La crisis entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, desatada este domingo por los vuelos de devolución de migrantes, parece haber sido superada luego de un acuerdo entre ambas partes.
Tanto la Administración Trump como el Ejecutivo de Gustavo Petro confirmaron la entente, alcanzada tras la negativa inicial del mandatario colombiano de recibir migrantes en aviones militares y las posteriores amenazas de Washington de imponer aranceles y sanciones de visa.
La Casa Blanca no demoró en cantar victoria tras el acuerdo, que supone la reanudación de los vuelos de migrantes hacia territorio colombiano, en medio de la amplia y publicitada cruzada migratoria que lleva adelante el actual Gobierno estadounidense.
Un comunicado de prensa de la Casa Blanca aseguró que Bogotá había aceptado “todos los términos del presidente Trump”, incluida la “aceptación irrestricta” de los migrantes irregulares colombianos, “incluidos los aviones militares, sin limitaciones o retrasos”.
Ello supone una marcha atrás del Gobierno de Petro, que previamente había dicho que los migrantes colombianos no debían ser tratados como delincuentes y había pedido a Estados Unidos “establecer un protocolo de tratamiento digno” hacia los mismos.
Según el comunicado, los aranceles del 25 % anunciados por Trump como represalia “se mantendrán en reserva”, por lo que pudieran imponerse si Colombia no cumple lo pactado.
The Government of Colombia has agreed to all of President Trump’s terms pic.twitter.com/mQocusSGOC
— Karoline Leavitt (@PressSec) January 27, 2025
Además, la Casa Blanca añadió que “las restricciones de visados emitidos por el Departamento de Estado y las inspecciones reforzadas de Aduanas y de Protección Fronteriza se mantendrán en efecto hasta que el primer avión cargado de deportados colombianos regrese con éxito”.
“Los acontecimientos de este domingo dejan claro al mundo que Estados Unidos vuelve a ser respetado. El presidente Trump seguirá protegiendo ferozmente la soberanía de nuestra nación y espera que todas las demás naciones del mundo cooperen plenamente para aceptar la deportación de sus ciudadanos que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos”, se regocijó Washington.
Colombia habla de “impasse superado”
Por su parte, el Gobierno colombiano afirmó haber superado el “impasse” con su similar estadounidense y que seguiría recibiendo a quienes “retornen en condición de deportados, garantizándoles las condiciones dignas como ciudadanos sujetos de derechos”.
Un comunicado leído por el canciller Luis Gilberto Murillo informó igualmente que el propio ministro de Exteriores y el embajador en Washington Daniel García-Peña se reunirían próximamente con autoridades estadounidenses, refiere la agencia EFE.
Según la nota, ambos “viajarán a la ciudad de Washington en los próximos días para sostener reuniones de alto nivel que den seguimiento a los acuerdos resultado del trabajo conjunto que llevó al intercambio de notas diplomáticas entre los dos gobiernos”.
Una información previa había dado cuenta de que Petro podría su avión presidencial a disposición del retorno de migrantes colombianos desde Estados Unidos, algo que confirma el comunicado.
Comunicado oficial pic.twitter.com/VlTD49lsQs
— Cancillería Colombia (@CancilleriaCol) January 27, 2025
El mandatario también había anunciado aranceles del 25 % a los productos estadounidenses en Colombia y llamado la atención sobre los ciudadanos norteamericanos en situación irregular en su país.
No obstante, las medidas anunciadas por Trump en represalia a la negativa de Petro de recibir migrantes en aviones militares causó numerosas reacciones, cuestionamientos y temores en la nación sudamericana, por el presumible impacto económico de las mismas.
De acuerdo con EFE, Estados Unidos es el primer socio comercial de Colombia, mientras que para Estados Unidos Colombia, del que importa sobre todo petróleo refinado, oro, aluminio, carbón, café o flores, es el 23, aunque es un importante comprador de maíz estadounidense.
La devolución forzada de migrantes ha sido objeto de críticas dentro y fuera de Estados Unidos, aunque celebrada por los seguidores de Trump. El gobierno brasileño, por ejemplo, denunció el trato “degradante” hacia los migrantes de su país devueltos ya por Washington, y señaló que fueron esposados de pies y manos en el vuelo de repatriación.