China dio a conocer hoy lunes que había “completado con éxito” tres días de maniobras militares en torno a Taiwán, una isla que reivindica como parte de su territorio.
Los ejercicios constituyen la respuesta a la reunión de la semana pasada en California de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy.
Después de tres días de maniobras, China declaró que había “completado con éxito” sus ejercicios llamados “Espada Conjunta”.
El Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación (EPL) dijo en un comunicado que el ejercicio “probó de manera completa la capacidad de combate conjunta integrada de múltiples sectores del ejército bajo condiciones de combate”.
Pekín simuló ataques selectivos contra Taiwán, así como el cerco de la isla, incluido su “sellado. Medios estatales chinos informaron que decenas de aviones habían practicado un “bloqueo aéreo”.
Estados Unidos envió el lunes el destructor lanzamisiles USS Milius.“Esta operación de libertad de navegación respetó los derechos, libertades y usos legítimos del mar”, indicó la marina estadounidense en un comunicado, explicando que el buque había pasado cerca de las islas Spratly, un archipiélago reclamado por China, Taiwán, Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi, ubicado a unos 1 300 kilómetros de Taiwán.
El despliegue del Milius provocó la condena de China, que afirmó que el buque había “invadido ilegalmente” sus aguas territoriales.
Pekín advirtió el lunes que la independencia de Taiwán y la paz a ambos lados del estrecho son “mutuamente excluyentes”, y culpó por las tensiones al gobierno taiwanés y a “fuerzas extranjeras” a las que no identificó.
“Si queremos proteger la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, debemos oponernos firmemente a cualquier forma de separatismo independentista de Taiwán”, advirtió el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
Luego del fin de las maniobras, el ministerio de Exteriores de Taiwán condenó a China por socavar “la paz y la estabilidad” en la región.
China y Taiwán se separaron tras una guerra civil en 1949. Pekín considera a Taiwán parte de su territorio y ha prometido recuperarlo algún día.