La diplomacia del softbol

Todo comenzó cuando acabó la Maldición del Bambino. Los Medias Rojas habían ganado su primera Serie Mundial en 86 años, y Michael Eizenberg lucía su gorra del Boston cuando llegó a Cuba en 2007 con una loca pero feliz idea.

Conversando con un amigo, al fundador de la organización Educational Travel Alliance se le ocurrió otro intercambio entre Cuba y Estados Unidos, apelando a la pasión común por las bolas y los strikes: un torneo amistoso de softbol para veteranos.

Aunque nunca se había hecho algo así, las autoridades deportivas de Cuba dieron luz verde para organizar el encuentro en La Habana. En agosto de 2009, el gobierno de Estados Unidos otorgó la licencia para que 60 de los 350 jugadores de la Asociación de Softbol de Massachusetts Oriental (EMASS) vinieran a los partidos.

El primer desafío fue jugado en noviembre de ese año. El mítico boxeador cubano Teófilo Stevenson lanzó la primera bola y el certamen fue un éxito: juegos reñidos y mucha adrenalina entre jugadores que incluso pasaban los 70 años de edad.

En diálogo con OnCuba, Eizenberg evoca con emoción aquellos primeros partidos y mira con optimismo al futuro, porque el presente es inspirador. De hecho, por dos años consecutivos veteranos de Cuba van a jugar en Boston, ya no como rivales deportivos, sino como viejos amigos, literalmente.

“Ha nacido una gran amistad entre los jugadores cubanos y estadounidenses, a pesar de que muy pocos hablan el idioma de los otros”, afirmó el también receptor, antesalista y jardinero central del equipo EMASS.

Otro detalle: los softbolistas estadounidenses hospedan en casa a los cubanos cuando juegan en Boston. Según Gary Siegel, anfitrión de dos visitantes, “en el terreno somos competitivos como el infierno y queremos ganar, pero después del partido todo es diversión. Las relaciones que hemos desarrollado son maravillosas”, dijo.

En el más reciente tope, celebrado en Massachusetts, los cubanos se repusieron de dos derrotas y ganaron al hilo los cuatro partidos restantes, apoyados en glorias como Tony González, Reinaldo “Mantecao” Linares y el “novato” Pedro Chávez.

El duelo proseguirá en Cuba. El Presidente y Editor en jefe de OnCuba, Hugo Cancio, lanzará la primera bola en La Habana para continuar con una iniciativa que Eizenberg y sus amigos defienden para fomentar no solo la amistad entre los pueblos, sino entre los líderes de Cuba y los Estados Unidos. ¡Play Ball!

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