Las fuertes lluvias que azotan al sureste de Brasil han dejado unas 25 muertes desde el viernes en los estados de Río de Janeiro y Espírito Santo, donde trabajan los equipos de rescate y limpieza.
El saldo de fallecidos en Espírito Santo siguió en aumento, y llegó a 17 la tarde de este domingo, informó en un boletín la coordinación local de Protección y Defensa Civil, citado por AFP.
O sofrimento das famílias que perdem parentes, bens e suas casas em decorrência das chuvas fortes tocam o país. Tragédias que se intensificam com as mudanças climáticas. Estamos trabalhando desde o ano passado para fortalecer a Defesa Civil e assistência do governo federal em… https://t.co/lYIEoCHWKL
— Lula (@LulaOficial) March 23, 2024
El municipio más afectado es Mimoso do Sul, ubicado al sur del estado, donde al menos 15 personas murieron por inundaciones. Las otras dos muertes ocurrieron en Apiacá.
Equipos de rescate intentaban auxiliar a los damnificados por la crecida de agua que generó una situación “caótica”, según describió el sábado el gobernador de Espírito Santo, Renato Casagrande.
El domingo, el nivel del agua descendió tras una noche prácticamente sin lluvias, y permitió a los socorristas acceder a zonas antes inaccesibles, dijo Casagrande en redes sociales.
El temporal se cobró además al menos ocho muertes en Río de Janeiro, entre viernes y sábado, la mayoría por deslizamientos en la zona serrana del estado, informaron las autoridades.
Cuatro de esas muertes fueron consecuencia del derrumbe de viviendas en la turística Petrópolis, ubicada a unos 70 kilómetros de la capital estatal y escenario de una tragedia que dejó 241 muertes en febrero de 2022, recuerda la agencia francesa.
Las alertas por lluvias y sus consecuencias continuaban en distintas zonas del sureste brasileño, donde las autoridades despliegan fuertes operativos para intentar contener los daños.
La mitad de la Amazonia puede desaparecer en solo 26 años y caotizar el clima mundial
El temporal que afecta parte de Brasil se debe a la llegada de un frente frío tras una ola de calor extremo en la región.
Esa masa impactó a mediados de la semana pasada a Rio Grande do Sul, y avanzó hacia Sao Paulo y Río, antes de llegar a Espírito Santo, explicaron meteorólogos del Instituto Nacional de Meteorología (Inmet).