Las reservas de El Salvador en bitcoin perdieron la mitad de su valor ante la caída de la criptomoneda a su menor nivel en más de 18 meses. El año pasado fue el primer país del mundo en incorporar el bitcoin como moneda de curso legal.
La criptomoneda cayó el lunes 15%, su mayor desplome en un día desde marzo de 2020. En lo que va de año ha perdido la mitad de su valor y más de 20% solo desde el viernes pasado. Desde su máximo histórico de 69 000 dólares en noviembre, el activo virtual ha descendido casi el 70%.
Con la reciente baja del valor de la moneda virtual, el valor de las reservas de El Salvador es ahora de 52 millones de dólares. Esto supone una pérdida de 50.6%. En total, el gobierno compró más de 2 000 bitcoins por el equivalente a 103 millones de dólares, según el periódico salvadoreño La Prensa Gráfica y el medio internacional especializado en finanzas, Bloomberg.
Pero se desconoce con certeza el total de bitcoins que adquirió el gobierno, toda vez que las compras solo se anuncian mediante la cuenta de Twitter personal del presidente Nayib Bukele. La última compra fue el 9 de mayo, cuando invirtió 15 millones de dólares de fondos públicos para comprar 500 bitcoins.
Las diez adquisiciones anunciadas por el presidente en Twitter tienen un valor de mercado de poco más de 51 millones de dólares, y la mayor operación individual (420 monedas a más de 59 000 dólares cada una) suponía casi el 63% de pérdida.
Bukele ha dicho que El Salvador ha comprado durante un dip, término usado por los operadores para referirse a que se aprovecharon de una baja en los precios para adquirir el activo.
Uno de los dips de los que habló Bukele fue la compra de 420 bitcoins a más de 59 000 dólares cada uno a fines de octubre, un total de casi 25 millones de dólares que ahora valen 9.5 millones.
El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, aseguró que el país “no ha tenido pérdidas”, porque no ha vendido las monedas. “Cuando dicen que el riesgo fiscal en El Salvador por el Bitcoin es altísimo, a mí lo único que hace es darme risa y creo que a cualquier economista serio debería provocarle lo mismo, porque de verdad es un análisis sumamente superficial y hablan solo desde la ignorancia”, dijo.