La economía de las naciones latinoamericanas y caribeñas se enfrenta a una coyuntura difícil este año debido al impacto de la guerra en Ucrania en la región, según un informe publicado este martes por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
De acuerdo con el organismo, el conflicto ruso-ucraniano continuará generando un contexto de incertidumbre, inflación principalmente relacionada con los precios de los alimentos y la energía, así como una desaceleración de la actividad económica y del comercio.
Cifras manejadas por la Cepal indican que producto a la invasión militar de Rusia a Ucrania, se se estima que la economía mundial crecerá un 3,3 % en 2022, un punto porcentual menos de lo que se proyectaba antes del inicio de la guerra.
El informe titulado Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis? alerta, además, sobre una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales, lo que, según el organismo, aumentará los niveles de pobreza y pobreza extrema.
De tal forma, los expertos que elaboraron el documento prevén que unos 7,8 millones de personas de la región se sumarían a los 86,4 millones cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo.
La pobreza en América Latina alcanzará el 33% en 2022. Lee más sobre nuevo reporte presentado hoy por la #CEPAL, vía @elpais_americahttps://t.co/NyKDHQALpP
— CEPAL (@cepal_onu) June 7, 2022
El informe también resalta que la presente coyuntura no debe ser vista como un fenómeno aislado, pues sus efectos se combinan con los causados por más de un decenio de crisis acumuladas, entre ellas la crisis financiera internacional, las tensiones económicas entre Estados Unidos y China, y la pandemia de la COVID-19.
El estudio indica que, después de la expansión económica observada en 2021 (6,3 % de crecimiento del PIB regional), la región alcanzará en 2022 un crecimiento anual promedio de 1,8 % y tiende a regresar al lento patrón de crecimiento de 2014-2019 (solo 0,3 % promedio anual, con la consiguiente caída del PIB por habitante).
“Los avances en la vacunación, las menores restricciones a la movilidad y la reapertura de las escuelas impulsarán una recuperación de los niveles de participación laboral, en especial de la femenina, que ha sido la más afectada pues las mujeres salieron en mayor proporción del mercado laboral durante la pandemia”, se lee en el texto divulgado.
“La acción conjunta de una mayor participación laboral y un bajo ritmo de crecimiento, y por lo tanto de la creación de empleos, llevaría a un aumento en la tasa de desocupación en 2022”, advierte la Cepal.
Las economías de América Latina y el Caribe comenzaron a experimentar un incremento de la tasa de inflación en 2021. Ese año la inflación anual de la región alcanzó un 6,6 %, pero esa tasa aumentó a 8,1 % en abril de 2022, y muchos bancos centrales anticipan que la inflación se mantendrá elevada en lo que resta de año, según recoge el informe.
De tal forma, la Cepal considera que la incidencia de la pobreza regional alcanzará un 33,7 % (1,6 puntos porcentuales más que el valor proyectado para 2021), mientras que la pobreza extrema lo hará un 14,9 % (1,1 puntos porcentuales más que en 2021).
Este resultado refleja el fuerte aumento de los precios de los alimentos. Estos niveles son notoriamente superiores a los observados antes de la pandemia e implican otro retroceso en la lucha contra la pobreza, recalca el texto.
Invasión a Ucrania reduce el crecimiento económico en América Latina y el Caribe
El organismo agrega que los mayores precios de las materias primas, el aumento de los costos de transporte y las perturbaciones en las cadenas internacionales de suministro impactarán también en las exportaciones de bienes de la región.
En contraste, el alza de los precios de varios de los principales productos que la región comercializa eleva la proyección para 2022 a una expansión del 23 %, tanto de las exportaciones como de las importaciones.
El análisis expuesto por la Cepal también concluye que al igual que en las crisis anteriores, los efectos diferirán según subregiones e, incluso, según países de la región. Por tanto, la distribución del daño económico es desigual: intenso en algunos países e industrias, y prácticamente nulo en otros.
Además, advierte que el grado de dependencia de cada país en materia de petróleo, gas y otros productos primarios determina los impactos de la ruptura del suministro, aunque agrega que, como quedó claro a partir de la pandemia, las interrupciones, aunque sean menores en una región, pueden generar cortes de suministro importantes en lugares lejanos.
La Cepal brinda en su informe algunas sugerencias a las naciones del área para enfrentar la compleja coyuntura, que comprenden desde la política monetaria y fiscal y las medidas antiinflacionarias, así como otras relacionadas con la seguridad alimentaria y energética.
En sus recomendaciones, la entidad hace énfasis en que la ruptura del modelo de globalización existente puede llevar a diferentes configuraciones regionales que determinarán muchas de sus políticas sobre la base de objetivos de soberanía o seguridad en materia de defensa, energía, alimentos y sectores industriales claves.
En ese sentido subraya que, en la medida en que tomen forma nuevas configuraciones regionales, América Latina no puede continuar actuando de manera fragmentada, y que para superar la práctica de responder unilateralmente a los eventos globales “se debe avanzar en la formulación e implementación de respuestas de la región en su conjunto o de los bloques de integración”.