Los electores de Chile acudían este domingo a las urnas para elegir a los 50 redactores que deberán escribir una nueva Constitución, tras el rechazo mayoritario al proyecto anterior ocho meses atrás.
Se trata del paso más reciente en un proceso para reemplazar la Carta Magna legada por la dictadura militar del país sudamericano y que comenzó con protestas masivas en 2019, explica un despacho de la agencia AP.
Más de 15,1 millones de chilenos están convocados a la votación, en las que la participación es obligatoria y quienes no voten arriesgan multas que van desde los 31.000 a los 189.000 pesos (38 a 230 dólares), apunta el medio estadounidense.
Pasado el mediodía, el Servicio Electotal (SERVEL) de Chile informó que el 100% de las mesas receptoras de sufragios estaban constituidas, confirma la información periodística. De acuerdo con reportes de prensa, el proceso de votación ocurría con tranquilidad.
El presidente Gabriel Boric sufragó temprano en Punta Arenas, a 3.000 kilómetros al sur de Santiago. Tras emitir su voto el mandatario declaró que, sea cual sea el resultado de la elección, “configura un avance para el país donde hemos sido capaces en darle continuidad a un proceso que no ha sido fácil”.
“Como país, tenemos una oportunidad histórica para reconciliarnos, después de las fracturas que hemos vivido, y avanzar hacia un país desarrollado e inclusivo, donde nadie se quede atrás”, dijo Boric.
Analistas y políticos consideran la elección como un virtual plebiscito a la gestión del presidente cuya desaprobación bordea el 70%, según sondeos citados por AP.
El fracaso del texto anterior, que era descrito como una de las Cartas Magnas más progresistas del mundo, fue visto como una derrota para Boric, que apoyaba su aprobación.
El actual es el segundo proceso constituyente que viven los chilenos tras lo sucedido en septiembre pasado, cuando alrededor del 62% del electorado rechazó un primer texto elaborado por una convención izquierdista.
En esta ocasión, los sondeos indican que hay un marcado desinterés en los comicios y una gran desinformación del electorado sobre los candidatos.
Según señala el despacho noticioso, las encuestas dan ventaja a la oposición de derecha y centroderecha por sobre el oficialismo.
Si la derecha obtiene 30 escaños o más de los 50 en disputa, se haría con el control absoluto del órgano constituyente y podría aprobar las normas sin necesidad de negociar con sus rivales políticos.
La de esta jornada es la séptima elección en Chile desde el estallido social de 2019, que abrió el camino para reemplazar la Constitución vigente, impuesta en 1981 por la dictadura militar de Pinochet. Y es la segunda ocasión en que se elige a los redactores constitucionales, tras la de 2021.
A diferencia del primer proceso constituyente, cuando los redactores del texto partieron de una hoja en blanco, los 50 consejeros que serán electos este domingo trabajarán sobre un anteproyecto constitucional elaborado por 24 expertos designados por los partidos políticos, explica AP.
A su vez, los expertos trabajaron enmarcados en 12 bases constitucionales elaboradas por los partidos políticos para evitar cambios refundacionales incluidos en el texto rechazado, que planteaba un Chile plurinacional con autonomías indígenas.
Entre las bases están la que establecen que Chile es un Estado unitario, “social y democrático de derecho”, el respeto de derechos como a la vida, la propiedad y la igualdad ante la ley, y el el sistema bicameral.
Los consejeros, que deberán enmarcarse en las mismas bases, tendrán cinco meses para elaborar una nueva propuesta, que será plebiscitada el 17 de diciembre.