El 27 de enero de 2023 las autoridades migratorias detuvieron el proceso que hacía posible adquirir en poco tiempo la residencia en el país. Alrededor de 10 mil afectados son cubanos.
No solo hacia el norte emigran los cubanos. Desde hace años hay otra ruta marcada: de La Habana a Puerto España, Jamaica o Panamá. Luego a Guyana. Kilómetros de selva que conducen al sur. Seguirá algún afluente del Amazonas, quizá. Escala tras escala, por aire, atravesando el gigante Brasil. Autos que completan el rompecabezas de los caminos.
Rivera, en Uruguay, es la meta. Palabra clave: “refugio”. Y se abre la puerta. “¡Gracias, Uruguay!”.
El amparo temporal de la solicitud de refugio
Por ley, en Uruguay cualquier persona que se presente en un punto fronterizo puede solicitar refugio, y el Estado debe procesar su solicitud. Mientras, el aspirante a este estatus tiene derecho a insertarse en la sociedad y hacer vida en el territorio.
En un mes aproximadamente, el solicitante de refugio obtendrá la cédula de identidad y, con ella, acceso al mercado laboral, al alquiler de viviendas, la afiliación a la salud pública o privada, entre otros beneficios.
Sin embargo, la formalización de la solicitud ocurrirá cuando el aspirante presente ante las autoridades de la Dirección Nacional de Migración, la Secretaría Permanente de la Comisión Nacional de Refugiados (Core) o el Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (SEDHU) un expediente con información sobre las razones que lo hicieron salir de su país de origen.
Muy pocos cubanos solicitantes de refugio decidirán encaminar el proceso: en 2022, desde el primero de enero hasta el 31 de mayo, solo tres nacionales de la isla fueron reconocidos como refugiados por el Core. El 85 % de las solicitudes fueron denegadas, por haber alegado causas de precariedad económica en lugar de condiciones políticas.
Por esta razón, la mayoría de los cubanos solicitantes de refugio deciden acogerse a la protección temporal que le ofrece el Estado e iniciar un nuevo trámite que abre puertas a una residencia: la petición de visa en un consulado uruguayo en frontera.
Desde el 27 de enero de 2023 dicho trámite no está funcionando como hasta entonces. Y la comunidad cubana afectada ha quedado en la espera impaciente de una solución.
Paisanos: de vox populi a evidencia legal
Yordanis Carbonell, abogado y presidente de Paisanos, sociedad por acciones simplificadas, accedió a conversar con OnCuba y explicar qué sucede con los cubanos solicitantes de refugio en Uruguay.
¿Qué procedimiento iniciaban los cubanos antes del 27 de enero de 2023 para cambiar el estatus migratorio de solicitante de refugio?
Antes del 27 de enero de 2023 los ciudadanos cubanos que habían ingresado al país por tierra, una vez que podían demostrar subvención económica y otros requisitos, se dirigían a cualquiera de los consulados uruguayos en fronteras brasileñas y desde allí solicitaban una visa de turismo para entrar a Uruguay.
De esta manera, si les aprobaban el visado, hacían un cambio de estatus migratorio. Así, renunciaban a la solicitud de refugio y entraban al país con una visa de turismo estampada en el pasaporte; porque las leyes migratorias uruguayas establecen que los viajeros que entren al país en situación regular [con visa uruguaya] pueden aspirar a la residencia.
¿Por qué las solicitudes de visa en los consulados uruguayos en frontera están en stand by?
Las autoridades comienzan a exigir un cuño de entrada en Brasil, que debió haber sido estampado cuando el viajero recorrió ese país en su travesía.
El cuño serviría para legitimar el paso entre Guyana y Brasil. La mayor parte de la comunidad cubana desconocía la posibilidad de estampar el cuño, y no lo buscaban.
Pero nunca fue un requisito. ¿La normativa no exonera a los solicitantes de refugio que entraron al país antes de la fecha en que se estableció?
Hay cientos de cubanos que llegaron a Uruguay en 2022 y que tenían turno en los consulados para regularizar su situación. Recientemente han recibido la cancelación de la cita. Habría que esperar a que las autoridades se pronuncien.
¿Qué consecuencias tendría para esas personas que no haya pronunciamiento oficial en un futuro mediato?
El Estado uruguayo no tiene interés en la deportación. Ha sido bastante enfático en el asunto y lo ha asumido como política. Por ese lado, nuestros paisanos deben estar tranquilos.
¿Solicitar la condición de refugiado, por ejemplo, sería una solución?
La mayoría de los cubanos entran solicitando refugio por motivos económicos, que no está contemplado en Derecho Migratorio. En el Derecho Internacional existe el asilo político y el refugio político, ambos son muy comunes.
Los cubanos vienen exigiendo una protección no reconocida. Y los países no pueden crear normas de derecho migratorio de un día para otro.
¿Qué alternativa ha encontrado Paisanos para continuar el trámite de solicitud de visa en frontera?
Bueno, la alternativa no la encontramos nosotros. La alternativa ya existía. Fue la comunidad quien nos enseñó el camino.
Lo primero es acudir a la embajada de Brasil, en la Avenida 18 de Julio, y solicitar el visado de Brasil. Exigen determinados requisitos: pasaje de ida y vuelta, medios económicos, pasaporte válido, entre otros.
Además, la visa tiene un costo de 4.080 UYU (U$S 102), y puede ser otorgada o no.
En caso de respuesta positiva, los cubanos deben contactar al Consulado uruguayo de Bagé en frontera, el único que está realizando el proceso. Y una vez se envíen por correo electrónico este y otros tantos requisitos, otorgan una cita.
Aquí comienza el cambio de estatus de aspirante a refugio que explicamos antes.
¿Pueden los cubanos solicitantes de refugio salir de las fronteras del territorio uruguayo sin implicaciones para su permanencia?
Lo más importante para entrar y salir seguros del territorio uruguayo es solicitar un permiso de reingreso ante una Inspectoría de Migración. Tiene un costo de unos 1285.59 UYU (U$S 32.9) y validez de un año. De esta manera, están cuidando la condición de solicitantes de refugio, que les permite mantenerse viviendo en Uruguay.
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“No quiero seguir perdiéndome a mi hija”: la incertidumbre de la residencia para los refugiados cubanos
“Salimos de Cuba el 21 de diciembre de 2021 rumbo a Guyana. No sabíamos realmente a dónde íbamos a llegar. Estuvimos cuatro meses en ese país y luego continuamos la travesía.
“Solicitamos refugio en Uruguay el 21 de abril de 2022. Rápidamente encontramos trabajo, pero comenzamos en negro.
“Para iniciar el proceso de cambio de estatus migratorio exigían los últimos tres recibos de sueldo de trabajo en blanco. Cuando finalmente logramos tenerlos, llamé para agendarnos y nos dieron la cita para abril de 2023. Pero en enero llegó la mala noticia. Nos cancelaron todo”.
Amelia es una joven de 35 años que confiaba en la conocida rapidez de los trámites de residencia en Uruguay para los cubanos. Todo estaba calculado: su hija de 14 años quedó a cargo de la abuela, porque todo saldría bien en poco más de un año.
“Ningún momento es bueno para dejar a los hijos. Mi niña ya cumplió 15 y yo no estuve. Periodista, ¡yo no quiero seguir perdiéndome a mi hija!
“¿Y si hubiese venido antes? ¿Si hubiese iniciado los trámites antes? Si no hubiese tenido todos esos contratiempos…”; son las preguntas que la atormentan.
Cubanos al límite, ¿limbo legal?
José, joven médico, llegó a Uruguay en agosto de 2022 y desde el segundo mes de estancia encontró trabajo en una empresa líder de servicios de acompañantes.
“Necesité trabajar legalmente por tres meses consecutivos. Y reunir suficiente dinero como para pagar los viajes de ida y vuelta a Brasil, donde se inicia el cambio de estatus migratorio, pagar la visa, obtener, legalizar y apostillar en Cuba todos los documentos: certificado de nacimiento, de antecedentes penales y de matrimonio…
“También destiné dinero para la legalización aquí y pasar las partidas al formato uruguayo. Además, debí pagar la cita para la residencia y la cita para cambiar la cédula. Creo haber gastado 16 mil pesos uruguayos (U$S 400). Realmente no he llevado la cuenta”.
José fue afortunado en encontrar trabajo y poder iniciar rápidamente su proceso. Sin embargo, otros no han corrido la misma suerte:
Alberto vive en Santa Rosa, Canelones, desde hace cinco años; y continúa como solicitante de refugio. Su cédula está vencida, pues agotó todas las posibilidades de renovación habilitadas por la ley.
La primera y segunda cédulas tienen duración de dos años y Alberto accedió a este beneficio. Luego, las autoridades valoran si es posible el otorgamiento de un nuevo plazo de un año, para concluir la residencia en trámite.
“Tengo miedo a quedarme indocumentado. Me dieron los papeles para renovar la cédula. Pero cuando fui a sacarla, rechazaron mi solicitud. Dijeron que me la darían cuando sea residente. Y ahora siento que estoy atado de pies y manos.
“Tampoco puedo irme de aquí: mi hijo de 4 años me necesita. Estoy luchando y trabajo en el campo, y trabajo en lo que sea porque no quiero irme”.
La mayoría de sus trabajos han sido ilegales, por eso nunca pudo demostrar solvencia económica, requisito clave para iniciar los trámites de residencia en Uruguay.
Alberto está al límite. Su cédula está vencida y al parecer las autoridades no le han dejado claro si ha caído en el “limbo migratorio” que todos comenzaron a temer con el cambio de reglas del 27 de enero pasado.
¿Habrá una nueva excepción, como durante la pandemia, que permita a los cubanos regularizarse?
El 13 de marzo de 2020, el Gobierno uruguayo declaró el país en estado de emergencia sanitaria. Como efecto del paquete de medidas, todos los trámites quedaron en pausa.
Al cabo de meses sin noticias, en la segunda mitad de 2021 las autoridades uruguayas determinaron que los aspirantes a refugio que estaban en proceso de cambio de estatus migratorio (aquellos que entraron al país entre el 11 de enero de 2018 y el 10 de agosto de 2021) podrían hacerlo sin necesidad de contar con el visado de ingreso al país; o sea, sin acudir a la frontera brasileña.
Ahora, que se ha vuelto a frenar el proceso que abre las puertas a la residencia uruguaya, alrededor de 10 mil cubanos aguardan otra excepción que les ofrezca la posibilidad de regularizarse.
“La intención del Estado es que se encuentre una solución de fondo” y “se está trabajando en el tema” son líneas que pueden leerse con frecuencia en diarios uruguayos.
El Estado reconoce que el flujo de cubanos a Uruguay no representa una cifra modesta. Según estadísticas de la Dirección Nacional de Migración, en 2017 fueron 4 577; en 2018, 12 648; en 2019, 19 925; en 2020, 9 000; en 2021, 2 887 y la última cifra de que se tenga noticias: enero y febrero de 2022, es de 1 454.
Si bien es cierto que el movimiento migratorio hacia Estados Unidos o Europa es considerable, el número de cubanos crece también en el sur del continente americano. Han dejado de ser una comunidad de paso para asentarse, fundar y ser parte de la construcción de la tierra que los acoge.