Un grupo de partidos opositores de Venezuela acordó iniciar negociaciones con el gobierno del presidente Nicolás Maduro, sin incluir a las organizaciones mayoritarias ni al líder opositor Juan Guaidó, lo cual desató nuevas tensiones políticas en la compleja crisis que azota a la nación sudamericana y motivó una rápida “celebración” por parte de las autoridades cubanas.
El acuerdo, que prevé el retorno del oficialismo a la Asamblea Nacional, bajo control opositor, fue firmado el lunes por representantes de varias fuerzas minoritarias sin gran arraigo popular –algunas fundadas por exmiembros de la alianza oficialista–, junto con los principales asesores de Maduro en un evento al que asistieron diplomáticos extranjeros.
La acción de estas organizaciones minoritarias marca la primera gran división entre los sectores opuestos a Maduro desde que Guaidó se declaró en enero presidente interino del país, argumentando que el mandatario socialista fue reelecto en mayo de 2018 en unos comicios fraudulentos.
Maduro calificó el acuerdo como “paso acertado” que “abre todas las puertas del diálogo”. En un acto en el palacio presidencial, el mandatario añadió: “Nosotros jugamos varios escenarios, todos de paz, constitucionales, democráticos y soberanos”.
Sin embargo, Guaidó consideró una “maniobra” del gobierno el anuncio que realizaron los partidos minoritarios de ir a una mesa de diálogo paralela.
El líder opositor, quien un día antes había dado por finalizados los contactos con los representantes de Maduro que auspiciaba Noruega, planteó que de seguir el gobierno por este camino se retornaría al escenario del 20 de mayo del 2018 lo cual se traducirá en un “mayor aislamiento, mayor presión internacional, mayor presión interna”.
Para el analista y director de la encuestadora local Delphos, Félix Seijas, las divisiones que han surgido en la oposición debilitan el sólido bloque que había apoyado desde inicios de año a Guaidó, quien deberá hacer frente a estas fracturas en medio del agotamiento de su movimiento y la pérdida del poder de convocatoria en las calles.
En un encuentro con la prensa, el también jefe de la Asamblea Nacional reveló que durante el proceso de negociaciones promovido por Noruega su delegación propuso la creación de un Consejo de Gobierno de Transición que implicaría la salida del Maduro del cargo, la separación del opositor de la jefatura del Congreso y la convocatoria a nuevas elecciones.
Entre los firmantes del nuevo acuerdo con el gobierno destaca el partido Avanzada Progresista, del excandidato presidencial y exdirigente oficialista Henry Falcón, quien se enfrentó a Maduro en los comicios presidenciales de 2018 y declaró fraude el día de la elección. También el Movimiento al Socialismo (MAS) que por años formó parte de la alianza política del fallecido Hugo Chávez y que luego derivó en un crítico severo tanto del gobierno de Maduro como de los principales partidos de oposición.
Otros de los que estamparon su rúbrica está el Movimiento Soluciones, fundado por Claudio Fermín, un exmilitante del partido opositor Acción Democrática, conocido por sus posturas conciliadoras, organización que recientemente estableció una alianza con la organización del exalcalde de Caracas y exdirigente oficialista Juan Barreto para impulsar acuerdos al margen de los principales partidos de oposición.
Las pláticas se enfocarán en reformar el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), en el que cuatro de sus cinco directivos son vistos como cercanos al oficialismo; además de intentar encontrar una solución al punto muerto en que cayó el Legislativo tras la creación de la Asamblea Constituyente, conformado en su totalidad por partidarios del oficialismo, para rivalizar con la Asamblea Nacional controlada por la oposición. La Constituyente, amparada en una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, afín al gobierno, asumió las facultades de la Asamblea Nacional.
El diputado Timoteo Zambrano, uno de los legisladores opositores que firmó el acuerdo, indicó que con el gobierno ya se alcanzó un primer bloque de acuerdos que incluye la decisión de que regresen los diputados oficialistas a la Asamblea Nacional, lo cual espera que se cumpla de inmediato, que en un breve plazo “acordemos un nuevo CNE” y que las autoridades dejen en libertad a dirigentes partidistas y otros adversarios del gobierno que la oposición y grupos de derechos humanos consideran “presos políticos”.
Al respecto Maduro adelantó que se le entregó a la Comisión de la Verdad un conjunto de solicitudes y peticiones de liberaciones de presos para que las evalúen.
“Por la paz del país vamos a la Asamblea y nos incorporamos sin ningún tipo de problema”, anunció a la prensa el jefe de la Asamblea Nacional Constituyente y vicepresidente del partido oficialista, Diosdado Cabello, al confirmar el retorno al Congreso de unos 54 diputados vinculados al gobierno que se habían retirado desde el 2016 del cuerpo legislativo alegando que estaba en desacato de las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia.
El regreso del oficialismo al Legislativo y su alianza con pequeños partidos aún no le da el control del Congreso, reconoció el diputado opositor Carlos Berrizbeitia, integrante del llamado “Frente Amplio”, quien dijo a la prensa que “seguimos teniendo la mayoría”. A pesar de los procesos judiciales que enfrenta más de una veintena de congresistas opositores que los han hecho huir de Venezuela o refugiarse dentro del país, el bloque que respalda a Guaidó tiene más de 80 diputados y considera como “falsa” a la oposición que pactó con el gobierno.
Las negociaciones entre el gobierno y la oposición, que se estaban desarrollando desde julio en la isla caribeña de Barbados bajo la facilitación de Noruega, entraron en crisis después de que Maduro anunció a comienzos del mes pasado el retiro de su delegación en rechazo a las nuevas sanciones que le impuso Washington que congeló todos los activos del gobierno de Venezuela en Estados Unidos y prohibió a los estadounidenses hacer negocios con Caracas, así como por el apoyo de Guaidó a las mismas.
Respecto al proceso, el mandatario izquierdista dijo el lunes que el gobierno dejaba “todas las puertas abiertas” para cuando sean convocados de nuevo de manera consensuada por Noruega y aseguró que las demás fuerzas opositoras que desearan sumarse al diálogo serían “bienvenidas”.
Cuba celebra acuerdo
El gobierno de Cuba celebró el acuerdo de una mesa de diálogo nacional de Venezuela entre el gobierno de Maduro y un grupo de partidos de la oposición.
“#Cuba celebra acuerdos parciales alcanzados en Mesa de Diálogo Nacional de #Venezuela”, escribió el ministro de Relaciones Exteriores de la isla, Bruno Rodríguez, en su cuenta de Twitter.
En el mismo mensaje, el canciller cubano dijo que el “Mecanismo de Montevideo y la comunidad internacional deben alentar dicho proceso en estricto respeto al Derecho Internacional y postulados de la Proclama de Paz de la América Latina y el Caribe”.
#Cuba celebra acuerdos parciales alcanzados en Mesa de Diálogo Nacional de #Venezuela. Mecanismo de Montevideo y la comunidad internacional deben alentar dicho proceso en estricto respeto al Derecho Internacional y postulados de la Proclama de Paz de la América Latina y el Caribe
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) September 16, 2019
La Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz fue firmada por los jefes de Estado y de Gobierno participantes en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), celebrada en La Habana en enero de 2014.
Ese documento manifiesta el compromiso permanente de los 33 países miembros “con la solución pacífica de controversias a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza de nuestra región”.
Cuba, uno de los principales aliados políticos de Venezuela, ha expresado su apoyo incondicional al gobierno de Maduro, junto a los gobiernos de países como Rusia, China, Bolivia y Turquía, mientras unas 50 naciones, encabezadas por EE.UU. reconocen a Guaidó como presidente del país sudamericano.
Ya en ocasiones anteriores, La Habana ha dado su respaldo al diálogo entre el actual Ejecutivo venezolano con la oposición para buscar una salida a la crisis, con la mediación del Gobierno de Noruega.
AP / EFE / OnCuba