Todos en Gabón se preguntan por el estado de salud del presidente de 59 años, Ali Bongo, del que no se supo nada durante semanas, a partir de que llegó a Riad, capital de Arabia Saudita. Viajó el 23 de octubre pasado a la cumbre Future Investment Initiative organizada por la monarquía saudí.
El episodio rememoró lo sucedido hace exactamente un año, cuando el primer ministro del Líbano, Saad Hariri, viajó a Arabia Saudita y tras ser detenido por las autoridades locales renunció a su cargo a la distancia y por carta. Unos días después fue liberado y retiró la renuncia.
Esta nueva situación confusa, ahora con el presidente de Gabón, llega cuando Arabia está en el centro de la polémica: poco tiempo después del asesinato del periodista Khashoggi en el consulado saudí en Estanbul.
“Gran fatiga: ha sido hospitalizado”, fue el escueto comunicado oficial como respuesta el jueves pasado.
Miembros del gobierno salieron a decir que era necesario “tranquilizar al público”. “Los rumores y los montajes de video” sobre la muerte del jefe de estado –viralizados por Whatsapp y las redes sociales–podrían “promover el odio y las divisiones”, dijeron.
Reuters, basándose en “dos fuentes”, habló de un derrame cerebral.
Un grand merci pour vos nombreuses prières et messages de soutien. Le Président Ali bongo Ondimba et moi-même sommes particulièrement touchés par toutes ces marques d’affection. pic.twitter.com/rmKgOdfpND
— Sylvia Bongo Ondimba (@Sylviabongo) November 8, 2018
Sin embargo, no hay información clara. El portal argentino Infobae, publicó que otro portavoz del gobierno admitió que Bongo estuvo “seriamente enfermo”, que sufrió “un sangrado que requirió cuidados médicos” pero que está en “una etapa de recuperación de todas sus funciones tras recibir la asistencia necesaria”.
En Gabón prevalece una calma inquieta, donde los ciudadanos temen que se desate una “guerra de clanes” entre los miembros de la familia Bongo: las principales figuras de la política gabonesa están relacionadas al patriarca Omar Bongo, que murió en 2009.
Jean Ping, el ex cuñado de Ali Bongo y su rival en las elecciones presidenciales de 2016, acaba de salir a hablar, después de varios meses de silencio, para pedir un nuevo gobierno.
Según la publicación especializada “La Lettre du Continent”, una “Troika” garantiza la continuidad del Estado, compuesto por el Coronel Frédéric Bongo, hermanastro del paciente, encargado de la seguridad; Brice Laccruche, director del gabinete presidencial, responsable de administrar los asuntos de actualidad; y Marie-Madeleine Mborantsuo, madre de los medios hermanos de Ali Bongo y presidenta del Tribunal Constitucional, encargada de garantizar el respeto del orden constitucional. Sin embargo, no se sabe si el presidente está vivo, enfermo o fallecido, como informó un diario de Camerún.