Más de una década después de acoger los Juegos Olímpicos de verano, los Juegos de invierno comenzaron oficialmente hoy viernes en China cuando la potencia asiática trató de afirmar su presencia política e industrial incluso mientras intenta salir de una pandemia.
La ceremonia de apertura de los Juegos de Invierno 2022 contó con todos los elementos de un espectáculo bien ensayado: atletas de 91 países ondeando banderas y saludando a la multitud, un impresionante show de luces y dignatarios extranjeros presentes. Pero no había duda de la diferencia con los Juegos de Verano de 2008: la multitud fue mucho menor debido a la pandemia, al igual que la presencia de dignatarios de potencias mundiales, incluido Estados Unidos por sus diferencias con China en materia de derechos humanos.
Aunque el famoso estadio Nido de Pájaro volvió a ser el lugar de celebración de la ceremonia inaugural, las medidas de protección contra el coronavirus y las gélidas temperaturas invernales hicieron que la ceremonia se llevara a cabo con público selecto y durara aproximadamente una hora y media. Había 3 000 artistas, no los 15 000 de los Olímpicos de verano.
Según los organizadores, todos eran estudiantes, no actores, bailarines, cantantes y soldados profesionales, como aquella vez. Hubo impresionantes láseres azules fríos como el hielo deletreando los nombres de las ciudades anteriores que han albergado los Juegos Olímpicos de Invierno. Una gran bandera china se pasó a lo largo de una fila de adultos vestidos de colores que representaban a las 56 nacionalidades reconocidas oficialmente del país.
Zhang Yimou, el director de cine de 71 años nominado al Oscar por Hero y Raise the Red Lantern, quien dirigió la ceremonia de hoy y la de 2008, dijo antes del evento que su nuevo trabajo reflejaba la necesidad de superar los desafíos globales como comunidad, incluyendo la pandemia.
De acuerdo con observadores, la ceremonia reflejó el poder de China. En 2008 no era una potencia mundial con todas las de la ley. Hoy tiene portaviones y trenes bala. Y un programa espacial que ha llegado a Marte y la Luna. China también ha construido islas artificiales en aguas disputadas en el Mar de China Meridional. Y su economía ya no está orientada solo a las exportaciones. Está financiando ambiciosos proyectos de infraestructura en todo el mundo. Tiene grandes empresas que sirven a una sociedad de consumo frenética, muchas conectadas por teléfonos inteligente.
“China no necesita más tiempo para demostrarle al mundo quién es”, dijo un observador.