Representantes del gobierno y la oposición de Venezuela decidieron regresar a Noruega para continuar con los intentos de resolver la crisis política del país sudamericano, anunció el sábado el gobierno noruego.
Noruega reiteró que brindará ayuda en las negociaciones de la próxima semana en Oslo, un indicio de que el proceso está tomando fuerza después de meses de tensiones a la alza entre el presidente venezolano Nicolás Maduro y el líder de la oposición Juan Guaidó, que tiene el apoyo de Estados Unidos.
El principal aliado de Maduro, Jorge Rodríguez; y el gobernador del estado de Miranda, Héctor Rodríguez, que estuvieron en Oslo a principios de este mes en una ronda previa de diálogo exploratorio, encabezarán nuevamente la delegación del gobierno. Esta vez serán acompañados por el ministro del Exterior, Jorge Arreaza, y el principal funcionario venezolano en materia de derechos humanos, Larry Devoe, indicó un funcionario de Venezuela que habló a condición del anonimato al no estar autorizado para discutir sobre las negociaciones.
La delegación de la oposición será encabezada por Stalin González, integrante sénior del Congreso bajo control de la oposición; el exalcalde del municipio Baruta de Caracas, Gerardo Blyde; y el exministro de Transportes, Fernando Martínez Mottola, de acuerdo con una persona al tanto de las negociaciones que también solicitó no ser identificada. Al grupo de sumará Vicente Díaz, un asesor electoral que participó para la oposición en negociaciones pasadas con el gobierno y que sirvió en el consejo nacional electoral.
Ambas delegaciones viajaron el sábado rumbo a Noruega, según las dos fuentes.
La ministra del exterior de Noruega, Ine Eriksen Soreide, elogió a ambas partes por abrirse al diálogo.
Representantes de facciones políticas de Venezuela viajaron al país europeo a principio de mes para asistir a las conversaciones, pero se desconoce si continuarán interactuando con las partes en medio de un agravamiento de las tensiones a causa del llamado que hizo la oposición el 30 de abril para que militares se alzaran contra Maduro.
La oposición había rechazado antes el diálogo cuando acusó a Maduro de aprovechar las negociaciones entre 2016 y 2018 para ganar tiempo, y exigió la renuncia del presidente y la realización de elecciones anticipadas. Maduro, por su parte, afirma que la oposición pretendió usurpar el poder por medio de la fuerza.
El Departamento de Estado estadounidense afirma que lo único a negociar con Maduro son “las condiciones de su salida” de la presidencia.
“Esperamos que las conversaciones en Oslo se centren en ese objetivo, y si es así, confiamos en la posibilidad de un avance”, declaró la portavoz Morgan Ortagus.
La acción diplomática refleja el reconocimiento en Venezuela de que ninguna parte ha logrado prevalecer en la lucha por el poder, dejando al país en un estado de parálisis política tras años de hiperinflación y escasez de alimentos y medicinas. Varios millones de venezolanos han abandonado el país en lo que constituye la mayor crisis migratoria en América Latina.
Estados Unidos y más de 50 países apoyan a Guaidó, el autoproclamado gobernante legítimo de Venezuela. El gobierno estadounidense ha impuesto sanciones al petróleo venezolano en un intento por causar la salida de Maduro, cuyos principales aliados son Cuba, Rusia y China.
Noruega tiene un historial largo y eficaz de mediaciones con el exterior: El país fue sede de las conversaciones entre israelíes y palestinos en septiembre de 1993 y de rebeldes maoístas y el gobierno de Filipinas en 2011. El gobierno también negoció una tregua en 2002 entre el gobierno de Sri Lanka y representantes rebeldes de los Tigres Tamiles. Hace siete años, los mediadores del gobierno colombiano y rebeldes izquierdistas de las FARC sostuvieron en Noruega sus primeras conversaciones directas en una década.