El presidente Nicolás Maduro acusó este jueves a Estados Unidos de querer “robar” el petróleo venezolano tras la incautación de un buque cisterna en el mar Caribe, en lo que algunos analistas entrevén como el primer ensayo de un bloqueo aeronaval contra Venezuela.
“Se les cayó la máscara (…) es el petróleo que se lo quieren robar y Venezuela va a defender su soberanía sobre sus recursos naturales”, dijo en un acto transmitido por la televisión estatal.
Maduro calificó la operación como “piratería criminal” y denunció que los tripulantes del buque están “desaparecidos”. El mandatario anunció que Venezuela presentará denuncias en instancias internacionales para asegurar sus naves y garantizar el libre comercio de crudo.
Pese a la escalada, Maduro afirmó que el destino de Estados Unidos y Venezuela debe ser el “respeto, la amistad, la cooperación” y llamó a los ciudadanos estadounidenses a “amarrar las manos de los sectores extremistas, supremacistas y guerreristas”.
El mandatario insistió en que Venezuela defenderá su soberanía y que la confiscación del buque no detendrá la exportación de petróleo. “La victoria nos pertenece hoy, mañana y por siempre”, aseguró.
El buque Skipper y la confiscación
El petrolero, identificado como Skipper, navegaba con falsa bandera y transportaba entre 1,1 y 1,9 millones de barriles de crudo venezolano, según distintas fuentes.
Fue interceptado por fuerzas estadounidenses en un operativo con helicópteros y lanchas rápidas, y conducido hacia un puerto de Estados Unidos para que el cargamento sea requisado.
Putin apoya a Maduro tras la incautación del petrolero venezolano por EEUU
La Casa Blanca confirmó la operación y señaló que existe un proceso legal para la confiscación del petróleo. “El buque irá a un puerto estadounidense y Estados Unidos sí tiene la intención de incautar el petróleo”, declaró la portavoz Karoline Leavitt.
De acuerdo con la Asociación Americana de Juristas, se trata de un “hecho internacionalmente ilícito” y un “acto de agresión”, según la Resolución 3314/1974 de la ONU, al configurar una invasión y ataque a buques de otro Estado.
Además, señaló que esta acción es parte de una escalada unilateral de EE.UU. contra Venezuela, que incluye el bloqueo aéreo, el despliegue militar en sus costas y la apropiación ilegal de Citgo, filial de PDVSA, sin que Caracas haya respondido con violencia.
La incautación se produce tras meses de despliegue militar estadounidense en el Caribe, bajo el argumento de combatir el narcotráfico, por lo cual Washington ha intensificado operaciones contra embarcaciones sospechosas, con al menos 22 ataques desde septiembre. Más de 80 muertos ha dejado el operativo considerado como “ejecuciones extrajudiciales” por expertos estadounidenses en legalidad internacional.
El presidente Donald Trump afirmó que pronto se actuará contra rutas terrestres para combatir el narcotráfico procedente de Venezuela, y advirtió que el espacio aéreo sobre el país debe considerarse “completamente cerrado”.
Por su parte, el Pentágono ha incrementado recursos navales, aéreos y terrestres en la región, con portaviones, cazas y miles de marines desplegados bajo el Comando Sur.
Reacciones internacionales
La confiscación del buque generó críticas en varios países. El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó “preocupación” por la operación.
Rusia, a través de su canciller Serguéi Lavrov, pidió explicaciones a Washington, mientras el presidente Vladímir Putin reiteró su apoyo a Maduro en una llamada telefónica.
A su vez, Irán calificó la acción como “piratería estatal” y advirtió que semejante comportamiento tendrá consecuencias para la paz y el comercio internacional. Cuba también expresó solidaridad con Caracas, denunciando el decomiso como un acto de piratería.
María Corina Machado se alinea con Washington
Maduro también arremetió contra la líder opositora María Corina Machado, quien desde Oslo —donde recibió el Premio Nobel de la Paz 2025— expresó apoyo a la campaña militar de Trump contra el gobierno venezolano.
“Hoy salió aplaudiendo y apoyando el secuestro armado del barco petrolero que llevaba petróleo venezolano”, dijo Maduro.
Bajo la excusa de que Venezuela está ya “ocupada” por fuerzas de regímenes totalitarios -entre las que mencionó a Rusia, Irán, Cuba, Hezbollah, cárteles de droga y la guerrilla colombiana-, Machado no rechazó en Oslo una posible intervención estadounidense sobre territorio venezolano.
En paralelo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra sobrinos de Maduro y seis navieras que transportan crudo venezolano.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, defendió la operación en una audiencia en el Congreso, calificándola de “exitosa” y parte de la campaña para “contraatacar a un régimen que sistemáticamente llena nuestro país de drogas mortales”.

Petro critica la “invasión”
El presidente colombiano, Gustavo Petro, cuestionó que ningún mandatario latinoamericano haya reaccionado ante los ataques de Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico, que han dejado decenas de muertos. “Ni un solo presidente latinoamericano ha llamado a otro para preguntarse qué hacer ante el hecho de que estamos siendo invadidos”, dijo en San Andrés, una isla turística a 775 kilómetros al noroeste de la costa continental de Colombia.
Petro, un crítico de Maduro por su falta de legitimidad democrática, calificó las operaciones como “invasión” y denunció que “no existen aguas internacionales en el Caribe”, insistiendo en que los pueblos de la región son los legítimos dueños de esos espacios. Su postura ha deteriorado las relaciones con Washington, que lo incluyó en la lista de sancionados de la OFAC, la oficina estadounidense que se ocupa de administrar y hacer cumplir las sanciones económicas y comerciales de Estados Unidos contra países, organizaciones y personas consideradas una amenaza para la seguridad nacional o la política exterior.











