Dos hombres haitiano-estadounidenses, uno presuntamente exguardaespaldas de la embajada de Canadá en Puerto Príncipe, fueron arrestados en relación con el asesinato del presidente de Haití.
James Solages y Joseph Vincent estaban entre los 17 sospechosos detenidos en el asesinato del presidente Jovenel Moïse a manos de hombres armados en su casa durante la madrugada del miércoles. Quince son colombianos, según Léon Charles, jefe de la Policía Nacional de Haití.
Agregó que otros tres sospechosos fueron abatidos por la policía y otros ocho están prófugos, dijo. “Vamos a llevarlos ante la justicia”
No dio detalles adicionales sobre los antecedentes de Solages, ni el nombre del segundo haitiano- estadounidense.
En un sitio web de una organización benéfica que estableció en 2019 en el sur de Florida para ayudar a los residentes, Solages se describió a sí mismo como un “agente diplomático certificado”, un defensor de los niños y un político en ciernes. En su página para la organización benéfica, Solages dijo que antes había trabajado como guardaespaldas en la Embajada de Canadá en Haití.
Varios testigos dijeron que dos sospechosos fueron descubiertos el jueves escondidos entre arbustos en Puerto Príncipe. La multitud que dio con ellos los agarró por sus camisas y pantalones, empujándolos y ocasionalmente abofeteándolos.
La policía los arrestó. Sudaban mucho y vestían ropa que parecía manchada de barro. Los oficiales los metieron en la parte trasera de una camioneta y se alejaron mientras la multitud corría tras ellos hacia la estación de policía cercana.
Una vez allí, algunos corearon: “¡Mataron al presidente! ¡Los vamos a quemar!”. Se escuchó a un hombre decir que era inaceptable que los extranjeros fueran a Haití a matar al líder del país, refiriéndose a informes de funcionarios haitianos de que los perpetradores hablaban español o inglés.
Luego la multitud prendió fuego a varios autos abandonados con agujeros de bala que pertenecían a los sospechosos, hombres blancos. Los autos no tenían placas de matrícula. Dentro de uno de ellos había una caja vacía de balas y un poco de agua.
En una conferencia de prensa hoy jueves, el jefe de policía instó a mantener la calma y dejar que la policía hiciera su trabajo advirtiendo que las autoridades necesitaban pruebas que estaban destruyendo, incluidos los autos quemados.
Los funcionarios no hablaron sobre el motivo del asesinato, solo dijeron que el ataque, condenado por los principales partidos de oposición de Haití y por la comunidad internacional, fue llevado a cabo por “un grupo altamente entrenado y fuertemente armado”.
Mientras tanto, un juez haitiano involucrado en la investigación dijo que Moïse recibió doce disparos y que su oficina y dormitorio fueron saqueados, según el periódico haitiano Le Nouvelliste.
La hija de Moïse, Jomarlie Jovenel, se escondió en la habitación de su hermano durante el ataque, dijo. Los atacantes ataron a una criada y a otro trabajador.
El primer ministro interino, Claude Joseph, quien asumió el liderazgo de Haití con el respaldo de la policía y el ejército, pidió reabrir los negocios y volver al trabajo.