Se consideran pacientes pediátricos aquellos cachorritos o gaticos de hasta 6 meses de edad, y suelen llegar a consulta todos los días. Pero dentro de lo que se considera como paciente pediátrico existen varias clasificaciones. Podemos considerar como “neonatos” a aquellos pacientes de hasta dos semanas de edad. Los “juveniles”, por otra parte, son aquellos que tienen de dos a 12 semanas y los pacientes “en crecimiento” hasta 18 semanas generalmente.
Para la clasificación de las razas grandes se puede considerar un poco más de tiempo dentro de estas clasificaciones, y para las pequeñas hasta 4 o 5 meses incluso. Pero, básicamente, perros y gatos se consideran pacientes pediátricos hasta los 6 meses de edad, que es cuando alcanzan la pubertad.
Se comienzan a considerar pacientes con fisiología adulta cuando llegan a las 12 semanas de edad. A las 12 semanas a nivel de funcionamiento de órganos y sistemas estamos hablando de un “adulto en miniatura”. La maduración varía entre individuos, un perro chihuahua con 3 meses de edad puede hacer más cosas que un perro de raza grande, por ejemplo, que no puede correr sin tropezar a esa edad.
No todos los perros de una misma raza son iguales a los tres meses, como tampoco todos los gatos de dos meses son idénticos. Existen rasgos generales asociados a la edad del animal, pero no se pueden tener valores de referencia estrictos. Lo importante es tener un valor basal para cada individuo y evaluar las tendencias y algunos de los parámetros, por ejemplo, para evaluar cómo debería cambiar idealmente este cachorrito o gatico en un determinado período de tiempo. No es tan importante el estado de hoy sino cómo evoluciona en los próximos días, específicamente cuando el paciente requiere hospitalización.
Es importante saber que muchos problemas en los pacientes pediátricos serán iatrogénicos. Se trata de problemas que, sin querer, les causamos nosotros, los humanos. Un cachorro hospitalizado puede sufrir estrés por esta condición al no estar con su camada y debido a que sus sistemas de defensa no están bien desarrollados. Puede haber un riego elevado de infecciones en estos casos, pues las bacterias presentes en centros hospitalarios están acostumbradas a vivir con desinfectantes y antibióticos y ahí se aprovechan de un paciente que no está totalmente desarrollado. Por eso es que siempre que sea posible realizar tratamientos en casa, los pacientes pediátricos deben sacarse rápido del hospital y seguir las orientaciones de su médico veterinario.
Exploración del Sistema Circulatorio de un paciente pediátrico:
Para explorar el sistema cardiocirculatorio de un paciente pediátrico hay que tener en cuenta que hasta las 8 o 12 semanas de vida tienen la frecuencia cardíaca más elevada y muchas veces presentan “soplos” que pueden ser fisiológicos. En estos casos, las membranas mucosas están más congestionadas, son más rosaditas y los pulsos se notan un poco más débiles.
La frecuencia cardíaca tiende a ser 200 lpm y en gaticos puede ser un poco más, aunque se mantiene en los rangos de normalidad. Los soplos que observamos pueden ser fisiológicos pero debemos tener en cuenta que las enfermedades cardíacas congénitas existen y hay que evaluar entonces el comportamiento del gatico y su evolución. Aquí hay que jugar con la anamnesis y la historia con la cual llega el propietario a consulta, porque quizá este no haya tenido antes cachorros y tal vez no percibía que su animal estaba tranquilo porque no podía respirar o porque estaba enfermo y no porque era así su comportamiento. Los cachorros normalmente son muy enérgicos y los problemas cardíacos les roban la energía que normalmente suelen tener.
En caso de las arritmias vale aclarar que nunca son fisiológicas, siempre son patológicas. La contractilidad es fija hasta las 8-12 semanas. Los adultos normalmente pueden cambiar la contractilidad a la misma velocidad de latido, con la misma frecuencia cardíaca podemos bombear más o menos sangre. El volumen cardíaco hasta las 12 semanas es fijo por latido. Con esto queremos decir que el gasto cardíaco, o la cantidad de sangre que bombean por minuto es el volumen cardíaco por la frecuencia cardíaca. En adultos relajados la frecuencia cardíaca es muy baja y el corazón bombea mucha más sangre. Cuando la frecuencia cardíaca se acelera se pierde un poquito, pero se puede jugar con el volumen sanguíneo. Ya en los cachorros no, si la frecuencia cardíaca se reduce a la mitad, el gasto se reduce a la mitad. Llega la mitad de oxígeno, se elimina la mitad de CO2 y se aporta la mitad de glucosa. Por eso es importante estar pendientes en casos de bradicardia en cachorros; cuando la frecuencia cardíaca es baja, puede deberse a alguna enfermedad. Pero a veces también cuando se anestesian estos pacientes lo más importante es tener la frecuencia cardíaca lo más cercana posible a la basal. En adultos tenemos frecuencias más bajas y es preferible tenerlas así, pero en cachorros no. En caso de que la frecuencia cardíaca baje hay que averiguar porqué e intentar que suba.
La presión arterial en cachorros es bastante baja, por eso los pulsos son tan débiles. El sistema circulatorio en cachorritos evoluciona, hay mucha sangre y una presión baja y con el tiempo se disminuye en volumen por mucha más presión. Esto es importante tenerlo en cuentas porque los cachorros o gaticos con vómitos o diarreas se van a descompensar mucho más porque no puede compensar de la misma manera la pérdida de volumen.
Evaluación del Sistema Respiratorio:
Los pacientes pediátricos tienen la frecuencia respiratoria más elevada que los pacientes adultos. En las primeras cuatro semanas los signos pulmonares están un poco más incrementados; los pulmones se desarrollan más. Hay más movimientos de aire y oímos un sonido del aire entrando y saliendo de las vías aéreas. Se pueden percibir crujidos suaves en las primeras semanas. Pero es muy importante diferenciar en esta etapa los sonidos del desarrollo a lo que sería una neumonía o una atelectasia. Si se percibe un crujido suave en los bordes pulmonares lo más seguro es que sea fisiológico y normal, sobre todo si el cachorro se ve bien. Si está tosiendo, con fiebre o letargia sí hay que evaluar otros factores.
Exploración física:
En cachorritos o gaticos es frecuente que haya un poco de distensión abdominal. Puede existir una posible ascitis pero es posible notarlo con muy poco volumen.
En la parte abdominal encontramos un contenido intestinal que en las primeras semanas es líquido o blando. Si están duras o firmes en las primeras dos semanas, es posible que haya estreñimiento. Si este estreñimiento se nota en perritos o gaticos que se están alimentando con biberón es que no se está haciendo bien el trabajo y hay que ocuparse de que evacúen después de comer. El contenido intestinal debe ser blandito, con forma, no diarreas pero sí blando.
Exploración del Sistema Neurológico:
En este aspecto el estado mental es lo más importante, aquí observamos si hay interacción, si el paciente reacciona a estímulos y cómo se manifiesta su curiosidad. El reflejo de “amenaza” en estos pacientes no va a estar presente hasta las 8-12 semanas.
Los gaticos o cachorritos se van a arrastrar hasta los 7-14 días. A los 16 días deberían estar andando sin arrastrar otras partes del cuerpo y es a los 21 días cuando deben tener su paso normal. Si no ocurre, hay un problema de desarrollo.
La forma de la cabeza es muy importante, sobre todo en razas predispuestas a hidrocefalia. Hay que fijarse que las cabezas estén totalmente abombadas, fijarse además en la fontanela y observar si hay estrabismo. Muchas razas pequeñas pueden tener cierto grado de hidrocefalia y funcionar perfectamente bien aún así. La hidrocefalia no es necesariamente una sentencia de muerte y hay casos en los que el paciente puede llevar una vida totalmente normal.
Cuando en un cachorro la actitud y el estado mental cambian, cuando se ponen más letárgicos, dejan de interactuar o de jugar, normalmente esto no va a estar relacionado a un problema neurológico. En este caso tenemos que buscar las tres causas fundamentales que son hipotermia, hipoglucemia e hipoxia, relacionadas con la hipoperfusión. Un paciente que no tenga glucosa, que esté hipoglucémico, va a volverse hipotérmico. Uno que no esté respirando bien, también. Estas tres cosas son importantes buscarlas cuando veas un cambio de actitud o mental en el cachorro. Comprobar si la temperatura ha cambiado y comprobar si el color de las mucosas está bien. Esto puede ser una señal de alarma.
Temperatura en pacientes pediátricos:
En las primeras semanas de vida la temperatura tiene a ser un poco más baja en estos pacientes. En las primeras dos semanas es de 35.5 °C, mientras que en la cuarta semana llega a ser de 37.7°C. Si hay una temperatura por encima de este valor antes de la cuarta semana, suele ser anormal. Pasadas las 4 semanas la temperatura debe estar por encima de los 39°C. En cachorros no hay hipertermia por estrés antes de las 8 semanas porque no tienen todavía un sistema nervioso simpático preparado para crear este mecanismo. No es como en los adultos, que suelen llegar a consulta y estresarse y con ello, provocarse un subidón de temperatura. Por eso, cuando vemos temperaturas por encima del rango normal antes de las 8 semanas, hay que tomarlo como fiebre.
Diagnóstico por imagen:
En estas edades las radiografías abdominales, a no ser que se busque un cuerpo extraño, dan muy poco detalle. Estos pacientes tienen muy poca grasa y esto juega contra el contraste. También la ascitis que puedan tener contrarresta todo. A no ser que se esté buscando algo en específico, hacer radiografías es perder el tiempo.
En las radiografías de tórax se pueden encontrar los lóbulos colapsados e incluso el timo se logra ver. Este último se puede apreciar como una vela de barco.