El presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó este sábado a la oposición a instalar una mesa de diálogo en busca de la pacificación del país, inmerso en una grave crisis política y social desde las pasadas elecciones en las que el actual mandatario se declaró vencedor.
Morales compareció ante los medios por primera vez desde que el día anterior comenzaran a amotinarse unidades de la Policía, a la que exigió que cumpla con su papel constitucional. En su alocución pidió a los cuatro partidos opositores con representantes en el Parlamento sentarse a dialogar “de manera inmediata”, para evitar más violencia.
“Debemos preservar la vida, ni la policía, ni el ejército se mancharán con sangre de hermanos bolivianos, por ello convoco inmediatamente al diálogo con los sectores de oposición”, afirmó en conferencia de prensa, en la que también invitó a la iglesia y a organismos internacionales, como Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA) a acompañar el diálogo.
Morales aseguró que está en marcha un golpe de Estado, “protagonizado por grupos antidemocráticos” que no respetan los resultados de las elecciones, y dijo que se trataba de un golpe “contra el pueblo humilde, los indígenas, los movimientos sociales”, a los que pidió “una movilización pacífica para defender la democracia”.
Para preservar la paz en nuestra querida Bolivia, hago un llamado urgente a una mesa de diálogo con representantes de los partidos que han obtenido asambleístas en las elecciones. Convoco al @Pontifex_es , a las distintas iglesias y organismos internacionales a acompañarnos.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 9, 2019
El mandatario ya denunció un complot de los opositores para derrocarlo desde que comenzaron las protestas tras los comicios, y este viernes dijo que no renunciará como piden los movilizados en su contra.
Varios gobiernos de la región, aliados de La Paz, han condenado la rebelión contra Morales, entre ellos el de Cuba, cuyo presidente Miguel Díaz-Canel denunció “enérgicamente el intento golpista” a través de su perfil de Twitter.
Sectores de la oposición, por su parte, rechazaron rápidamente el llamado al diálogo, al tiempo que el alto mando militar dijo que no se enfrentaría al pueblo, “a quien nos debemos” y llamó a solucionar la crisis política que vive el país “antes de llegar a momentos irreversibles”.
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La crisis política derivada de las polémicas elecciones del 20 de octubre, en las que Morales se declaró ganador en medio de señalamientos de fraude, detonó protestas en todo el país. Desde que estalló la crisis, tres opositores han muertos en enfrentamientos callejeros con seguidores del mandatario y más de cien resultaron heridos.
El motín policial, que comenzó el viernes en Cochabamba y Santa Cruz, se replicó el sábado en La Paz con un repliegue de la tropa policial y el abandono de la custodia de los exteriores del palacio presidencial, elevando la tensión en la nación andina.
La víspera, el ministro de Defensa, Javier Zabaleta, anunció que se dio la orden para que los militares salgan a las calles, luego de que las ciudades quedaran sin patrullaje policial. No se reportó de momento desmanes, ni saqueos, sino marchas pacíficas en esas ciudades, aunque sí han existido nuevos enfrentamientos entre partidarios y opositores del gobierno.
Desde el viernes en la noche, los manifestantes opositores que reclaman nuevas elecciones y la renuncia de Morales optaron por no enfrentarse con los policías y, por el contrario, los alientan a amotinarse y les entregan refrescos y alimentos.
Los amotinados reclaman mejoras salariales, mejores condiciones de trabajo y la renuncia de su comandante. En uno de sus pedidos demandan “independencia política para no ser instrumento de ningún gobierno”.
El analista político Jorge Dulón, profesor en la Universidad Católica Bolivariana en La Paz, dijo a The Associated Press que se trata “del momento más complicado de Morales” en sus casi 14 años de gobierno y, según el experto, la situación “podría tornarse más complicada, si no da buenas señales al país”.
El presidente ha rechazado las acusaciones de fraude y llamó a la Organización de Estados Americanos (OEA) a realizar una auditoria electoral cuyo informe se conocerá la próxima semana. La oposición rechaza la auditoria ante la sospecha de que avale el resultado que favorece al mandatario que lleva casi 14 años en el poder y busca un cuarto mandato.
(Con información de agencias)