ahora dan flores y frutos. Ese es mi mayor premio.
Dinos qué has hecho en los últimos dos años.
A principios de 2020 hice una gira maravillosa por Estados Unidos. ¡Fue un maratón porque hicimos 30 conciertos en 28 días! Terminé exhausta, pero fue también una gran bendición por el hecho de poder tocar en tantos lugares increíbles y también porque después de eso llegó la COVID y todo se paró…
Durante este tiempo he estado creando nuevas cosas —por ejemplo, el “Yemayá” que acaba de salir—, pero también nuevas colaboraciones que saldrán a la luz próximamente. Así que vienen muchas cosas lindas en camino…
¿Qué es exactamente el Resilence Trio? ¿Por qué se fundó? ¿Quiénes lo integran? ¿Qué línea o líneas expresivas cultiva?
El Resilience Trio es justamente un proyecto que creé durante la pandemia. Se fundó porque era una necesidad. Como su nombre lo indica, este proyecto fue como una fuente de luz en la oscuridad. Lo hice con dos de mis músicos favoritos: Childo Tomás, de Mozambique, e Inor Sotolongo de Cuba.
Es un proyecto extremadamente versátil, creativo, que se sale de la idea convencional de un trío. Tiene una energía muy poderosa porque cada uno de los músicos tiene una personalidad artística muy única y porque además me unen lazos de amistad muy fuertes con Childo y con Inor… eso se siente en todo los que hacemos.
Revisando tu hoja de vida, has colaborado con artistas como Chucho Valdés, Ibrahim Maalouf, Diego El Cigala, Youn Sun Nah, Omar Sosa, Dhafer Youssef, Richard Bona, Roberto Fonseca y El Comité.., bastante diversos entre sí. ¿Qué criterios tienes al aceptar tocar/colaborar con otros artistas?
La excelencia y la generosidad. Siempre estoy dispuesta a compartir con otros artistas porque eso me ayuda a abrir mis horizontes. Cada una de estas colaboraciones me ha hecho crecer muchísimo como artista y como persona.