México anunció el jueves que limitará los cruces no esenciales por su frontera sur con el fin de evitar la propagación del nuevo coronavirus y que iniciará “medidas de control sanitario” que no detalló.
El anuncio, hecho por la Secretaría de Relaciones Exteriores a través de su cuenta oficial en Twitter, llega después de un año de pandemia, cuando los contagios de la COVID-19 parecen empezar a bajar y con un gobierno que se ha mostrado reacio a restringir los ingresos al país por el coronavirus aunque otros, como Guatemala, sí lo hicieron.
Si bien las autoridades desvincularon el tema sanitario al migratorio, la decisión llegó justo cuando Estados Unidos está viendo un fuerte incremento de migrantes que arriban de forma ilegal a su territorio desde México.
La información sobre las restricciones fronterizas coincidió con el anuncio por parte del canciller Marcelo Ebrard de que ambos países habían llegado a un acuerdo sobre vacunas. Ebrard dijo que los detalles estaban todavía en negociación, pero un funcionario de la Casa Blanca confirmó a AP que lo consensuado implicaría el envío de 2,5 millones de dosis de Estados Unidos a México en concepto de “préstamo”.
Ambas decisiones llegan a casi tres semanas del encuentro virtual del 1 de marzo entre los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador en el que la migración y la pandemia fueron algunos de los asuntos centrales.
“Se trata de dos temas separados en una agenda común”, explicó vía Twitter el jueves por la tarde Roberto Velasco, director general para América del Norte. “Nuestra compleja agenda bilateral avanza en todos los frentes”.
“Migración y vacunación contra COVID-19 son temas distintos”, subrayó el funcionario que, además, quiso dejar claro que México “determina su política migratoria de manera soberana”.
El gobierno mexicano ya había restringido los cruces en su frontera norte desde marzo de 2020 a petición del entonces presidente Donald Trump. Tales limitaciones a actividades no esenciales por COVID-19 se fueron prorrogando desde entonces y se mantendrán en esa frontera también ahora.
Las restricciones en el norte se hicieron con el mismo argumento de evitar los contagios de COVID-19, pero los analistas coincidieron en asegurar que la medida propuesta Trump tenía como objetivo real frenar la migración.
El mandatario republicano había presionado con fuerza a México -incluso con amenazas de aranceles- para que reforzara los controles migratorios y aceptara que los solicitantes de asilo en Estados Unidos esperaran su proceso en territorio mexicano. Pero la medida, teóricamente sanitaria, permitió a las autoridades estadounidenses devolver de forma inmediata a México sin trámites de ningún tipo a decenas de miles de migrantes mexicanos y centroamericanos que trataban de cruzar la frontera de forma ilegal.
Según la cancillería mexicana, las nuevas medidas “para prevenir la propagación de COVID-19” se iniciarán el viernes y se prolongarán hasta el 21 de abril. “El @GobiernoMX desplegará medidas de control sanitario en el norte y sur del país”, agregó el tuit.
La Secretaría de Relaciones Exteriores no aclaró qué acciones concretas se implementarán. En un mensaje a The Associated Press explicó que se limitarán los cruces turísticos y recreativos pero que las restricciones no afectarán a residentes mexicanos temporales o permanentes o personas con visas de trabajo, a viajes con propósitos médicos o educativos ni al comercio legal con Guatemala.
La cancillería añadió que las medidas podrán extenderse otro mes “dependiendo del índice de contagio de COVID-19”.
Poco antes, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos había anunciado en la misma red social la extensión de las restricciones en sus fronteras “en coordinación con nuestros socios en Canadá y México”.
“Guiados por directrices científicas y de salud pública, trabajaremos con nuestras contrapartes para identificar un enfoque que alivie las restricciones cuando las condiciones lo permitan, teniendo la protección de nuestros ciudadanos contra el COVID-19 como nuestro principal objetivo”, indicó dicho departamento estadounidense.
La administración de Joe Biden ha empezado a desmantelar diversas medidas que Trump impuso para frenar la llegada de migrantes y solicitantes de asilo.
Sin embargo, el demócrata optó por mantener las restricciones en la frontera con México bajo el argumento del control de la pandemia aunque con ciertas excepciones como no devolver a menores que viajan solos, casos vulnerables o familias que no puedan ser recibidas por México, según explicó Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, esta misma semana.
Los cruces ilegales a Estados Unidos empezaron a crecer a fines del año pasado y en febrero las interceptaciones de inmigrantes por parte las autoridades estadounidenses superaron las 100.000 por primera vez desde el pico de llegadas que hubo en 2019.