Claudia Sheinbaum (Ciudad de México, 1962) es la primera mujer en ser electa presidenta de México. Datos preliminares publicados por el Instituto Nacional Electoral cerca de la medianoche del domingo le otorgaron a la científica y ambientalista de 61 años, en su conteo rápido, entre un 58,3 % y 60,7 % de la votación.
“Quiero agradecer a millones de mexicanas y mexicanos que decidieron votar por nosotros en esta histórica jornada. Agradezco también porque por primera vez en 200 años de la República me convertiré en la primera mujer presidenta de México”, dijo Sheinbaum en su primer mensaje a los mexicanos desde el búnker del oficialismo, antes de que estallaran aplausos y vítores de “presidenta”.
Su triunfo marca un hito en la política mexicana debido a la envergadura de los comicios —unos 98 millones de mexicanos eligieron para unos 20 mil cargos, además de la presidencia— y es el resultado de una serie de estrategias y factores que fueron decisivos para su victoria.
México elige a la primera presidenta de su historia: Claudia Sheinbaum
Una combinación efectiva entre continuidad y cambio
Sheinbaum logró equilibrar su mensaje entre la continuidad de las políticas populares del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, y la promesa de cambios necesarios. Su campaña se centró en mantener los programas sociales y las políticas económicas que han beneficiado a los sectores más vulnerables, al mismo tiempo que propuso innovaciones en áreas críticas como la seguridad, la educación y el medio ambiente.
Su habilidad para capitalizar los logros de López Obrador sin quedar atrapada en sus controversias, como pretendieron sus adversarios, fue un elemento crucial de la campaña. La continuidad de la Cuarta transformación, o 4T, que puso en marcha AMLO en 2018 con su llegada al Palacio Nacional y la defensa de programas emblemáticos como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, dieron certezas sobre su rumbo a los votantes. Al mismo tiempo, abordó las críticas hacia AMLO con propuestas concretas que apuntan a mejorar la eficiencia gubernamental y combatir la corrupción.
Desde su fundación, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ha construido una base electoral sólida y leal que reforzó la credibilidad de Sheinbaum y le otorgó un respaldo masivo en las urnas. Ese apoyo le permitió a la candidata organizar una campaña que, aunque varios expertos calificaron de tradicional, fue una de las claves de la victoria. Gracias a la infraestructura electoral de Morena, Sheinbaum organizó eventos de campaña en todo el país, en los que interactuó directamente con los votantes, escuchó sus preocupaciones y ofreció soluciones concretas.
De acuerdo con el diario local La Jornada, el apoyo de la base de Morena fue “un pilar fundamental en la estructura de campaña de Sheinbaum, brindándole no solo votos, sino también una red de movilización y apoyo logístico inigualable” .
Primera presidenta
“No llego sola, llegamos todas”, dijo Sheinmbaum durante su primer discurso en la noche del domingo. “Llegamos todas, con nuestras heroínas que nos dieron patria, con nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas”, dijo la integrante del oficialista Morena”, añadió.
Su enfoque en la igualdad de género y la inclusión fue, en efecto, parte crucial de la campaña. Prometió un Gobierno paritario y la implementación de políticas específicas para abordar la violencia de género y promover la igualdad de oportunidades, lo que atrajo a votantes progresistas y a una significativa porción del electorado femenino que busca un cambio real en la representación y los derechos de las mujeres en México.
Sheinbaum hizo hincapié en propuestas que incluyeron medidas para combatir la discriminación, mejorar el acceso a la educación y la salud para las mujeres, y garantizar la igualdad salarial. Además, su compromiso con los derechos de la comunidad LGBTQ+ y otros grupos marginados incorporó en la campaña su mirada sobre un México inclusivo y diverso, lo que fue decisivo para atraer a un amplio espectro de votantes progresistas.
Gestión y promesas de cara futuro
Los logros de Sheinbaum como alcaldesa en la Ciudad de México, particularmente en transporte y medio ambiente, fueron presentados durante la campaña electoral como pruebas contundentes de su capacidad para llevar a cabo reformas a nivel nacional.
Sin embargo, su gestión no estuvo ajena a las controversias. Pese a los evidentes avances en materia de movilidad en una de las ciudades más grandes y populosas del mundo, las constantes fallas del metro y un “trágico accidente”, como ella misma lo llamó, de un tramo de la línea 12 en 2021, opacaron su gestión.
“Vamos a ampliar el acceso a los derechos del pueblo de México; a la educación, a la salud, a la vivienda, a la cultura. Es decir, a seguir construyendo un verdadero Estado de bienestar”, dijo Sheinbaum en su primer mensaje sobre su gestión.
Además, prometió que su Gobierno será “honesto, sin influyentismo, sin corrupción ni impunidad” y aseguró que habrá “austeridad republicana, disciplina financiera y fiscal y autonomía del Banco de México”.
Desafíos por delante
Uno de los desafíos más acuciantes para Sheinbaum durante su presidencia es el aumento de la violencia en México. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 se registraron más de 34 mil homicidios en el país, una cifra que muestra la persistente crisis de seguridad que enfrenta la nación. La situación se ve agravada por la presencia de poderosos cárteles de la droga y la corrupción endémica dentro de las fuerzas de seguridad.
Además, la campaña electoral que acaba de terminar ha sido calificada por organizaciones no gubernamentales como “la más violenta” de la historia del país. Según un reporte de Laboratorio Electoral, 38 candidatos fueron asesinados, en medio de 321 casos de agresiones a candidatos y a personas relacionadas con los comicios. Otras organizaciones, como Amnistía Internacional, han señalado la necesidad urgente de reformas en el sistema de justicia penal y en la policía para abordar la violencia de género y otros delitos.
Sheinbaum deberá enfrentarse a retos económicos significativos. La pandemia de COVID-19 dejó a México con una economía debilitada, y aunque ha habido recuperación, muchos mexicanos siguen lidiando con los efectos económicos y sociales de la crisis. La desigualdad económica y la pobreza son problemas persistentes que requieren políticas públicas focalizadas para fomentar un desarrollo inclusivo y sostenible.
Otro desafío importante será la implementación de sus ambiciosas políticas medioambientales. La crisis climática es una preocupación creciente en el país, con fenómenos meteorológicos extremos y un avance de la contaminación en varias ciudades.
Sheinbaum ha prometido acciones contundentes en este frente, pero la oposición de ciertos sectores industriales y la necesidad de equilibrar el desarrollo económico con la sostenibilidad representarán para ella nuevos obstáculos.
Por último, la gobernabilidad y la capacidad de construir consensos también serán cruciales. Sheinbaum deberá trabajar para unificar al país y superar la polarización política que ha caracterizado los últimos años. La colaboración con el Congreso y la negociación con diversos actores políticos y sociales serán esenciales para avanzar en su agenda y lograr un gobierno efectivo.
Aún resta saber si Morena y sus aliados lograrán alcanzar su meta de ganar una mayoría calificada en ambas Cámaras del Congreso, un objetivo cercano de acuerdo con los resultados preliminares del domingo. Eso determinará el panorama más o menos fragmentado en el que deberá ser gobernado México.