El economista Joaquim Levy, que fue el jefe del Tesoro Nacional en el mandato de Luiz Inácio Lula da Silva y ministro de Hacienda en el de Dilma Rousseff, asumirá la presidencia del banco de desarrollo de Brasil en el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, informaron hoy fuentes oficiales.
Levy, un respetado economista e ingeniero con una larga carrera en organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue anunciado por el presidente electo como el futuro titular del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
El BNDES es el banco de fomento al desarrollo del Estado brasileño y el principal garante de los negocios de las empresas nacionales que actúan en el exterior, por lo que en su cartera tiene decenas de créditos para obras públicas en varios países vecinos.
Su nombramiento fue confirmado en un comunicado divulgado por el equipo de transición de Bolsonaro.
“Con extensa experiencia en gestión pública, PhD en economía por la Universidad de Chicago, Joaquim Levy renunciará a la dirección financiera del Banco Mundial para integrarse al equipo económico del Gobierno del presidente electo”, según la nota.
Levy fue el ministro de Hacienda de Dilma Rousseff entre noviembre de 2014 y diciembre de 2015, cargo en el que se caracterizó por ejercer una estricta política de ajuste fiscal para hacer frente a la entonces grave crisis fiscal del país.
Como ministro, presentó un conjunto de reformas que incluyeron una fuerte reducción del gasto público y el aumento de la recaudación por la vía tributaria, lo que agravó la recesión en que Brasil entró ese año.
Con perfil técnico y sin filiación partidaria, Levy ocupó varios cargos de responsabilidad en los ministerios de Hacienda y Planificación entre 2000 y 2002, en el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso, y luego fue secretario del Tesoro Nacional entre 2003 y 2006, durante el primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva.
En el Tesoro, Levy se encargó de reestructurar la deuda pública, aumentar las reservas internacionales y generar un clima de seguridad en los negocios que le valió a Brasil preparar el terreno para obtener el grado de inversión por parte de las agencias de riesgo.
Entre 1992 y 1999 ocupó diversos puestos en el FMI, en los departamentos del Hemisferio Occidental, Europeo I y de Investigación, y entre 2000 y 2002 fue economista visitante en el BCE.
El cargo de mayor responsabilidad que desempeñó fuera de Brasil, en 2006, fue la vicepresidencia de Finanzas y Administración del BID.
Su nombramiento se produce cuatro días después de que Bolsonaro se comprometiera a investigar todos los negocios del BNDES, al que ha acusado de “financiar” ilegalmente a Venezuela y Cuba, a cuyos Gobiernos califica de “dictaduras”.
“Firmo el compromiso de iniciar mi mandato determinado a abrir la ‘caja negra’ del BNDES y revelar al pueblo brasileño lo que ha sido hecho con su dinero en los últimos años”, afirmó Bolsonaro, quien asumirá el poder el próximo 1 de enero.
Durante las gestiones de Lula, hoy en la cárcel por corrupción, y de su sucesora y pupila Rousseff, destituida en 2016 por irregularidades fiscales, el BNDES financió decenas de operaciones de empresas brasileñas en diversos países latinoamericanos.
En muchos de esos casos, existen investigaciones abiertas en la Justicia sobre supuestas irregularidades.
En el caso de Venezuela, el BNDES financió las operaciones de expansión del Metro de Caracas y obras de irrigación en el estado Zulia por un valor de unos 200 millones de dólares y mantiene una elevada deuda, no precisada por las autoridades.
En relación a Cuba, las operaciones de crédito fueron en su mayor parte para la construcción del puerto de Mariel y la deuda ascendía a mediados de este año a unos 600 millones de dólares.