En poco más de un año, La Habana estará cumpliendo cinco siglos. Fue el 16 de noviembre de 1519 que la villa de San Cristóbal, primero asentada en la costa sur, tuvo su segundo y definitivo nacimiento alrededor de la bahía desde la que se ha multiplicado hasta hoy.
Como parte de las celebraciones por su medio milenio, este jueves fue presentada en el Palacio de los Capitanes Generales –sede del gobierno cubano durante la colonia, ahora convertida en museo–, una campaña de comunicación que enfatiza en elementos identitarios de la capital, desde su arquitectura y su música hasta el carácter de su gente.
“Lo más grande” es el eslogan.
Creada por las facultades universitarias de Comunicación y de Diseño Industrial, la campaña busca resaltar a La Habana como una ciudad que “enfrenta grandes desafíos” pero también “celebra a lo grande”, “recibe a sus visitantes a lo grande” y “sueña a lo grande”.
El eslogan no es resultado del chovinismo sino del orgullo, explican sus creadores, quienes intentan mostrar una Habana “inclusiva, bohemia y moderna”, que deja una huella grande en quienes la viven o la visitan.
El logotivo toma como base el nombre de la ciudad y se inspira en los arcos de medio punto característicos de su arquitectura. En él se combinan cuatro colores identificativos: el rojo de las tejas, el ocre de La Habana Vieja, el verde de la vegetación y el azul del cielo y el mar.
No solo comunicación
Por los problemas que existen en la ciudad y las expectativas que un aniversario como este provoca, la campaña de comunicación no basta por sí sola. Por esto, acompañará el plan “que tiene como objetivo fundamental solucionar algunos problemas de la capital, algunos acumulados”, aseguró Tatiana Viera, vicepresidenta del gobierno en La Habana.
Además, “se extenderá en el tiempo después del 500, para contribuir a mantener lo construido estructuralmente y socialmente”, agregó.
Viera dijo que entre 2017 y el primer semestre de este año se han concluido más de 16,000 objetos de obras que responden a más de 7,600 reclamos de los habaneros.
Según Viera, el programa de inversiones y mantenimiento de La Habana es priorizado por el gobierno cubano, que creó un grupo de apoyo a capital presidido por el nuevo mandatario, Miguel Díaz-Canel, y cuya primera premisa es “revertir el estado constructivo de las viviendas”.
La vicepresidenta del gobierno comentó que aumentarán las zonas verdes –con la construcción de parques y realización de acciones de saneamiento– y los espacios para los niños, adolescentes y jóvenes, público priorizado por la campaña de comunicación.
Además, aseguró la campaña promueve “la incorporación de todo el que pueda aportar” al aniversario, incluidos los trabajadores privados, un sector con un papel económico y social creciente en la Isla, y que la cultura tendrá un rol protagónico en las actividades de celebración por el medio milenio, en especial la música, la poesía y las artes plásticas.
“Luchar por La Habana”
A cambiar el rostro de la capital cubana aprovechando el impulso del aniversario, llamó el Dr. Eusebio Leal, historiador de la ciudad, durante el lanzamiento de la campaña comunicativa en el Palacio de los Capitanes Generales.
“Aceptemos el desafío de luchar por La Habana”, dijo Eusebio, para quien “ha llegado el momento” de “recuperar la dignidad” y enaltecer a la urbe a la que ha entregado más de medio siglo de trabajo, en particular en la defensa de su patrimonio.
Se refirió a planes constructivos y de reparación que se realizan en el Centro Histórico, entre ellas las del Capitolio Nacional, con una parte ya en funciones y cuya apertura definitiva está prevista para 2019; y la de la escuela donde estudió José Martí, que abrirá sus puertas el próximo 1ro de septiembre en el inicio del curso escolar.
Leal consideró que el aniversario 500 “no es una meta, sino una oportunidad” para seguir trabajando en todos los municipios habaneros y hacerlo “en sentido global, desde la ciudad patrimonial hasta la moderna”.
Además, lamentó que existan personas que humillen la ciudad pintándola con colores “que ella no conoce”, ensuciando sus calles y orinando en sus esquinas.
“La Habana tiene que ser el rostro de Cuba, del país que ha resistido hasta hoy, no es posible que sea ultrajada ni abandonada”, aseguró.