“Lo que no puede faltarme hoy es una pista”: Dayron Robles.

Fotografía: Ricardo López Hevia

Nadie en su natal Guantánamo hubiera podido adivinar que aquel pequeño que nació el 19 de noviembre de 1986, llegaría a convertirse en el campeón olímpico y recordista mundial de los 110 metros con vallas que es hoy Dayron Robles.

Considerado por muchos como el mejor vallista corto del planeta en la actualidad, posee tres de los 10 mejores registros de todos los tiempos en los 110 metros.

Su mejor marca es el 12,87 segundos —actual récord del orbe—, alcanzado en junio de 2008, en la Reunión Atlética de Ostrava, República Checa, al que se le suman un 12,88 y un 12,91.

Ahora, a los 25 años, se prepara para participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, con el objetivo de retener la corona conseguida en Beijing. El Estadio Panamericano de La Habana sirve de escenario a su entrenamiento. Allí, entre saltos, pesas y piscina, nos dedica unos minutos.

Dicen que el camino a lo más alto del podio del atletismo —donde estás hoy—, pasó por otros deportes y unas cuantas travesuras infantiles. ¿Cómo llegaste hasta aquí?

Era un niño normal, un pequeño más de esta Isla —hiperactivo, eso sí—, que tenía que gastar sus energías en algo y utilicé los deportes, aprovechando ese derecho que tenemos todos los cubanos.


Practiqué varios, la lucha, el judo, el kárate, la natación, el voleibol, el baloncesto, el boxeo, y la última opción fue el atletismo, al cual llegué a los 10 años, incluso en el propio atletismo primero practiqué otras disciplinas hasta que entré a la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE), y a partir de ese momento me entregué al atletismo en cuerpo y alma, y los entrenadores —que eran como mis padres—, me ayudaron a perfeccionar la técnica y me guiaron por el camino correcto.


¿Hoy, adónde te lleva ese camino? ¿Qué espera Dayron Robles de este año 2012, en el que hay tantos eventos fuertes?

Soy campeón defensor de los eventos más importantes que tiene el atletismo este año, los Juegos Olímpicos, el Campeonato Mundial bajo techo y la Liga de Diamante. En primer lugar, espero tener salud para poder superarme a mí mismo, después poder cumplir con toda la parte metodológica propuesta por mi entrenador y mi grupo de trabajo, y si logramos todo eso, creo que las cosas pueden salir bien en las competencias venideras. Estoy trabajando con ahínco, sobre todo tratando de motivarme, pues he perdido la motivación por muchas carencias que hay en nuestro deporte, ahora mismo hay muchas cosas que no están bien. Con esas cuestiones, el intenso trabajo a veces se dificulta.


Muchas personas me exigen pensando que yo tengo todas las condiciones y no es así, pero mi grupo de trabajo me impulsa. Los muchachos me exigen, y me ayudan a estar cada día mejor, sobre todo por una cuestión de respeto a mí mismo.

Dayron también posee tres de los mejores registros en los 60 metros con vallas (7,33, 7,34 y 7,36 segundos), y en el Mundial de Estambul, Turquía, podría buscar el primado sobre pista techada (7,30), en poder del británico Collin Jackson desde el 6 de marzo de 1994.

Este cubano, reconocido dentro y fuera de las pistas por sus gafas, no pudo conservar la medalla de oro en el mundial de Daegu-2011, donde se impuso en la final, pero fue descalificado por hacer contacto y obstruir al chino Liu Xiang.

¿Los rivales más difíciles?

Mi principal rival soy yo mismo, que debo superarme, para poder enfrentar a los oponentes externos.


Pero sin lugar a dudas, los norteamericanos que clasifiquen para los Juegos Olímpicos, los propios cubanos, el chino Liu Xiang y todo el que tenga la posibilidad de estar en una final de cualquier competencia siempre va a ser un digno rival, porque estará luchando por el mismo objetivo que yo, ganar.

¿Y mientras llega el momento de la competencia, cómo es un día en tu vida? ¿Cómo logras compaginar el entrenamiento con la vida familiar?

Levántate temprano, ve a entrenar, almuerza, ve a la escuela; nada, cosas normales, tratar de ser normal dentro de la anormalidad, es decir, buscar ser un joven común y corriente, teniendo conciencia de que no lo soy.


A la familia y la novia les trato de dedicar un tiempo bastante amplio, porque todos los momentos que paso con ellos para mí son muy buenos, pues es importante salir de la rutina del deporte y ellos me ayudan a eso, aunque también es complicado, porque casi nunca entienden las cosas que tengo que hacer.

Cuando escuchas el Himno Nacional en una premiación ¿cómo te sientes? ¿Qué es para ti ser cubano?

Para mí ser cubano es algo muy grande, es mi nacionalidad y la voy a defender dondequiera que esté y en las circunstancias en que me encuentre, eso es estupendo. Algo tan sencillo como llegar a cualquier paraje y que la gente digan, ¡Cubano!, y pregunten por nuestro país, eso es grandioso. Y tener el orgullo de poder representar a Cuba es algo más grande que ser cubano.


¿Y Guantánamo, lo extrañas? ¿Dónde queda en tu vida?

Es inolvidable. Allá voy todos los años, pero realmente lo que no me puede faltar ahora es una pista, eso sí lo extrañaría.

Dayron en pocas palabras:
-Hobby: Baloncesto y la lectura.
-Gafas: Mi seguridad.
-Daegu: No quiero ni recordarlo.
-Retiro: Ni pienso en eso.
-Dentro de 5 años: Estaré corriendo durísimo todavía.
 

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