Miles de personas que protestaron ayer en Perú con pancartas de “no a la dictadura asesina”, exigían la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y el cierre del Congreso como parte de la llamada tercera toma de Lima. El hecho generó enfrentamientos entre manifestantes y policías hasta ahora con un saldo de ocho heridos, seis detenidos y daños materiales.
Las demandas son casi las mismas de manifestaciones previas: la renuncia de Boluarte antes de su discurso a la nación del próximo día 28, el cierre del Congreso dominado por partidos de derecha, elecciones anticipadas y una nueva Constitución.
Los manifestantes se congregaron de manera pacífica en una plaza a un kilómetro del palacio presidencial y del Congreso, y en otros puntos de la capital.
En Lima, los edificios públicos, incluidas las sedes del palacio de gobierno y del Congreso, fueron protegidos con rejas metálicas, mientras los manifestantes desfilaban por las principales calles.
Alrededor de las 7 de la tarde, tras romper un cordón policial, varios manifestantes llegaron a las cercanías del Congreso, donde la policía disparó gas lacrimógeno para dispersarlos.
También se reportaron enfrentamientos en la avenida Abancay, con el lanzamiento de palos y fuegos artificiales por los manifestantes, informaron RPP y Telesur.
Los manifestantes también quemaron objetos para obstaculizar el paso de la policía. Los agentes detuvieron a los responsables.
Dina Boluarte llegó al poder el 7 de diciembre de 2022, después de que el Congreso destituyera al entonces presidente Pedro Castillo.
Cinco días después de asumir el cargo, en medio de las protestas, la mandataria aseguró que había asumido “la iniciativa de llegar a un acuerdo con el Congreso para adelantar las elecciones generales al mes de abril de 2024”.
Pero en junio cambió de parecer y aseguró que se quedaría en el poder hasta 2026, cuando culmina el periodo presidencial para el que fue electo Castillo.